Además del Código del Adulto Mayor, es necesario generar cambio cultural

Su iniciativa de recoger en el Código del Adulto Mayor la normativa legal existente en el tema, más algunos elementos que contemplan específicamente la problemática de la tercera edad, fue expuesta este miércoles en Paysandú por la licenciada Allisson Kennedy, en charlas ofrecidas en Ajupe y en la sede de la Lista 71.
Kennedy, de 26 años, es la impulsora del Código del Adulto Mayor que pasó a estudio de la Comisión de Constitución y Códigos del Parlamento tras haber recogido el apoyo de legisladores del Partido Nacional, el Partido Colorado y el Partido Independiente, y contar asimismo con expresiones favorables de legisladores del oficialismo.
El abuelo de Allison era el médico geriatra y gerontólogo Antonio Ferrara, quien dedicó buena parte de su vida a sistematizar un conjunto de derechos y normas que regularan las responsabilidades del Estado frente a la vejez, y que la joven promueve tras una actualización y generación de elementos que encajan en el espíritu de ese código.
Allison Kennedy es comunicadora social, y para redactar el documento contó con el asesoramiento de profesionales especializados en la materia, incluyendo abogados, doctores, escribanos y adultos mayores, para llegar al código que finalmente ingresó en la Comisión de Constitución y Códigos del Parlamento el 14 de diciembre de 2016, con la firma de nueve representantes nacionales.
En él reúne 157 artículos y se ocupa de temas tales como planes de vivienda para adultos mayores, trabajo, educación de la tercera edad, salud, geriátricos y hogares de ancianos, alimentación y recreación. Asimismo establece una formación mínima necesaria para el trabajo con adultos mayores, y también un sistema de voluntarios y asistentes sociales para atender a los ancianos abandonados por sus familias.
Con referencia a su abuelo, dijo que el código que redactó “nunca pudo contar con el apoyo ni el reconocimiento social con proyectos de las características que merecía”, en tanto “cuatro años atrás tuve la oportunidad de contar con el trabajo en sí mismo, que lo encontré con la proclama de los derechos humanos en un trabajo escrito a máquina. Estaba con un estudio demográfico y una carta anónima para quien lo recibiera. Mi abuelo falleció hace catorce años y el mensaje que quiero transmitirle a la población tiene que ver con la humanización en torno a la figura social del adulto mayor”.
Apuntó que de lo que se trata en gran medida es de “generar conciencia y tener en cuenta que hay muchos adultos mayores que viven en un estado de angustia, maltrato y vulnerabilidad, y que hoy en día eso hay que cortarlo y cambiarlo, como ha pasado por ejemplo con la temática del femicidio. En este aspecto social y culturalmente hemos logrado entender la importancia del tema, de la misma forma que en lo que refiere a los niños y los adolescentes”.
Puntualizó que “es importante que a nivel cultural generemos el cambio, y entendamos la importancia de que por ejmplo el adulto mayor no se quede, después que se jubila, sentado esperando el fin de su existencia, en soledad, porque puede todavía llevar una vida totalmente útil y productiva, sentirse a gusto con recreación y con actividad”.