La Justicia otorgó libertad al homicida del comerciante sanducero David Fremd al ser considerado como “compensado” de la patología psiquiátrica que le habían diagnosticado tras el asesinato a sangre fría perpetrado en plena tarde del 8 de marzo de 2016 en nuestra ciudad. Luego de varios informes del Hospital Vilardebó, donde estaba internado, se llegó al resultado que no debía estar más allí y ahora estará bajo la responsabilidad de su madre, luego de que ASSE se negara a recibirlo en un centro de medio camino por no tener las medidas de seguridad adecuadas.
La jueza Ana Ruibal dispuso el cese de “las medidas de seguridad curativas” impuestas en marzo de 2019 a Carlos Omar Peralta, quien fue declarado por la Justicia como autor inimputable de un delito de homicidio especialmente agravado contra David Fremd, un delito de comisión de actos de odio, desprecio o violencia y de lesiones personales. De acuerdo con el Decreto 335/2024 firmado por la jueza con fecha del 8 de octubre pasado, “atento a las resultancias de autos, a lo informado en la pericia psiquiátrica del ITF aconsejando el cese de las medidas de seguridad curativas oportunamente dispuestas, de conformidad con el dictamen fiscal que antecede y en aplicación de lo dispuesto por el art. 324 del Código de Proceso Penal, se resuelve: Dispónese el cese de las medidas de seguridad curativas impuestas oportunamente al penado Carlos Omar Peralta López. En su mérito, dispónese el egreso inmediato del Hospital Vilardebó del penado, en la forma y condiciones sugeridas (…), debiendo el referido nosocomio informar del efectivo cumplimiento de esta resolución, indicándose el domicilio en donde pasará a residir el mismo”.
La decisión de la jueza se argumenta en una pericia psiquiátrica a Peralta, en la que se dice que el hombre cumplió con el tratamiento y se encuentra “compensado desde hace tiempo”. “Dada la evolución que se ha presentado, considera posible el levantamiento de las medidas de seguridad curativas, salvo mejor opinión de magistrado competente”, indicó la psiquiatra Ana Barrachina, según consignan medios capitalinos.
El informe de la profesional coincidió con los elaborados tanto desde el Vilardebó como en el Instituto Técnico Forense. Como alternativa al egreso, desde el centro de salud recomendaron una casa de medio camino, dado que Peralta no cuenta con familia que “colabore con su egreso”. Sin embargo, esa posibilidad luego se descartó y los técnicos avalaron una salida que estuviera bajo la supervisión de un familiar. Así fue que Peralta egresó para seguir el tratamiento en una policlínica de ASSE en Carmelo, lugar en donde ya está viviendo junto a su madre. Ella es quien se encarga del control de la medicación y los análisis.
La relación entre Peralta y su madre no siempre fue en buenos términos. En el expediente se informa que la mujer fue psicoeducada por profesionales del Vilardebó para tener claro qué síntomas puede demostrar su hijo que indiquen la necesidad de consultar a un centro de salud cercano.
Consultado por EL TELEGRAFO, un familiar directo de Fremd expresó que se trata de una falla “garrafal” porque “es un terrorista como cualquier otro, al que lo tratan como un enfermo, entonces ahí es donde se desata el conflicto”.
“He hablado con millones de personas por este tema, el gran problema de Uruguay es que hace inimputable por enfermo a un terrorista que hoy día hay 200 en el mundo y son tratados como terroristas, salvo acá”, comentó.
AQUEL DÍA…
El 8 de marzo de 2016, Paysandú cobró notoriedad a nivel internacional ante el homicidio del empresario y comerciante David Fremd, ampliamente vinculado a la sociedad sanducera donde era muy apreciado, a manos del exdocente de primaria convertido al Islam que lo ultimó salvajemente con un cuchillo carnicero por el solo hecho de “ser judío” y según dijo, porque una voz –que le atribuyó a Alá– le dio esa orden.
Desde entonces, Carlos Omar Peralta –actualmente de 42 años– se encontraba internado en el Hospital Vilardebó, donde por fallo judicial se dispuso que esté “con estricto suministro de medicamentos para tratar su patología esquizofrénica”. Si bien al momento del crimen había sido declarado imputable, por entender la acción que había cometido, sin embargo fue puesto a resguardo del hospital psiquiátrico a fin de evaluarlo con otros profesionales. Siete meses después, la valoración definitiva concluyó que el homicida “no fue capaz de apreciar el carácter ilícito de sus actos ni determinarse libremente” y que continuaría internado.
En junio de 2020, luego de varias pericias siquiátricas y el sometimiento a Juntas Médicas, la Suprema Corte de Justicia determinó que Peralta es inimputable y debía permanecer internado en una institución mental con el estricto suministro de medicamentos para tratar su patología esquizofrénica. De la investigación de la Justicia, copia a la que accedió EL TELEGRAFO, surgió además que el homicida estuvo tres veces internado por alteraciones mentales en el hospital de Salto, consumía marihuana de forma recreativa y creció en un “hogar violento y abandónico”.