En los próximos días retoman visitas a islas y canales verdes del río Uruguay

Butler realizó una recorrida por las islas argentinas. Fue acompañado por autoridades de ambos países durante su estadía, en la que participó de la inauguración de un refugio náutico.

El filántropo estadounidense Gilbert Butler, a través de cuya fundación se adquirieron tres islas uruguayas y tres argentinas para llevar adelante un proyecto de turismo ecológico binacional, realizó su visita anual al proyecto, esta vez en una de las islas del vecino país.

“Lo que hicimos de acá del lado uruguayo fue llevar muchas fotos para ilustrar las actividades que se han hecho al lado uruguayo, algunos vuelos de dron para que se viera el desarrollo de las acciones”, señaló a EL TELEGRAFO Inti Carro, coordinador del proyecto en Uruguay, de la organización Ambá. Indicó que fueron tres días de convivencia con el equipo que trabaja en Argentina, “que siempre viene bien como para repasar acciones, ver algunas acciones nuevas para llevar adelante”.

Carro señaló que durante 2023 el proyecto desarrolló muchas infraestructuras en las islas, luego que durante el 2022 se había trabajado en consolidar las escuelas de canotaje. Durante el año pasado se construyeron los tres refugios del lado uruguayo, que se ubican en dos de las tres islas que se adquirieron y el restante en tierra firme, que fue una donación, dado que se encuentra dentro de un predio fiscal que forma parte del Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del río Uruguay. En uno de los refugios se llegó a construir un muelle, en concreto en el ubicado en la isla rebautizada Ingá, la que se conoce oficialmente como isla Basura, la más sureña de las tres. Después sobrevino la inundación. “Ahí se paró un poco el desarrollo de estas infraestructuras, que va a continuar con los muelles restantes. La idea es que cada refugio tenga un muelle, el refugio, un sanitario ecológico y un sendero asociado, para uso de los turistas y visitantes de las localidades que vayan”. También se nominaron los refugios, con la participación de los jóvenes participantes del proyecto, que eligieron nombres relacionados con la fauna y flora de la zona. Los elegidos fueron Urutaú, un ave de hábitos nocturnos muy particular, Urubitinga, un ave rapaz cuya población ha crecido en los últimos años y Panambí, que significa Mariposa en guaraní.

EN PROCESO

En cuanto a la intención de donar las tres islas para que queden en manos del Estado uruguayo, Carro señaló que se ha seguido trabajando en eso, pero que todavía no se va a concretar. “La islas las compró Ambá. Y lo que estamos hablando por el momento con el SNAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas) es en ponernos de acuerdo en cómo se gestionan los refugios, por ejemplo en este momento, Ambá, está haciendo las reservas para la visitación, todo lo que son acondicionamientos, reparaciones luego de las inundaciones. Entonces todavía estamos en ese esquema”, comentó. Agregó que “hay un horizonte temporal de donación en un plazo de cuatro años, que era la duración del proyecto. Pero todavía estamos lejos del plazo, entonces estamos como calibrando el uso, qué rendimientos de mantenimientos tiene esto, para entender bien de lo que el SNAP se tiene que hacer cargo, o eventualmente alguien, una empresa o alguna organización en la que el SNAP tercerice”.

SIN PARAR

El coordinador valoró la reciente inundación como la superación de una prueba. “Por un lado creo que estuvo bueno”, dijo, en el sentido de que del lado uruguayo no se detuvieron las actividades. “A partir de agosto empezamos a recibir grupos de centros educativos, de primaria, secundaria, clubes juveniles, clubes de fútbol, grupos de niñas, niños y jóvenes en general”. Esto se dio a través de una actividad que denominaron “Kayak a la escuela”, de unas cuatro horas de duración, “donde hay como un bautismo de kayak, un recorrido de 800 a 1.000 metros y después un sendero por tierra. Empezamos a hacerlo en lugares que estaban como más resguardados de la zona más caudalosa del río, e inclusive fuera de él cuando ya creció mucho”.

Para Carro fue un fortalecimiento del programa el no haber tenido que detener las propuestas a pesar de la crecida. Sí estuvieron fuera de actividad los refugios “diría prácticamente que hasta la semana pasada y ahora estamos haciendo las últimas reparaciones, la puesta a punto para poder empezar a usarlos de vuelta”. En total se alcanzaron cerca de 950 niños y jóvenes en el proyecto desde agosto hasta fin de año, estimó.

SECUELAS

También fue para los refugios, que fueron diseñados para resistir inundaciones, una prueba inmediata. “Ni bien se terminaron los refugios prácticamente vino una inundación. Llegaron a usarse, pero fueron contados. Nosotros llevamos registro del uso, sabemos que varios vecinos han ido, sin registrarse, y no hay problema con eso, pero estamos tratando de llevar algunas métricas de uso y llegó a ser de 250 personas y ahí se cortó el uso”, comentó. Carro señaló que la estructura “aguantó muy bien, en ninguno de los tres casos el agua llegó a la segunda planta, que es como el espacio cerrado. Lo único que tuvimos que tener en cuenta fue que la parte de abajo está rodeada de mosquiteros, hubo que sacarle esas mamparas de mosquitero durante la inundación, que se van a colocar ahora de vuelta”. En esta etapa se están realizando refacciones “básicamente menores, algún cambio de alguna tabla, el repaso de la tornillería, la limpieza del baño. Acaso el más afectado fue el más cercano a San Javier, “es una proa que se abre mucho al cauce principal, que fue especialmente afectada por el caudal y el baño tuvimos que en un momento atarlo, porque se había como escorado y ahora vamos a tener que conectarle de vuelta las cañerías para conectarlo al sistema de depuración de efluentes”.

Luego de estos ajustes volverá a activarse el registro para nuevos visitantes, posiblemente luego del 15 de enero próximo, a través del teléfono 092 222 225, de la organización.