Un montón de cosas sin discutir

En una entrevista en el Portal de la Universidad de la República (UdelaR), el catedrático de Derecho del trabajo y de la Seguridad Social y de Teoría de las Relaciones Laborales de la Facultad de Derecho de la UdelaR, Juan Raso Delgue, analizó las perspectivas desde el punto de vista de su materia frente a los desafíos que proponen las nuevas tecnologías y en especial la Inteligencia Artificial. La entrevista es extensa y en la puesta en contexto el experto abarca desde los inicios de la legislación laboral y el reconocimiento de los derechos de los trabajadores, para llegar al escenario actual, en el que plantea que un motivo de preocupación de la fuerza de trabajo debería ser la defensa de la transparencia del algoritmo, “un concepto que no está claro para los trabajadores y sin embargo ese es un punto que muy grave para el futuro, en materia de discriminación, de género, entre otros sesgos”, indicó. Como un ejemplo de ello citó los concursos laborales en las instituciones públicas. “En la actualidad cuando uno de estos organismos abre un llamado a por ejemplo veinte cargos administrativos y se presenta una enorme cantidad de personas, la primera selección no la hacen los humanos sino un programa de Inteligencia Artificial que opera en base a algoritmos”, se plantea en la nota antes de citar a Raso indicando que “se trata de una selección que nosotros no conocemos, no sabemos si cuando se construyó el algoritmo, dentro de ese proceso de inteligencia artificial no se escondieron sesgos, por ejemplo la edad de los seleccionados, género, complexión física, que no sean fumadores, etcétera” y agregó que ya hoy “hay controles que apuntan a saber lo que piensa el trabajador, si está de buen humor, si está deprimido, si está siendo productivo o no, invaden. Entonces, el camino es conocer y después actuar”, afirmó. Y aunque en Uruguay es una discusión que, al menos en la faz pública, no se está dando, sí es una preocupación en otros países de la región que incluso están desarrollando modelos propios de inteligencia artificial para cubrirse de los sesgos de los modelos más empleados del momento, como ChatGPT, al que directamente alude en su nombre: Latam-GPT.

Este modelo sudamericano se creó en Chile, donde comenzó el proyecto, al que se sumó Brasil, en una alianza que se forjó tras una visita del mandatario trasandino Gabriel Boric a su par norteño Luiz Inacio “Lula” Da Silva. “El futuro digital también debe hablar en nuestro idioma, con nuestras voces y para nuestra gente”, ha dicho el presidente chileno acerca del proyecto.

Este modelo está siendo desarrollado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia), un organismo privado sin fines de lucro que tiene a cargo la coordinación del proyecto, y cuyo gerente, Rodrigo Durán, ha indicado que su espíritu “no está en entrar directamente en la competencia con otros actores internacionales, sino en mejorar el rendimiento de cualquier solución tecnológica para los países de la región”. Agregó que no se trata de concretar simplemente una plataforma, sino que “lo que queremos es promover la adopción de estos desde un punto de vista ético y responsable. Esa es nuestra meta con este proyecto, que la inteligencia artificial esté al servicio de las personas en Latinoamérica”.

En un artículo en la edición América del portal de El País de España, Durán explica que la diferencia con otros modelos es que estará entrenado con una gran proporción de datos de la región. “No será mejor en dar respuesta a temas como bioquímica, modelos de negocios –salvo que sean de Latinoamérica–, pero su gran virtud estará en el conocimiento del contexto local. Es decir, Latam-GPT sabrá más y mejor sobre América Latina que cualquier otro modelo que no haya sido entrenado con estos datos”, dice Durán. Entre este mes y el que viene se estrenará una primera versión de esta tecnología, a la que se podrá acceder de formar gratuita. Además de los dos que han sido abanderados, ya hay otros países interesados en formar parte del proyecto, como Colombia y Paraguay, así como casi una treintena de instituciones de distintas naciones de la región. El desarrollo de esta herramienta cuenta con el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, CAF, así como de la Fundación Data Observatory, de Amazon Web Services (AWS) y han recurrido a centros de investigación, instituciones públicas, archivos, bibliotecas, universidades, organizaciones sociales, editoriales, productoras de cine y personas de toda la región con acceso a grandes volúmenes de datos para que colaboren en el entrenamiento de Latam-GPT. En un informe de 2023 la ya referida CAF citaba una estimación de la OCDE del año 2020 que situaba en más del 25% los empleos en América Latina que podían estar en riesgo de ser reemplazados por la automatización, una de las tasas más altas del mundo.

No se puede decir que en Uruguay no se esté haciendo nada al respecto. El pasado 6 de mayo se reunió el Comité Estratégico del Sector Público para la Inteligencia Artificial y Datos a efectos de abordar la implementación de las Estrategias Nacionales de Inteligencia Artificial y de Datos, y comenzar a trabajar en la primera hoja de ruta del período 2025 – 2030. Da la impresión que llevamos cierto retraso incluso con respecto a la región, aun considerando a algunos estudiantes universitarios que se han apropiado de su uso y de las piezas audiovisuales y gráficas que el mismo Gobierno ha utilizado para recordar las fechas patrias y algunas campañas del Ministerio de Turismo. Quizás quienes hacían antes estos trabajos hayan inaugurado la parte de ese 25% que corresponde a nuestro país.

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