Los desafíos del empleo juvenil (II)

En la presente entrega continuaremos refiriéndonos a la publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulada “Aspiraciones versus realidad: propuestas para reducir la brecha entre las aspiraciones de los jóvenes y las oportunidades del mercado laboral en Uruguay”. Las autoras de ese informe son Marisol Rodríguez Chatruc y Belén Sotto Alonso, mientras que el trabajo de campo fue realizado por Equipo Consultores, bajo el liderazgo de María Julia Acosta. Para facilitar la lectura utilizaremos el orden numérico previo.
3.5) Los jóvenes viven el largo y complejo proceso de búsqueda de empleo con frustración y ansiedad.
“En las discusiones de grupo se observó un tono de frustración y ansiedad respecto a la búsqueda de empleo debido a que les suele llevar meses y la entrega de muchos currículums para conseguir una entrevista, así como en experimentar muchos rechazos luego de ser entrevistado y no recibir ninguna retroalimentación acerca de las causas del rechazo. También se observó un consenso bastante difundido sobre la necesidad de capacitación para la búsqueda de empleo desde la secundaria, para ayudar a los jóvenes a prepararse para ingresar al mercado laboral. En este sentido, se valoraron los cursos brindados por el Inefop”.
3.6) Los jóvenes navegan la búsqueda de empleo utilizando mayormente canales digitales, aunque los medios tradicionales todavía son relevantes.
“El 77% de los jóvenes menciona que recurre a redes sociales y portales de empleo para la búsqueda de empleo. Los canales tradicionales como recurrir a amigos, conocidos y familiares o ir físicamente a la empresa todavía siguen siendo relevantes (con 70 y 37% de las menciones respectivamente). Solo 16% utiliza servicios públicos de empleo”.
3.7) Al momento de postular a un llamado laboral, los jóvenes perciben que la mayor dificultad es su falta de experiencia seguido por su falta de conocimientos.
“Los jóvenes perciben su falta de experiencia laboral como la principal dificultad para aplicar a un trabajo, señalada por alrededor del 25% de los jóvenes sin importar su nivel socioeconómico. En segundo lugar, la sigue la falta de conocimientos, habilidades y de educación (15%) y luego el horario y la longitud de la jornada laboral. En el trabajo es frecuente que los jóvenes se sientan descalificados solo por ser jóvenes, independientemente de sus competencias o sus potenciales. Los jóvenes consideran que más allá del acceso a la educación, hay un problema social más profundo que limita sus posibilidades de desarrollo y que tiene que ver con las relaciones entre adultos y jóvenes, con cómo los adultos definen y valoran a los jóvenes”.
3.8) Entre aquellos que logran conseguir un empleo, la mayoría no está satisfecho con su trabajo.
“Solo 36% de los jóvenes está satisfecho con su empleo actual en el sentido de que declara tener una satisfacción alta y no desea cambiarse de trabajo. (…) Existen además diferencias significativas por nivel socioeconómico y educativo: 61% de los jóvenes de nivel socioeconómico alto está satisfecho con sus empleos mientras que solo 22% de nivel socioeconómico bajo lo está y 48% de aquellos con secundaria completa está satisfecho mientras que 32% con secundaria incompleta lo está”.
3.9) Más de un tercio de los jóvenes tiene dificultades para combinar el trabajo con el estudio.
“El 37% de los jóvenes que trabajan declara tener bastante o mucha dificultad para combinar el trabajo con el estudio. Entre los jóvenes de nivel socioeconómico medio y bajo este porcentaje llega a 40% mientras que en los jóvenes de nivel socioeconómico alto es de 22%. En los grupos focales, se constató que educación y trabajo aparecen como competitivos. El salario y las condiciones laborales son fuente de descontento y frustración. El 58% quiere cambiar de empleo y la razón más mencionada para querer hacerlo es obtener un mejor ingreso (87%), en segundo lugar, obtener un empleo más adecuado a su formación (67%) y en tercer lugar mejorar las condiciones del trabajo como cercanía y clima laboral (51%)”.
3.10) Los jóvenes perciben que existe poca vinculación entre sus conocimientos y los empleos que consiguen.
“Entre los que trabajan, menos de un tercio consiguieron un trabajo vinculado a sus estudios. Esto afecta particularmente a aquellos jóvenes de nivel socioeconómico bajo para quienes solo 17% consigue empleo vinculado a sus estudios y a quienes residen en el interior del país. En los grupos focales se constató que esta desconexión entre trabajos y formación genera frustración. Este fenómeno podría estar reflejando una falta de pertinencia en la educación, que no siempre se alinea con las demandas del mercado laboral ni con las carreras que ofrecen perspectivas laborales más prometedoras”.

Dr. Rodrigo Deleón

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