La Sociedad Uruguaya de Apicultores (SUA) se mostró preocupada por el uso de plaguicidas en el campo, que ha destruido colmenas y provocado que varios productores deban abandonar su labor. “Tenemos un producto como glifosato que la Organización Mundial de la Salud lo decretó potencialmente como cancerígeno”, subrayó el secretario de la FAU, Alfredo Aguilera. Y además arrojó un dato alarmante: “En Uruguay aumentó el uso de glifosato y casualmente aumentó el porcentaje de diagnóstico de tres tipos de cáncer, uno de ellos en un 100%”.
Aunque aclaró que “si me preguntás científicamente si una cosa trae la otra, no sé. Pero que hay que investigar y que posiblemente sea así es una realidad”. Por este tipo de motivos se está restringiendo el uso del producto en varias partes del mundo, pero en nuestro país “cualquier aplica lo que se le antoja, en las condiciones que quiere y la autoridad, que sería el Ministerio de Ganadería, no hace el control pertinente. Por eso es que hubo tantas pérdidas de colmena”.
Hasta el año pasado, había unos 3.300 productores, pero la última estadística señaló que ahora hay 2.200. Se perdió un 30% de los productores. Las razones pueden ser varias, como la pérdida de colmenas por el uso de agrotóxicos, así como la baja en el precio internacional.
Hace tres años, la miel se abonaba en el exterior entre 2,50 y 2,80 dólares el tambor de 300 kilos y hoy en día se paga entre 1,30 y 1,50 dólares el tambor. “Perdimos 50% del valor”, se lamentó Aguilera. “Y además hemos perdido lugares donde poner colmenas, porque si la dejás en el medio de una zona donde se está poniendo el producto, eso las afecta. Además bajó el precio y los costos en dólares aumentaron, porque el dólar se planchó, entonces como exportadores se nos complica”, explicó.
Según muestran los datos estadísticos, hasta 2015 se exportaba toda la producción de miel y no quedaba incluso para el mercado interno, que representa entre un 5 y 10%. Sin embargo, ahora está sucediendo que la miel queda de una zafra para la otra porque no se comercializa.
“Estos señores no pueden echar productos que si se aplican en determinados lugares, de determinada manera y equivocadamente, te afectan. No digo que todo el mundo lo haga, sería una ridiculez decir eso, hay muchísima gente que lo aplica mal en épocas que no corresponden y en concentraciones que no corresponden”, aseveró Aguilera.
“Hay muchos (productos) que no se pueden aplicar de día porque la abeja está en flor. Sin embargo lo aplican, encima en avionetas, te podrás imaginar que no queda nada”, añadió. El jerarca además alertó de que en 2018, según datos del Ministerio de Ganadería, en Uruguay se tiraron 18 millones de litros de glifosato, lo que significa que “nos tocó seis litros para cada uruguayo, ¿y eso dónde está?”, se preguntó.
Sin duda, está “en el agua, en la tierra y en las frutas o plantas, porque desaparecer no desaparecieron. Además, Salud Pública no le hinca el diente, en Argentina ya encontraron restos de glifosato en sangre y orina en habitantes de Buenos Aires que nunca pisaron un campo; lo mismo en Alemania. En Estados Unidos, encontraron glifosato en leche materna”, alertó. “Es un tema de estudiar”, concluyó Aguilera.