Convivencia ciudadana versus impunidad cómplice

Cuchilla de Peralta y Cardozo Chico son dos pequeñas localidades ubicadas en el suroeste del departamento de Tacuarembó, distantes a escasos kilómetros una de otra. Desde el año 2022 ambas poblaciones han sido víctimas de diversos actos de violencia, pero en las últimas semanas Cardozo Chico ha sido testigo de algunos hechos que demuestran un claro agravamiento de la situación: el incendio de la escuela pública de la localidad y de la casa de vecinos, además de otros hechos vandálicos. El edil de ese departamento Edgardo Gutiérrez, expresó al semanario Caras y Caretas que “todo comenzó con tirar animales muertos con cartas amenazantes en la escuela. Eso se volvió a repetir, fue creciendo, le cortaron los alambrados a un vecino, luego volvieron a hacerlo una vez más, prendieron fuego una columna de UTE, y no pasaba nada, todo seguía igual, con impunidad total. No alcanzó con eso y prendieron fuego la escuela que quedó con peligro de derrumbe y no se va a recuperar, cuando estaba impecable. Con eso tampoco pasó nada, sigue todo igual, siguieron, cortaron los alambres de los productores de la zona a unos 300 o 400 metros de la ruta que pudo ser un desastre, y tampoco pasó nada.”

De acuerdo con la página web del informativo Telenoche 4, “entre los mensajes hallados en la escena se encontraba una amenaza directa: “La próxima de la casa, no quedan ni las cenizas, si ni la usan la casa total”. Otros escritos también incluían intimidaciones de muerte y agresiones sexuales. Las viviendas afectadas pertenecen a dos familias locales, pero al momento del incendio no había nadie en su interior. Una de las personas mencionadas en los carteles fue una mujer de la localidad, quien meses atrás ya había sufrido la quema de su motocicleta. Su hija también fue amenazada en los escritos. “Todo empezó por las redes sociales. Es más, mi hija es una de las amenazadas, la nombran en la carta al igual que mi nombre. Hice la denuncia, pero no sabemos quiénes son”, relató la madre en diálogo con la prensa. La mujer, que es presidenta de la comisión de la escuela de Cardozo Chico, aseguró que la incertidumbre y el miedo han alterado completamente su vida cotidiana. “Mi día a día es con miedo, expresó”. En el año 2023 apareció una cabeza de nutria clavada en una de las paredes del centro de estudio de Cardozo Chico y además había una nota en la que se amenazaba tanto a las autoridades de la escuela como a los estudiantes, que son menores de edad.

Ante estos hechos, la filial tacuaremboense de la Asociación de Maestros de Uruguay (Ademu) solicita que se suspendan clases en Cuchilla de Peralta y Cardozo Chico por amenazas y hechos de violencia que se registran la zona. Los vecinos se movilizan para que las autoridades actúen para regresar el orden y la paz en mencionados lugares. En las últimas horas fueron atacadas dos fincas particulares. De forma extraoficial, las personas que desarrollan los actos de vandalismo estarían identificadas, algunos serían menores de edad. Los permanentes cambios de fiscales en Paso de los Toros dilatan las investigaciones y los caminos judiciales correspondientes.

La acción policial desde el año 2022 ha sido poca, mala, ha llegado tarde o nunca ha llegado. Nada nuevo bajo el sol ya que se trata de una constante de la institución policial que en todos los departamentos del país deja mucho que desear en su accionar y eficacia. Las excusas que se han manejado para Cuchilla de Peralta y Cardozo Chico son conocidas por todos los uruguayos a lo largo y ancho del país: falta de efectivos y falta de vehículos. Al fin y al cabo se trata de una muletilla utilizada por todos los partidos políticos que han ocupado el gobierno nacional, mientras el vecino honesto permanece desprotegido y a merced de los delincuentes mientras ve, con impotencia, como conocidos narcotraficantes sanduceros pasean en sus autos de lujo sin que nadie se pregunte (incluyendo los jueces y fiscales que siempre están ocupados en liberar delincuentes) cual es la fuente de ingresos de esas personas.

Lo que muestra (y demuestra) la situación planteada en Cuchilla de Peralta y Cardozo Chico es una destrucción de los valores en los cuales se cimienta la convivencia ciudadana en una sociedad civilizada. El artículo 127 de la Ley N° 18.362 del 6 de octubre de 2008 creó, con carácter de particular confianza, el cargo de Director de Convivencia y Seguridad Ciudadana, el que dependerá directamente del Ministro del Interior. En pocas palabras, se creó un nuevo cargo con todo lo que ello supone: auto oficial, sueldos, gastos de oficina, funcionarios, etcétera, pero eso tampoco importa porque Juan Pueblo es el que siempre paga; es uno de los “nabos de siempre” como dijera el conocido periodista Tomas Linn. ¿Acaso sabe el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana donde quedan Cuchilla de Peralta y Cardozo Chico? ¿Los ha visitado luego de estos gravísimos problemas de convivencia que se vieron traducidos en delitos castigados en el papel de los códigos, pero no en la realidad? ¿A quién se protege cuando policía, jueces y fiscales miran para otro lado y sobre todo… por qué o a cambio de qué se les protege? ¿Por qué no se les castiga como debería hacerse con toda persona que viola la ley? ¿De dónde viene tanta impunidad para los que delinquen?

Sin lugar a dudas lo que ha sucedido (y sucede) en estas poblaciones del departamento de Tacuarembó es, antes que nada, un grave problema de convivencia ciudadana debido a la constante pérdida de valores que podría dar lugar a varios estudios y sesudos diagnósticos de quienes tratan de justificar todo accionar delictivo a través de todo tipo de excusas que siempre funcionan a la perfección porque no indican medidas concretas a desarrollar y tampoco señalan responsables directos; todo se diluye en frases como huecas como “abordaje multidisciplinario” o “enfoque desde diversas perspectivas” porque cuanto más instituciones se involucren menos responsabilidad deberá asumir cada una por sus acciones u omisiones. Lo cierto es que, más allá de eso, las autoridades (policía, jueces y fiscales) deben tomar medidas claras, contundentes y efectivas para combatir este tipo de delincuencia. Si no lo hacen, ayudarán a construir una impunidad institucional que agravará la situación. Nos estamos refiriendo a localidades que tiene menos de 100 habitantes cada una. ¿Es tan difícil para la Policía trabajar profesionalmente y con eficacia en un entorno poblacional de esas características?

En este momento Cuchilla de Peralta y Cardozo Chico son víctimas de atropellos que seguirán extendiéndose ante la llamativa inacción de quienes deberían protegernos de la inseguridad. Vivimos en tiempos en los cuales tanto para la policía como para los jueces o los fiscales da lo mismo ser honesto que delincuente. Todo vale igual para ellos. El gran Enrique Santos Discépolo ya lo había anticipado en la letra de su magistral tango “Cambalache”: “Si es lo mismo el que labura, Noche y día como un buey, Que el que vive de las minas, que el que mata, que el que cura, O está fuera de la ley”.