Revelan el entrenamiento de Bruce Lee

Bruce Lee tenía en la década de los 60 algo que hoy muchos usuarios del gimnasio no tienen: un diario de entrenamiento. Hace unas semanas se viralizó un documento de 1965 en el que expone la rutina de pesas que Bruce realizaba por entonces en el gimnasio Hak Keung. En el programa podemos ver 14 ejercicios con los que el máximo referente de las artes marciales ejercitaba su musculatura, así como el peso levantado y el número de series y repeticiones.
La fecha del documento es del 27 de mayo de 1965, pero los ejercicios han cambiado poco desde entonces. La ficha –que se puede ver en la publicación de Instagram de tucerebrodigital– expone todos las variantes de sus días de entrenamiento, tanto el peso levantado, como las series y repeticiones de cada ejercicio.
El programa consiste en sentadillas, press francés, curl de bíceps inclinado, flexiones, curl a dos manos, estiramiento de tríceps, círculos con mancuernas, curl inverso, curl de muñeca, abdominales y elevaciones de gemelos.

En la sesión que llevaba a cabo Bruce Lee hace ya casi 60 años, realiza un ejercicio de piernas, muchos movimientos de brazos y finaliza con abdominales y gemelos. Falta mucha información, como el tiempo en que realizó este programa, o si lo repetía varias veces a la semana o alternaba con otros ejercicios. En cualquier caso, el documento puede transportarnos a esos días e imaginar, muy a lo lejos, cómo era un día de gimnasio en la vida de Bruce Lee.

¿Bueno o malo?

Por supuesto que aquí hay que hacer algunas consideraciones. Porque después de simplemente leer todo lo que Bruce Lee hacía, cualquiera se cansa. Parece demasiado. Además, como todos saben, Lee murió muy joven y muchos salieron a decir que la causa de su muerte fue el “exceso de entrenamiento”.
Entonces, entrenar como él ¿es bueno o malo? Eso, por supuesto, depende de cada uno. No todos los físicos son iguales y, como se ha podido leer aquí más de una vez, cada uno tiene un tipo de ejercicio que le conviene más. Puede ser de fuerza, de resistencia, aeróbico, anaeróbico, en tierra, en agua, calistenia, de alta intensidad y un sinfín de métodos en los que se puede elegir. El cuerpo nos dirá en el que se sienta mejor y ahí es donde tenemos que ir. Nadie sabe mejor que nuestro cuerpo lo que le conviene.
Ahora bien, el caso de Bruce Lee fue un caso excepcional. Tanto por lo que le rindió el físico como por su muerte temprana. ¿Hacía ejercicios que no le convenían? Es posible. ¿Fue eso lo que lo mató? Difícilmente. Lee era un obsesivo del trabajo y mientras predicaba la calma y la reflexión, lo único que hacía era trabajar y, cuando el trabajo terminaba, entrenaba. Dormía poco y nada y así no daba respiro ni a su cuerpo ni a su mente.

Es obvio que eso de bueno no tiene nada y si bien había conseguido un físico perfecto, por una razón u otra, ese esfuerzo al límite le pasó factura.
Esto no quiere decir que su programa de entrenamiento sea malo, porque ningún entrenamiento lo es en sí mismo, sino que siempre hay que ver cómo se aplica y quién lo hace. Los resultados positivos o negativos pueden verse fácilmente si escuchamos las señales de nuestro cuerpo. Si no sirve un entrenamiento, se puede probar con otro. Así de sencillo.