Potenciar aportes locales en la construcción de interés social

En reciente edición de EL TELEGRAFO, dimos cuenta de la integración este año de la Asociación de Constructores y Pequeñas Empresas de la Construcción (Conpe) de Paysandú como respuesta a la problemática del sector en el departamento y, sobre todo, para paliar la persistente caída en la demanda de mano de obra local.
El grupo de pequeños empresarios comenzó a delinear estrategias que ya han presentado ante autoridades locales; en este sentido, mantuvieron una entrevista con el intendente Guillermo Caraballo para presentar sus reivindicaciones y tras Semana de Turismo, se reunieron con jerarcas de la Dirección General de Obras, con el fin de tener participación en emprendimientos constructivos locales de interés social. Entienden que sus propuestas deberían resolverse desde el punto de vista administrativo, por el lado de compras directas y otras formas de licitación “que nos permitan, como constructores en pequeñas y medianas empresas, acceder a trabajos que nos otorgue la Intendencia. Esa no era nuestra idea, pero buscamos una apertura para generar mano de obra con una reactivación del sector y no que nos salven a nosotros”, sostuvo uno de los integrantes del grupo.
Este planteo no es novedoso; en anteriores administraciones, grupos de constructores locales habían transmitido inquietudes semejantes, apuntando a que la administración del gobierno de turno tuviera una perspectiva distinta en la adjudicación de obras, que, por regla general, eran adjudicadas a empresas de mayores dimensiones y capacidad de trabajo.
Claro, si ya este aspecto es contemplado a medias en el caso de una administración departamental, que tiene contacto directo con el quehacer y necesidades locales, mucho menos puede esperarse del gobierno nacional, donde se manejan proyectos de otras dimensiones.
El punto es que “todos los tientos salen del mismo cuero” y los gobiernos, tanto locales como nacionales, administran los recursos que provee toda la sociedad, en el marco de su reciclaje por el esfuerzo del emprendedor privado, que es el genuino creador de riqueza. Es decir, la conjunción de capital-trabajo es la generadora real de riqueza y el Estado debe actuar como catalizador de la inversión y el trabajo, haciendo el máximo de sí por evitar encarecer esta ecuación con sus costos exacerbados.
En esta problemática de facilitar el acceso a la vivienda de interés social, deberían converger intereses de todos los actores: el del pequeño empresario de la construcción, el del trabajador del sector, de proveedores y del propio beneficiario del emprendimiento, que es el ciudadano común que cuenta con medios muy limitados para financiar la vivienda propia, habida cuenta de que promedialmente los ingresos guardan una relación insuficiente respecto al monto de la construcción y capacidad de financiación por medios de crédito comunes.
Los constructores sanduceros reconocieron que la Intendencia Departamental no es generadora de puestos de trabajo, sino que “es una pata importante de este asunto como reguladora de la construcción en el departamento. Por otro lado, nos reunimos con el Sunca y, como resultado de esta movida, esta semana concretamos una ronda de encuentros con los tres diputados de Paysandú”, en tanto la diputada Cecilia Bottino elevó una propuesta de los constructores al ministro de Trabajo, Ernesto Murro.
“Esencialmente somos constructores de casas y proponemos eso, si bien no rechazamos ninguna posibilidad. Sin embargo, sabemos que la forma de generar empleo es construyendo casas bajo la forma tradicional, aunque no estamos en contra de ningún paradigma constructivo”. A la vez, consideraron que contar con hornos de ladrillo y materia prima para abastecerlos es un factor positivo para la disponibilidad de materiales de origen local.
Para la dinamización del sector, es preciso el diálogo. La participación de los actores privados y los gobernantes, sin cortoplacismos ni miradas egoístas de corte político-partidario, elevando las miras para que a todos nos vaya mejor. El punto de atención es solucionar la problemática habitacional de interés social, pero en el entendido de que nadie hace magia ni se sacan recursos de la nada. Lo que está sobre la mesa es una mejor distribución de oportunidades y el reciclaje de riqueza en el ámbito departamental.
Es pertinente destacar que si hay propuestas que nacen de los involucrados, que conocen en detalle el tema, en el sentido de promover sistemas constructivos acordes a nuestra realidad y accesibilidad, más allá de alternativas de sistemas en prefabricado, ello es bienvenido. Y los que tienen el poder de decisión deberían dedicar tiempo con pragmatismo y apertura mental a considerar el punto en sí, en lugar de tener una mirada crítica con lupa sobre de quién proviene la idea.
Es que en este barco estamos todos. Muchas veces, quienes se creen al margen del tema, más temprano que tarde, por el giro de la rueda en el tramado socioeconómico, tendrá sobre sí las consecuencias de lo que haga o deje de hacer.