Los ministerios de Ambiente y de Salud Pública realizaron el lanzamiento de una campaña conjunta de prevención del cáncer de piel en el país, que tiene como propósito concientizar a la población sobre los riesgos de la radiación solar ultravioleta y su relación con la salud, campaña a la que se han plegado la Sociedad de Dermatología del Uruguay, el Instituto Uruguayo de Meteorología y el Laboratorio de Energía Solar de la Facultad de Ingeniería, de la Universidad de la República.
Se trata de uno de los tipos más comunes de cáncer en Uruguay y el mundo, y se divide en dos grupos principales: melanoma y no melanoma, y dentro del segundo hay a su vez dos tipos: el escamocelular y el basocelular. En el país se diagnostican más de 3.100 casos y fallecen 141 personas por año. El melanoma es el tipo más agresivo, con 266 nuevos casos anuales y 83 fallecimientos en el mismo período, de acuerdo con los datos del Registro Nacional del Cáncer para el período 2016-2020.
La campaña lleva este año el lema “La sombra te cuida” y promueve el uso de las sombras como un indicador clave para evitar la exposición excesiva al sol. “Cuando nuestra sombra es más corta que nuestra altura, significa que los niveles de radiación ultravioleta son altos y debemos extremar precauciones”. Además destaca la importancia de la capa de ozono como barrera natural que protege contra los rayos UV dañinos, al tiempo que permite el paso de la luz solar esencial para la vida, por lo que protegerla y preservarla “es una tarea de responsabilidad global y nacional”.
Durante el lanzamiento se enfatizó además en que la exposición a rayos ultravioleta –provenientes tanto del sol como de fuentes artificiales, como camas solares– “constituye el principal factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel”. Debido a ello es que recomiendan utilizar el Índice UV, “un sistema que clasifica la radiación ultravioleta en diferentes niveles: bajo (1-2), medio (3-5), alto (6-7), muy alto (8-10) y extremadamente alto (+11). Esta clasificación, plantean, proporciona “pautas claras para protegerse de manera efectiva según la intensidad registrada” y el Índice UV diario se publica en la página web de Inumet (ver código QR), donde además se presentan una serie de consejos “para minimizar los riesgos de la radiación UV”. Entre ellos hay varios muy conocidos por repetidos, pero que nunca está de más repasar, como el de “evitar la exposición directa al sol entre las 10 y 16 horas, cuando la radiación es más intensa”. Luego siguen: “Disfrutar a la sombra: prestar atención al tamaño de la sombra como señal de seguridad, cuanto más corta menos debemos exponernos”; “Protegerse del reflejo solar en superficies como arena, agua o pavimento, que intensifican la radiación”; “Usar ropa adecuada, preferentemente de manga larga y colores oscuros, junto con sombreros de ala ancha”; “Cuidar los ojos utilizando lentes con protección UV 400”, “Aplicar protector solar de factor 30 o superior, y aplicarlo nuevamente cada pocas horas o después de actividades al aire libre”. Otros de los consejos son: “Evitar exponer directamente al sol a los menores de un año y enseñarles hábitos de protección desde pequeños”; “Protegerse todo el año, incluso en días nublados o con viento, ya que los rayos UV pueden atravesar las nubes y otras superficies” y “Prescindir de las camas solares, optando por alternativas como las cremas autobronceantes”.
En el año 2010, con muy buen tino, el gobierno de ese momento determinó exonerar de la aplicación del Imesi a la importación de protectores solares, considerando que no se trata de un producto cosmético sino de un elemento que se ha vuelto crítico para la protección de la salud de los uruguayos durante el verano, o en realidad el lapso en el que el público se vuelca masivamente a las playas, pero no solamente a las playas, porque se ha vuelto un indispensable a la hora de realizar cualquier actividad al aire libre y, como vimos, la recomendación es a que se use durante todo el año. Ya ni hablemos de quienes tienen que trabajar durante varias horas a la intemperie.
Es que los precios actuales de estos productos los hacen de difícil acceso para muchas familias, en especial aquellas más numerosas y de menores ingresos. Por solamente citar algunos precios que surgen de un rápido relevamiento, un Protector Solar Dermaglós Solar Factor 30 Fps, de 380 mililitros (ml) cuesta $886; de la misma marca, un protector de factor 50 en envase de 250 ml puede llegar a costar más de 1.000 pesos. Un protector de la marca Calypso, Fps 30, de 1000 grs —un formato bien familiar, podríamos decir— se puede comprar por $1.530. El Protector Solar de la marca Umbrella, con factor 50, en presentación en crema de 60 ml cuesta $677, mientras que uno de Hawaiian Tropic, Factor 50 se puede adquirir a $555. Un Protector Solar de la marca Medclinical, Fps 30, de 500 g, cuesta $753, uno de la marca L’Oréal Paris, de Fps 70, en crema de 200 ml, se compra por $729. Otro, de la marca Sundown Kids, de factor 60, en presentación de 120 ml, tiene un precio de $786. Como se ve hay variadas presentaciones y también diferentes características para estos productos y los precios varían demasiado, pero no hay un opción que pudiera describirse como particularmente barata.
Lo ideal sería que se desarrollase una alternativa accesible, pensada desde el primer momento como un producto destinado al cuidado de la salud y con una presentación y un rendimiento acordes, pero como seguramente no sea una solución fácil y rápida —de lo contrario ya se hubiese hecho, seguramente—, una buena medida sería la de avanzar en el camino iniciado en 2010 y si no recortar, al menos reducir la carga impositiva a estos productos. En el año 2022 se planteó en el parlamento un proyecto en este sentido que fue aprobado en la Cámara de Diputados en diciembre del año pasado. Seguramente la carga de todo lo que implicar un proceso electoral pudo haber afectado el avance de la iniciativa en la cámara alta, pero sería más que oportuno que el actual Parlamento, que en breve cesa su actividad, dejase como legado la aprobación de una norma en este sentido.