
El Plan Invierno desarrollado por la oficina departamental del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) entre el 15 de mayo y el 31 de octubre, sirvió más de 9.900 platos de comida en un invierno que llegó a registrar –el 10 de julio– la sensación térmica de 10 grados bajo cero y representó la menor temperatura en esas fechas para el país. Durante los días más críticos recibió a 74 personas, pero habitualmente pernoctan unas 55 en el refugio ubicado en el predio de la capilla Santa Elena.
“El dispositivo de atención a personas en situación de calle con el refugio en Santa Elena se puso en marcha en 2022 y el plan funcionó de la misma manera durante la pandemia y en la pospandemia”, dijo a EL TELEGRAFO el director adjunto, Alejandro Colacce.
“No tuvimos que lamentar ningún caso de COVID-19 positivo, aún cuando no teníamos la vacuna en el país y en momentos en que había una incertidumbre muy grande en los beneficiarios”. Recordó que “cuando llegamos a la gestión, nos encontramos con más de 25 personas que siempre quedaban en la calle por falta de cupos porque el refugio que estaba en 19 de Abril y Leandro Gómez tenía una capacidad limitada para 33 personas”, agregó.
La llegada de la pandemia, “nos presentó un desafío con las personas en calle y avanzamos en las gestiones para instalar el refugio en Santa Elena, con la modalidad de atención nocturna de 19 a 9. Allí, los participantes deben cumplir con normativas como el aseo, reciben la cena y el desayuno. Ante advertencias meteorológicas o por inundaciones, el refugio pasa a la modalidad de 24 horas”. Al mediodía asisten al comedor municipal, a cargo de la oficina de Promoción Social de la Intendencia.
La gestión llevó a centralizar acciones con los municipios y en tiempos de contingencia sanitaria, efectuaron traslados de personas en situación de calle desde Guichón y Quebracho. “Desde aquel momento, el refugio recibió a unas 600 personas que llegaron de diferentes formas y de manera transitoria, manteniendo siempre una ocupación diaria entre 50 y 55 personas durante el Plan Invierno”.
En Paysandú y por el puente General José Artigas se incrementó el pasaje de migrantes y si bien “la mayoría de las personas en situación de calle son de nacionalidad uruguaya, recibimos por la frontera con Argentina y Brasil, chilenos, colombianos, peruanos, ecuatorianos, algunos brasileños, pero en su mayoría, venezolanos”.
Coordinación de tareas
“El refugio tiene su propia cocina y los colaboradores acompañan o ayudan en la preparación del desayuno y la cena. En este caso, es fundamental el rol del Instituto Nacional de Alimentación (INDA) con las partidas semanales de frutas y verduras y semestralmente con los insumos secos”, precisó Colacce.
Actualmente el refugio se encuentra bajo la coordinación del CLAEH. “Además recibe la colaboración de la Intendencia, ASSE, la Policía Comunitaria, el dispositivo Ciudadela y Remar. Y en el caso de la Policía Comunitaria, su trabajo fue fundamental para recomponer la red familiar de esta población”.
La situación de calle
Desde el 25 de agosto está vigente la internación compulsiva de personas en situación de calle. La ley aprobada en el Parlamento en mayo de este año, implica que las autoridades pueden retirar a una persona contra su voluntad, siempre que se cumplan determinadas condiciones. La normativa establece que la persona podrá ser internada contra su voluntad si se acredita que sufre una descompensación por su patología siquiátrica o el consumo de sustancias. Antes de la nueva ley, la asistencia obligatoria se daba solo cuando había un riesgo de muerte.
Colacce reconoció la existencia de esta ley, pero abogó por un mayor trabajo entre diversas instituciones con incumbencia “en otras cuestiones de base, como la educación y atención desde la infancia. Tenemos un gran problema con las adicciones en los adolescentes y eso hace que algunas familias los expulsen a la calle. Ahí pasa a ser un problema para el Estado y todo lo que eso significa”.
Aclaró que “son pocas las personas sin vínculos familiares. En su mayoría, las relaciones están fragmentadas por distintas causas. También trabajamos con la Dirección Nacional del Liberado (Dinali) y recibimos a personas que salieron del sistema de reclusión y quedan en la calle. En esta población es más evidente el consumo de sustancias y un gran tema es la salud mental”.
A pesar de la vigencia de la ley, Colacce señaló que “no podemos obligarlos a salir de la calle, ni sacarlos de manera compulsiva si no son un peligro para sí mismos o para otros. Y ellos lo saben”. Agregó que “hay que pensar en una ley que faculte más allá de la última, similar a la ley de faltas. Que es una ley que no aplica, porque las personas que están en la calle no atentan contra la seguridad de otras personas. Es decir, no se puede retenerlos porque estar en la calle no es una falta. Pero hay un conjunto de otros actores responsables en este tema, como la Fiscalía o el Poder Judicial. Estas acciones desplegadas son las herramientas del Mides y hemos mejorado el sistema en Paysandú, donde la mayoría de las personas en calle no son del departamento”.
Segundo escalón
El refugio ha logrado sostener una rutina, “marcar los límites con su normativa, generar un sentido de pertenencia y una buena convivencia a pesar de las distintas problemáticas de cada situación personal. Es un refugio modelo a nivel de Uruguay, teniendo en cuenta que es una zona de frontera”.
Según Colacce, “las personas que llegaban al refugio no tenían un segundo escalón. El programa de calle avanzó en acuerdos con instituciones como Bethania y en su chacra se alojan a personas con problemáticas de adicciones, así como hay otras alternativas similares en el país”.
En este universo, “hay quienes muestran voluntad en los talleres y reciben apoyo para redactar un currículo, u obtienen oportunidades con el Programa Accesos o por la vía privada con las empresas madrinas”. En otros casos “tuvieron posibilidad de pasar a alojarse a una pensión con el seguimiento durante unos tres meses para que la persona logre capitalizar ese aprendizaje y salir del refugio. Actualmente hay siete personas viviendo en pensiones y son de todas las edades”.
Es una población que “ha hecho cursos por el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), con los diferentes programas del Mides, reciben seguimiento para culminar la educación Primaria o retomar la Secundaria”.
El presidente electo, Yamandú Orsi, anunció su gabinete y el Mides estará a cargo del actual diputado del Partido Socialista, Gonzalo Civila, acompañado por Federico Graña. “Aprontamos la transición y una vez confirmado el gabinete, esperamos los nombres de las futuras autoridades departamentales”, confirmó Colacce. Aseguró que se quedará en el cargo hasta el 1º de marzo y no hará uso de su licencia.