Reforma laboral de Brasil preocupa al gobierno

Nova Iorque - EUA, 19/09/2016. Presidente Michel Temer durante reunião Bilateral com o Presidente da República Oriental do Uruguai, Tabaré Vázquez. Foto: Beto Barata/PR

(EL OBSERVADOR)
Uruguay está preocupado por la reforma laboral que impulsó el gobierno de Brasil. El ministro de Economía, Danilo Astori, dijo que tiene “la sensación de que muchos trabajadores de Brasil pueden enfrentar consecuencias negativas” por los cambios que se impulsan y empezarán a regir en el corto plazo.
Murro dijo que le preocupa el impacto de la reforma en los trabajadores y empresarios uruguayos y, de acuerdo a lo que se sabe sobre la reforma, opinó que “si vale más un acuerdo individual entre un empleado y un patrón que una ley o que un convenio, retrocedimos dos o tres siglos, y eso no será solo para los brasileños”. El canciller, Rodolfo Nin Novoa, informó que Uruguay consultó a Brasil al respecto y agregó que el gobierno convocará a una reunión del Mercosur para analizar el tema. “Vamos a pedir una reunión que está en el marco de la cláusula sociolaboral, que establece que dos veces por año tiene que reunirse una comisión administradora”, indicó. La Cancillería brasileña convocó ayer lunes al embajador de Uruguay en Brasil, Carlos Daniel Amorín-Tenconi, a que ofrezca explicaciones sobre los cuestionamientos a la iniciativa, a raíz de estas declaraciones.
Entre los principales puntos de la reforma, se destaca la flexibilización de los convenios, en tanto los contratos privados prevalecen por sobre los convenios colectivos. Se modifica el régimen vacacional, que permite su fraccionamiento hasta en tres períodos y se habilitan jornadas laborales de hasta 12 horas, seguidas por descansos de 36 horas y siempre que no se superen las 44 horas semanales. La reforma autoriza la jornada intermitente, con el pago de salarios sobre una base horaria o por jornada en vez de mensual, se habilita la reducción del intervalo interjornada a 30 minutos, regula el trabajo desde la casa y se amplían las posibilidades de tercerización. La nueva ley le quita peso a los sindicatos, el empleador no está obligado a negociar despidos colectivos con los sindicatos, se flexibilizan las condiciones de despido porque las indemnizaciones dejan de estar atadas por el salario del trabajador.