Fueron poco menos de 40 los aprobados la semana anterior, y las actividades se retomaron ayer.
Cuando faltan unos 10 días para que se tenga que realizar el llamado a Asamblea para el 2 de diciembre, día en que el nuevo estatuto de la AUF debe estar aprobado por exigencia de FIFA, so pena de que el fútbol uruguayo quede desafiliado y no pueda jugar a nivel de clubes ni selecciones en el ámbito internacional, solo se sumaron cuatro artículos más.
Sí: y son 86. Por eso, la enorme pregunta es si dan los tiempos. Y es complicada la respuesta.
Ayer volvieron a reunirse los clubes de la AUF con los integrantes del Comité de Regularización de Primera División y del ascenso, ya con más representantes. Y estuvieron representados los grupos de interés, es decir los técnicos, jugadores, entrenadores, OFI y también de la Liga Universitaria de Deportes, que volvió a afirmar que quiere estar contemplada dentro del nuevo estatuto.
Lo que está claro es que no hubo demasiados avances. Apenas si se trataron cuatro artículos: el 16, con respecto a la independencia de los miembros y afiliados; el 65, que habla de la jurisdicción obligatoria; el 5, que se refiere al relacionamiento con los jugadores; y el 2, sobre los objetivos.
Y ya está. Queda la mitad del estatuto por consensuar entre las partes interesadas que, justo es decirlo, cada vez son más. Tanto, que mientras la Liga Universitaria quiere ser parte, la Secretaría Nacional del Deporte también pretende que esté ONFI.
Hoy habrá una nueva reunión. Y se seguirá discutiendo artículos, hasta que llegue el momento de discutir no en el aspecto técnico, sino político.
Por ejemplo, cómo estará conformado el Ejecutivo (el 31) y el Congreso (20). Ambos, seguramente con el que rige las tasas, son claves para el fútbol del Interior, que deberá pelear por mantener los derechos consensuados en el estatuto que debió votarse el pasado 6 de abril.
Para mañana, la AUF pretende que todos los participantes lleven una decisión política con respecto, por ejemplo, al artículo 20. Y allí, seguramente, arderá Troya a la hora de discutir. Por eso la pregunta: ¿el plazo es suficiente?
