Los desafíos para UTE dentro de un mercado en el que aumenta la necesidad de carga de vehículos eléctricos

Con 285 puntos de carga distribuidos entre los 19 departamentos, UTE acompaña y trata de prever la demanda de cargadores para vehículos eléctricos, tanto en rutas y de carácter público como privados y domiciliarios, lo que plantea una serie de desafíos en planificación, ejecución de proyectos, y disponibilidad de potencia, entre otros, según surge de los datos proporcionados ante consulta de EL TELEGRAFO por la jefa del área de Eficiencia Energética del organismo, Ing. Viviana Fonseca.

La masificación todavía muy incipiente de este tipo de vehículos, y la demanda que implica la recarga de baterías en determinado tiempo y circunstancias, son desafíos que se van atendiendo y que si bien se escalan en los plazos, desde que no son todos inmediatos, requieren proyectos de inversión que se analizan y se van desarrollando por el ente estatal, siguiendo además la línea del país de favorecer la incorporación de vehículos que utilicen energías limpias.

Explicó la entrevistada que “al día de hoy tenemos 285 puntos de carga, estamos en los 19 departamentos, y de esos 285, de corriente continua, que son digamos los más valorados, tenemos 90 equipos en marcha, en tanto el resto son de corriente alterna. De los primeros se dice que son los rápidos, aunque puede haber de corriente alterna que igual pueden ser de carga rápida, porque son de mayor potencia, de 43 kW, lo que depende del vehículo cuando carga”.

En Paysandú, en estaciones de Ancap hay instalados puestos de carga de 60 kW en Juncal y avenida España, de 60 y 22 kW en Bulevar Artigas y 25 de Mayo, así como de 43 en Ruta 3 zona Sacra y de 22 kW en zona de Constancia.

Destacó que “la limitante de la potencia en alterna sobre todo la ponen los vehículos, hay pocos vehículos que pueden cargar a 43 kilovatios con corriente alterna y en ese caso la carga es bastante rápida”, en tanto por lo general el vehículo acepta una carga de 7,4 kW.

Esos 285 puntos de carga comprenden todo el país, “pero además tenemos dos puntos de corriente continua en cada departamento, que es un respaldo y significa la disponibilidad de carga rápida, teniendo en cuenta que la enorme mayoría de los modelos de unidades que hay en Uruguay pueden cargar a carga rápida, siempre teniendo en cuenta que a veces la limitante no es del cargador sino del auto. La mayoría en corriente alterna están limitados a 7,4 kilovatios, y por lo tanto en corriente alterna, que es lo que uno carga en su casa, por ejemplo, es una carga lenta”.
“Igualmente, aunque se use un cargador en la vía pública de una potencia mayor, el auto va a trabajar con 7,4, por más que el cargador tenga una potencia mayor, si esta es la capacidad de carga que tiene el auto”, subrayó.

DEMANDA EN EXPANSIÓN

Consultada respecto al hecho de que Uruguay tiene un mercado de vehículos eléctricos en expansión, al punto de que prácticamente la cantidad se va duplicando año a año, y de si UTE está en condiciones de satisfacer este aumento de la demanda de potencia para cargar, expuso que “los equipos más grandes que tenemos instalados son de 120 kilovatios, y dependiendo de la zona en que esté estamos hablando sí de potencias elevadas. En el medio de la ruta son potencias bastante grandes, y no es fácil tener en todos lados potencias del orden de los 120 kW; además se necesita una estación de 400 volts para suministrar esta potencia, que si bien hay en varias zonas, no se llega al cien por ciento con esta tensión, que es la que requieren los equipos”.

“La potencia es un factor muy importante a la hora de instalar los puntos de carga, y lo mismo se presenta para los privados, porque la inversión más importante que tienen que hacer es en potencia disponible, tanto en la zona en la que se instala el equipo, como el hecho de que después los cargos de potencia son mayores que los cargos de energía”, analizó la Ing. Fonseca.

GESTIÓN DE LA CARGA

Ante una expansión del mercado en los próximos años, evaluó que “plantea sí un desafío. Sobre todo si el mercado creciera a gran escala, la potencia se presentaría como una de las barreras. Por eso en UTE uno de los desafíos en los que ya estamos trabajando es el tema de la gestión de la carga, para poder ofrecerle a los usuarios distintos productos a efectos de gestionar la carga, sobre todo a nivel residencial”.

“En el caso de la vía pública, no hay tanta dificultad, pero sí tal vez el problema sea para quien instala ese punto de carga en cuanto a los costos a invertir. Pero no es un problema de las líneas, es un problema que va a tener UTE y por lo pronto nos vamos adelantando a un posible crecimiento sustancial de la movilidad eléctrica, a nivel residencial, ya que si todo el mundo cargara a partir de la medianoche, que es el horario donde comienza la banda más económica de la energía, y de la potencia, sería un problema para las líneas de UTE. Por lo tanto se está trabajando en ofrecerle a los clientes productos para gestionar”.

“Así como UTE tiene productos que todavía son muy incipientes, para gestionar calefones, con pruebas pilotos en algunos barrios y clientes, en los cuales se ofrece el encendido y apagado de ese calefón, garantizando naturalmente que tenga agua caliente, esto sería algo similar en función de lo que se visualice en las potencias de una zona, de un barrio, de un edificio. Eso lo estamos desarrollando, estudiando, para evitar o minimizar estos efectos cuando sea más o menos masivo este tipo de demanda”, señaló.