Opinión

El presidente que se va

Visto desde fuera, Uruguay siempre ha dado la impresión de que, gane quien gane, no pasa nada. A diferencia de otros países de la región, el caso uruguayo no genera sorpresas. Más allá de la intensidad de las polémicas internas, los distintos lemas distribuían listas en las esquinas durante la campaña, y esas acciones no abundan en las democracias del mundo.
En medio del fervor de los eslóganes y jingles pegadizos, los candidatos hablaban. Mientras Yamandú Orsi afirmaba en las entrevistas que en un gobierno del Frente Amplio “no habrá un cambio sustancial” en materia de política económica, su entorno agitaba la catástrofe.
En el ciclo de desayunos organizado por Búsqueda antes de las internas –y cuando aún daba entrevistas– el frenteamplista decía que “en este país a nadie se le ocurre poner en riesgo la estabilidad macroeconómica” y “la baja inflación hay que mantenerla”. Pero el presidente de su fuerza política aseguraba que el actual gobierno se va bajo un manto de “fracaso”.
Y en medio de este escenario, hay que tener en cuenta que tampoco el presidente que se va, Luis Lacalle Pou, resolvió un viraje importante en las decisiones macroeconómicas correspondientes a los tres períodos anteriores. Pero en su visión coalicionista, hubo candidatos que basaron su campaña en lo “nuevo” que se venía si se confirmaba la continuidad multicolor.
Tampoco era una sorpresa que los candidatos con posibilidades de pasar al balotaje desaprobaran la estrella de la campaña electoral, es decir, la propuesta de reforma de la seguridad social, que se llevó el protagonismo por encima del sistema de partidos.
Cualquier candidato en Uruguay lo sabe: las reformas radicales no cuentan con una rápida absorción en la población porque es un país con transiciones lentas y con matices, tal como fue la discusión entre los candidatos.
En Uruguay, los presidentes no repiten su mandato ni se transforma la Constitución de la República a la fuerza para que ello suceda, como ya ocurrió en El Salvador o Venezuela.
Todo esto sucede mientras el presidente pasea, almuerza, se toma selfies o asiste a inauguraciones de obras sin un gran despliegue de seguridad. Incluso mientras la economía uruguaya crece a veces por encima y otras por debajo de otros países de la región, pero sin sobresaltos. Es decir, sin sorpresas.
Y como “en este país a nadie se le ocurre poner en riesgo la estabilidad macroeconómica”, tal como dijo Orsi, no hay manera de proponer cambios radicales.
Sin embargo, mientras una parte de la población reclama por falta de propuestas para reducir la criminalidad y la violencia atribuida a la expansión del narcotráfico, hay otra que considera la existencia de propuestas que deben aplicarse como política de Estado, en vez de ser un botín electoral. Porque la inseguridad ciudadana fue la base de los argumentos durante las campañas electorales en el último decenio y ocupó la primera plana debido a que los referentes políticos invirtieron mucho tiempo en pasarse factura. Algo similar ocurrió con la pobreza infantil y con la reforma del Estado, que todos prometen, aunque en la intimidad de los micrófonos apagados reconocen las dificultades para su instrumentación.
Por eso, la propuesta de los cambios estructurales estuvo fuera de la campaña, ya que la idiosincrasia uruguaya en la política no se anima. El presidente que se va, finaliza su mandato con una alta popularidad que no logró capitalizar su candidato oficialista, Álvaro Delgado, a pesar de garantizar “la continuidad” o “un segundo piso de transformaciones”, tal como lo aseguró durante la campaña electoral. La elección de su candidata a la vicepresidencia fue una jugada arriesgada y se reflejó en los resultados de todas las encuestas.
Por otro lado, el reconocimiento al gran desafío que implica enfrentar la violencia del narcotráfico se puso de manifiesto hace unos días, cuando el ministro del Interior, Nicolás Martinelli, anunció –luego de un largo tiempo de gestiones– la asignación de un representante de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) en Buenos Aires para apoyar a Uruguay.
La mayor cantidad de cocaína que pasa por el país sigue su destino a Europa y, con la excepción de España, no hay presencia policial europea permanente en Montevideo. De alguna manera se reconoce, entonces, que Uruguay libra una batalla en solitario, mientras se observa la extensión del narcotráfico en el continente, al menos en los últimos diez años.
Por eso, es irrefutable que el narcotráfico ha ganado terreno. Pero esto no ocurrió únicamente en este período de gobierno que finalizará dentro de cuatro meses, sino que corresponde a un período más largo e involucra a los anteriores mandatos, cuando la presencia de la DEA en el país era observada con desconfianza.
Creer que el narcotráfico se fue involucrando en el entramado social hasta ganar espacios en los barrios recientemente es no comprender la lógica de su funcionamiento. O tomar el tema como botín electoral para que funcione durante las campañas.
No hace mucho tiempo que el país adquirió tres escáneres para inspeccionar el 80% de la mercadería que pasa por los contenedores en el puerto de Montevideo. Mientras tanto, el daño ya se había hecho. Las bandas explotaron las debilidades jurídicas y legales del sistema uruguayo.
El próximo gobierno necesita un cambio de discurso y evitar echar culpas al anterior, tal como ocurrió en el presente quinquenio. → Leer más

