Campaña para donar útiles escolares: Cambiar mochilas por sonrisas

Un grupo de madres y abuelas, basado en experiencias desarrolladas en Montevideo y resto de América Latina, creó en Paysandú el grupo Ser Útiles, que tiene el cometido de reunir mochilas –y dentro, los elementos necesarios para trabajar en clase– para ser entregadas a niños que no tienen posibilidades o cuentan con dificultades para acceder a una.
El primer objetivo de la movida, que en la capital el año pasado logró reunir 1.400 mochilas con el programa Mi Mochi, será juntar los materiales para los alumnos de primer año de la escuela Nº 26, de las denominadas Aprender (Atención Prioritaria en Entornos con Dificultades Estructurales Relativas), considerada de contexto vulnerable. En el futuro próximo, esperan agrandar el espectro de beneficiarios.
Cada mochila debe tener los siguientes útiles: una cartuchera con dos lápices, goma, sacapuntas, regla y tijera; 12 marcadores de colores; 12 lápices de colores; goma de pegar; dos paquetes de papel glasé; 25 hojas de garbanzo; cuatro cuadernos de 48 hojas y un libro infantil. Las organizadoras solicitan realizar las donaciones antes del 23 de febrero en la librería Posta del Libro, Sanitaria Paysandú o Jean’s Center y que la mochila sea entregada con todos los implementos.
Virginia y Rocío Bulanti, dos de las creadores de Ser Útiles (también están Ruth Kanovich, Maraela Wulf y Claudia Mizraji), comentaron a EL TELEGRAFO que enteradas de lo sucedido en Montevideo, se engancharon con la idea de replicar este proyecto solidario en la ciudad. Se contactaron luego con los impulsores de Mi Mochi, quienes les dijeron que podían “copiar todo” lo que ellos estaban haciendo, pero con otro nombre.
“Se busca fomentar que los niños puedan desprenderse de sus lápices, de sus mochilas, lo que puedan dar. Ellos tienen que elegir las mochilas, que estén en buen estado, para los niños que las van a recibir”, explicaron. “Los útiles son los básicos que se pide en la escuela. Hay alumnos que no tienen mochila para empezar las clases y ese es el objetivo. A veces ni siquiera tienen championes. Ojalá podamos abarcar más escuelas más adelante”, continuaron.
Una vez que las mochilas estén listas para donar, serán los padres quienes las reciban y estos, a su vez, quienes se las den a sus hijos. En caso de sobrar, se entregarán a más niños. En tanto, el objetivo para la próxima campaña es arrancarla en noviembre. El grupo tiene su propia fanpage en: Ser útiles Paysandú. Con el deseo de que la solidaridad “se contagie”, es que adoptaron para la iniciativa una frase de la Madre Teresa: “Una gota en el mar no es nada, pero cuánto menos es ese mar sin esa gota”.