
El Director Nacional de Protección Social del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Lic. Daniel Gerhard, señaló un incremento de las personas en situación de calle a nivel nacional, “sobre todo madres con niños y adolescentes a cargo y se incrementa la demanda en general”.
Explicó que “a veces vienen por dificultades para acceder a una vivienda, pero siempre está ligado a la violencia basada en género. Entonces, son mujeres que huyen de sus hogares por una situación de violencia, terminan en el circuito de los refugios y los programas de protección social”.
Respuesta a programas
De acuerdo a la información de la secretaría de Estado, el año pasado unas 11.000 personas utilizaron al menos una noche alguna de las respuestas de protección social. El sistema tiene 5.500 plazas disponibles, de las cuales 1.100 corresponden a centros nocturnos tradicionales. Las restantes se distribuyen en dispositivos de 24 horas, centros específicos para madres con niños y adolescentes, hombres a cargo de menores, personas con problemas de salud mental y espacios de cuidados. Este año, el Mides agregó 985 cupos nocturnos, de los cuales 610 se encuentran en el Interior.

“Las respuestas que tenemos para personas sin hogar son bastante diversas y están extendidas en todo el país pero no de la misma forma. En el Plan Invierno hay respuesta en todos los departamentos y nos aseguramos que haya para las mujeres en el territorio, porque es un emergente que se profundiza”, dijo a EL TELEGRAFO.
Sin incluir Montevideo y Canelones, “este año para el Plan Invierno hay más de 600 cupos para los departamentos del Interior. El resto del año, hay departamentos que cuentan con refugios nocturnos que son Paysandú, Maldonado, Melo y Rivera”, además de la capital del país y Canelones.
“Estamos ante una realidad que nos interpela no solo al gobierno, sino a toda la sociedad, pero también es una realidad global de países desarrollados. Esto no es para excusarse sino para reflexionar y observar lo que ocurre en el mundo y está ligado a diversos fenómenos”, señaló Gerhard.
Explicó que “un aspecto es económico, por desigualdad social y desempleo. Porque crisis hubo en diferentes momentos, pero ahora, se expresa de esta manera. Tiene que ver con la violencia en los barrios, el consumo, la salud mental y eso genera un combo que termina destruyendo relaciones así como deja personas en la calle”.
Programas
Los programas del Mides tienen diferentes perfiles. “Uno, son los centros nocturnos y se amplían con el Plan Invierno. A esto se suma el plan de viviendas con apoyo, donde la respuesta habitacional es diferente. También hay programas de cuidados para personas en calle, además de respuestas habitacionales para personas que salen de un consumo problemático de drogas y otras dificultades por salud mental”.
Todas estas respuestas suman 5.500 plazas más 985 que se añadieron en el Plan Invierno, de las cuales 610 se encuentran en el interior del país.
“Hemos encontrado que las personas en calle acuden rápidamente a estos dispositivos y ya estamos evaluando una nueva extensión. Nuestro objetivo es que nadie quede fuera por falta de cupos. Pero sí, nos sorprendió lo rápido que se llenaron, teniendo en cuenta que ese Plan Invierno es más extenso y amplio que el año anterior”.
Internación compulsiva
Consultado por la aplicación de la ley de internación compulsiva, señaló que “en realidad es una hospitalización involuntaria que se realiza bajo la opinión técnica de un médico”. En Montevideo, las personas que resultan internadas bajo estas características, pueden ser captadas por un funcionario del Ministerio de Desarrollo Social. En su recorrida, “llama al médico, que evalúa si la vida de la persona está en riesgo y, por lo tanto, es trasladada a pesar de que diga que no desea hacerlo”.
En el Interior, “una internación de este tipo no suele ser con alguien del Mides porque tenemos menor presencia. Entonces, en el Interior se da sin que el Mides haya participado de ninguna manera. Es una herramienta técnica, no es de otro tipo, y se hace bajo una evaluación médica”, explicó.
El director concluyó que la internación compulsiva, “no es una respuesta para solucionar un problema de calle, sino que es una respuesta a una situación muy concreta para salvar una vida”.
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