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Habrá balotaje en noviembre entre el Frente Amplio y la Coalición de gobierno; ambos plebiscitos fueron rechazados

El Frente Amplio obtuvo el 43,7% de los votos, el Partido Nacional 26,9%, el Partido Colorado 16%, Cabildo Abierto 2,6% y Partido Independiente 1,7%, según los datos de la proyección de escrutinio con el 48% de la muestra.
De los partidos minoritarios el PERI obtuvo 0,5%, Identidad Soberana 2,7%, Unidad Popular-Frente de Trabajadores 0,3%, Partido Constitucional Ambientalista 0,6%, Partido por los Cambios Necesarios 0,1%, Partido Avanzar Republicano 0,1%. Los votos en blanco y nulos sumaron 4,9%. El margen de error es de 1,5%.
Esto indica que habrá balotaje entre el Frente Amplio y la Coalición de gobierno.
Respecto a los plebiscitos, ninguno obtuvo los votos suficientes. El de la seguridad social alcanzó el 39,4% de los votos y el de allanamientos nocturnos 39,9%.
Con los resultados de la proyección de Equipos Consultores, el Frente Amplio obtendría 48 bancas en la Cámara de Diputados y 16 en el Senado, el Partido Nacional 29 representantes y 9 senadores, el Partido Colorado 17 bancas en Diputados y 5 en el Senado, Cabildo Abierto 2 diputados e Identidad Soberana 2 representantes. En tanto, el Partido Independiente obtendría una banca en la Cámara de Representantes.
Teniendo en cuenta la actual integración del Parlamento, el Frente Amplio sumaría tres bancas en el Senado y seis en Diputados, el Partido Nacional perdería una banca en la Cámara Alta y una en la Cámara Baja, el Partido Colorado pasaría a cinco bancas en Senadores (ganaría una) y a 17 en Diputados (ganaría cuatro). En tanto, Cabildo Abierto no llegaría al Senado y perdería nueve bancas en Diputados.
El Partido Independiente continuaría con un diputado, mientras que el Partido de la Gente y el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI) perderían sus bancas. En cambio, ingresaría a la Cámara de Representantes el Partido Identidad Soberana de Gustavo Salle con dos diputados.
VOTÓ 89,1% DE
LOS HABILITADOS
(LA DIARIA)
El ministro de la Corte Electoral José Garchitorena informó que sobre las 20.00, tras cerrar los circuitos, el nivel de participación en todo el país alcanzó 89,1% de los habilitados para votar, aunque aclaró que “puede ser que falte informar algún circuito”. Desde la Corte Electoral informaron que todas las mesas de votación pudieron conectarse al sistema de transmisión de datos y comenzar a recibir votantes desde las 8.00. El ministro de la Corte Pablo Klappenbach explicó que al ser la primera vez que se utiliza esta herramienta que permite recibir datos de todas las mesas al mediodía, no es posible comparar con otras elecciones, pero señaló que históricamente el nivel de votación al cierre del horario de votación ronda el 90%.
LACALLE POU: “HOY EMPIEZA A CAMBIAR EL GOBIERNO”
(eL pAÍS)
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, salió sobre las 10:20 hacia el Instituto de Formación Docente en Canelones para depositar su voto en las elecciones nacionales 2024. Desde su hogar en Carrasco, habló brevemente con la prensa y contó como amaneció: “Los días antes de la elección, me emociona mucho el proceso electoral”.
En tanto, dijo que “estuvo bravo” haber pasado esta campaña sin militar, a pesar de que aseguró no tener ansiedad. “Me voy tranquilito para Canelones tomando unos mates”, agregó. Consultado por cómo han sido los días previos a las elecciones, el presidente expresó que estuvo “trabajando”; “haciendo lo que siempre quise ser: ser el presidente de la República”, sentenció.
Sobre las 11:30 llegó a su lugar de votación, donde una multitud se aproximó a él para pedirle fotos, abrazarlo y felicitar su gestión. “Un poco lo que les decía hace unos meses, hoy empieza a cambiar el gobierno de alguna manera, con lo que son 125 días que quedan por delante. Hasta el 28 de febrero vamos a estar como el primer día”, dijo al finalizar su votación.
“Va a ser una transición bien ordenada con el gobierno electo. Nuestra democracia no sé si es única pero es nuestra y es muy linda. De cada lugar del país, de cada situación social, económica, cultural todos van a las urnas a votar. A veces no lo valoramos tanto, pero cuando uno ve en otros países, ver a la gente junta tomando mate, repartiendo listas es algo que me emociona mucho”, agregó.
Consultado por las críticas que ha recibido por parte de la oposición sobre su campaña en defensa de la reforma de la seguridad social, aprobada durante su gestión, expresó: “Si hay alguien que se ha mantenido a raya de la Constitución ha sido este presidente. Sí hice lo que está totalmente habilitado que es la ley. Una reforma que hace 20 años se decía que era urgente y nadie había tenido el coraje de hacerla”. Sobre cuál va a ser su labor luego de salir del gobierno, pidió concentrarse en el hoy. “Vamos a ver. Déjenme terminar estos 125 días. A veces la cabeza va más rápido y mi tarea es que mi cabeza esté aquí y ahora. Obviamente, uno tiene 51 años y es imposible no poner la cabeza para adelante. Me he dedicado siempre al servicio público, obviamente lo voy a extrañar”, dijo.
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