
ESPACIO CONTRATADO
Hoy es un día especial para todos los uruguayos, día de elecciones en que ejercemos nuestro derecho ciudadano y que es además el comienzo de un largo periodo electoral. Es un día para, desde nuestra responsabilidad como cristianos y ciudadanos, hacernos protagonistas de la construcción de la Patria.
La Iglesia desde el comienzo de nuestra historia está integrada a esta sociedad nuestros antepasados en su gran mayoría se nutrieron de los valores del evangelio.
Por mucho tiempo nos autopercibimos como “un país cercanías”, al decir de Real de Azúa, sin grandes distancias geográficas ni culturales, diríamos un país de “vecindades” donde se compartían alegrías y tristezas.
Sin embargo, hoy desde muchos ámbitos sociales y políticos preocupa y mucho el aumento de la fragmentación de nuestra sociedad, se perciben fisuras que poco a poco nos han ido separando.
Preocupa la violencia, la educación, el trabajo, los consumos problemáticos, el aumento de personas en situación de calle, la agresividad que vemos en las redes sociales e incluso en el deporte.
Como a pesar de las legítimas diferencias, poder pensar en algunos de estos grandes temas en políticas de Estado más allá del gobierno de turno.
Hace falta pues la mejor política puesta al servicio de bien común.
Trabajar a través de las diferencias para construir en torno a los valores compartidos en busca de soluciones creativas a problemáticas emergentes.
Se trata de acercarnos y comprometernos con quienes son distintos que nosotros sobre todo los más vulnerables.
Lo decía en esa frase de profundo cuño cristiano el general Artigas cuyo nacimiento acabamos de celebrar “que los más infelices sean los más
privilegiados”.