
Este lunes se realizó en Paysandú el taller inicial del programa “Sabores de Cambio: mujeres que cocinan con propósito”, una propuesta dirigida a emprendedoras del rubro gastronómico que busca fortalecer sus proyectos mediante herramientas de gestión, comercialización y sostenibilidad. El encuentro presencial tuvo lugar en la sede de la UTEC (ex Paylana) y reunió a cerca de 20 mujeres del departamento.
La iniciativa, impulsada por Sellin, financiada y coejecutada por Inefop y con el apoyo de la Agencia de Desarrollo Paysandú, UTEC y la Intendencia Departamental, forma parte del programa nacional de Proyectos de Formación Profesional para la Autonomía Económica de las Mujeres. En esta segunda edición participan también emprendedoras de Montevideo, Canelones y Florida.
En diálogo con EL TELEGRAFO, la directora de Sellin, Mariana Chilibroste, destacó que el objetivo es profesionalizar y escalar los emprendimientos que, en muchos casos, nacieron como forma de autosustento.
“Este programa busca trabajar en el rubro de alimentos. Estamos presentes en varios departamentos, y lo que hacemos es conformar un grupo de emprendedoras que, en su mayoría, comenzaron por necesidad. La cocina, desde esta perspectiva de propósito, es una herramienta para vivir de lo que hacen, para salir adelante y generar su propia autonomía”, explicó.
Chilibroste remarcó que el programa tiene un enfoque integral. “Estos emprendimientos necesitan acompañamiento profundo en aspectos como costos, comercialización, capacidades productivas, valor diferencial, análisis de mercado y detección de oportunidades. Se trata de orientar sus capacidades hacia esos objetivos”, subrayó.
Además del componente técnico, el acompañamiento humano y colectivo constituye un pilar fundamental del programa.
“En Sellin entendemos que, para abordar los aspectos formales de un emprendimiento, primero hay que trabajar con la persona. La oportunidad surge al generar redes, de forma presencial y en comunidad, porque estos encuentros tienen un efecto muy importante: generalmente, cuando emprendemos, lo hacemos muy solas”, señaló.
El programa se organiza en tres etapas: una fase de talleres virtuales y presenciales que se desarrollará entre mayo y junio; una segunda etapa de tutorías personalizadas, entre junio y setiembre; y una ronda de negocios al cierre, donde las participantes podrán vincularse con empresas de impacto social y exhibir sus productos.
Los talleres incluyen módulos sobre habilidades blandas, herramientas de comercialización, comunicación y gestión de la producción. Las actividades se desarrollarán mayoritariamente en modalidad virtual, salvo el primer módulo, que es presencial.
Sellin trabaja actualmente con más de 500 emprendimientos productivos en Uruguay, de los cuales más del 70% son liderados por mujeres rurales.
“Ahí hay un talento increíble, pero lo que se necesita es generar una red de apoyo y, al mismo tiempo, orientar esas capacidades hacia el mercado”, indicó Chilibroste.
La apuesta por la transformación también contempla la incorporación tecnológica. “Lo hacemos en formato híbrido porque buscamos potenciar la digitalización del aprendizaje. Cuando integro la tecnología, abro un universo que no creía posible”, expresó. “Ese universo me ofrece oportunidades de aprendizaje y, a la vez, mayores oportunidades de innovación”, remarcó.
Las participantes que completen la fase de talleres podrán acceder a mentorías individuales, y aquellas seleccionadas integrarán la ronda de negocios. Además, recibirán un certificado y una producción fotográfica profesional de sus elaboraciones.
“Al final de este proceso se realiza una mentoría individual. Serán seleccionadas unas 25 emprendedoras y, en esa última instancia, habrá un encuentro con empresas invitadas que orientarán, conectarán y brindarán nuevas oportunidades. Así es como logramos catapultar estos emprendimientos”, concluyó.