Sobria ceremonia y ¡al fin corta!

Colorido, mucha música y sobriedad. Además de poco tiempo en escena. Ese fue el común denominador de la ceremonia de apertura del Mundial de Rusia 2018, vivida en el Estadio Luzhniki de Moscú. Con la presencia del presidente ruso Vladimir Putin en el palco junto al presidente de la FIFA, Gianni Infantino (ambos hablaron al cierre), el excapitán español Iker Casillas ingresó con la Copa del Mundo a la cancha, el brasileño Ronaldo lo hizo con un niño al terreno de juego, junto a la mascota de la cita, el lobo Zabivaka. Y cantaron el inglés Robbie Williams, acompañado en algunas interpretaciones por la soprano local rusa Aria Garifullina. Después, rodó la pelota, dando el puntapié inicial a la cita.