Profesionales fueron citados en una “hacienda” en el interior y “secuestrados” virtualmente

Una estafa llevada adelante por ciberdelincuentes que aseguraron integrar un Cártel de Droga tomó por sorpresa a profesionales sanduceros, en un número aun no determinado pero importante, en la medida que se habían concretado “entrevistas” para ayer durante todo el día y –por lo menos– todo el lunes.

Jefatura de Policía confirmó que en conjunto con la Fiscalía de Tercer Turno “se encuentra trabajando en dos hechos de tentativa de estafa ocurridos y denunciados en la mañana” de ayer, que involucraron a tres personas. En un caso la familia de uno de los profesionales involucrados realizó un giro por Western Union por mil dólares, pero Policía y Fiscalía, al enterarse del hecho lograron revertir el giro, dejándolo sin efecto y a los delincuentes con las manos vacías, confirmó a EL TELEGRAFO el comisario general William Pereira, encargado de Despacho.

Los profesionales contactados fueron víctimas de una muy curiosa manera de estafa, esencialmente un intento por convencer a familiares de los implicados de que éstos habían sido secuestrados y que si no pagaban un rescate iban a sufrir daño.

Oficialmente se indicó que tras contactar a los damnificados se los convocaba “para reunión de trabajo en las afueras de la ciudad”. En el caso de dos arquitectos, se trasladaron a Piedras Coloradas y en el de “una profesional” a Porvenir “por refacciones”.

Cuando los profesionales arribaban al lugar donde habían sido citados llamaban a los supuestos contratantes, quienes los amenazaron de muerte, identificándose como parte de un Cártel de Droga. En los tensos momentos que siguieron se los conminó a no moverse del lugar pues estaban cubiertos por francotiradores y se los obligó a dar el número de teléfono de familiares.

Toda la operación delictiva se desarrolló “mediante llamada” telefónica. Mientras los mantenían en el lugar, amedrentados por la posibilidad de recibir un disparo desde cualquier lugar donde podrían estar apostados supuestos francotiradores, los ciberdelincuentes se contactaban con los familiares pidiéndoles dinero para dejarlos libres.

Lo que jugó en general (salvo en un caso, como se indica) en contra de los malvivientes fue el tiempo, ya que al pasar los minutos sin que nada ocurriera, los profesionales se dieron cuenta que estaban ante una estafa y rápidamente abandonaron el lugar.

Una profesional que también fue contactada pero que reagendó el traslado al lugar donde fue citada para las 17, porque en la mañana temprano no podía, escapó del intento de estafa. “Nos mandaron un mensaje diciendo que habían comprado una hacienda, palabra que obviamente sonó rara. Mandaron una ubicación y pidieron que fuera para hacer un proyecto. Cuando le pedí más datos, solo dijeron que necesitaban que fuera allá. Yo había concretado”, contó a EL TELEGRAFO.

Uno de sus colegas fue a las 7.30 y ellos sí sufrieron una suerte de “secuestro virtual, porque en realidad no había gente, pero lo tenían amenazado por teléfono. Les decían que si se movían pasaba algo y le hacían la cabeza, mientras contactaban a los padres para pedirles plata”.

Policía y Fiscalía continúan las investigaciones al tiempo que advirtieron “a la población por posibles estafas similares” para que efectúen denuncia al 911 o la dependencia policial más cercana. “Tienen las 24 horas para pensar, hay que estar atento siempre ante cualquier cosa que parezca extraña; siempre alertas”, aseguró el comisario general William Pereira.