En el sindicato de Conaprole, “no se dan cuenta de que a la larga tiran el agua de la bañera con el bebé adentro”

Ingeniero agrónomo Roberto Ceriani.

En tanto continúa la tensión entre el sindicato de trabajadores de Conaprole y las gremiales de productores del sector, entre quienes son socios de la cooperativa aumenta la preocupación por el impacto que las medidas puedan generar. En el sindicato “no se dan cuenta de que, a la larga, van a tirar el agua de la bañera con el bebé adentro”, graficó el ingeniero agrónomo Roberto Ceriani.
El presidente de la Asociación de Productores de Leche de Parada Esperanza (Aplpe) manifestó a EL TELEGRAFO que “muchos de esos trabajadores de la industria no conocen la realidad de los productores”, pero entiende que “hay un tema ideológico que se confunde con un desarrollo gremial y la situación económica del país”.
“Además, en un sector lechero, donde la materia prima no resiste tiempo de espera, se debe ordeñar todos los días y se debe ingresar a la planta diariamente y tiene que ser transformada para que no pierda su valor biológico, de alguna manera están sentados arriba de la pelota”, precisó el productor y dirigente, sumamente molesto con las medidas del sindicato, que pueden generar que se tire la leche por no poder enviar el producto.
Sostuvo que “así como en algunos casos se ha dicho en otros sectores traer a los gremios a conocer el sector agropecuario y la lechería en particular, a los integrantes del sindicato de la cooperativa habría que traerlos para que vean cómo se desarrollan los días de un productor lechero y su familia”.
Reiteró que “se involucran los temas ideológicos. Todos sabemos que dentro del sindicato de Conaprole priman algunos factores ideológicos y no se dan cuenta de lo que están generando en los productores”. En un momento complicado para la lechería en el país, el sindicato de la principal industria láctea uruguaya decide “generar una serie de reivindicaciones, entre ellas, temas salariales, de condiciones de trabajo y calificaciones de trabajo”, dijo Ceriani.
Más allá de discutir su validez, “creo que el momento para hacerlo es inadecuado, porque hay un sector como la lechería que está pasando por un momento complicado, con más de 1.000 productores que están en rojo y otros no cobran ni siquiera $ 40.000, que es menos del salario mínimo de los empleados”.
Esto genera para la empresa “problemas en su distribución en distintas actividades, porque trabajan a reglamento, lo que significa que no cubren las horas libres y no hacen horas extras. Las actitudes generan el descontento en la cadena agroindustrial, porque el sector primario está muy complicado desde hace cuatro años y los productores ven con mucho desagrado ese endurecimiento de las relaciones laborales”.
Fue más claro aún al señalar que “a nosotros los productores también nos interesa tener mejores condiciones de trabajo y mejores retribuciones, pero en un país que enfrenta dificultades, un sindicato con la madurez que debe tener, debería rever este tipo de medidas y relativizar su situación como empleados, condiciones laborales y pretensiones de mejoras, frente al resto del sector –en este caso, el productivo–, teniendo en cuenta que en estos tres a cuatro años desaparecieron muchos productores y se desmembró la familia tambera”.

Situación de PILI

Recordó que, meses atrás, cuando se manejó la posibilidad de traer leche desde Conaprole a PILI para mejorar la situación de la empresa local, pero dadas las condiciones el gremio no aceptó y la leche no pudo ser enviada a la industria local, generó “obstáculos el sindicato para el desarrollo de la lechería, que no condicen con lo que argumentan, que es estar a favor de la producción y el productor familiar”. Para Ceriani, “hay un hueco importante que no están cubriendo las autoridades de gobierno, como el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y el Ministerio de Industria y Energía (MIEM), en articular fuertemente entre los sindicatos, la industria y los productores”.
Cuando se produjo la posibilidad de envío de leche a façon desde Conaprole a PILI, “no jugó el MTSS y no tomó una posición fuerte que dirimiera las diferencias. En estos momentos, la forma de solucionar eso es a través de las instituciones democráticas que hay en el país”, subrayó.

Panorama complejo

Roberto Ceriani precisó que el panorama en la industria local “sigue complejo, más allá de que la empresa tiene mercados como para sacar producción, pero lo que falta es la materia prima”. De todas maneras, aclaró que “tiene poca liquidez para cumplir con sus obligaciones y aparentemente se acerca la posibilidad de algún inversionista que pueda dar una mano a la empresa, pero la situación está estancada debido a las dificultades existentes”. Reconoció que hay productores que “hace meses que no cobran y están muy comprometidos en sus economías y sus familias”.
Enfatizó que “desde las instituciones del gobierno “han dejado las cosas quietas. Tuvimos algunas reuniones con gobernantes en las que se estudió la posibilidad de tomar medidas y plantear apoyos, pero quedó en grandes titulares y nada más”. Entiende que “no se está visualizando la repercusión que tiene en las economías locales estas situaciones, pero creo que también hay un debe importante desde las autoridades, de no buscar posibles soluciones o caminos a seguir en este problema”.
“El tema está en dejar pasar el tiempo y que se prolongue la agonía, porque si todo continúa así, todos sabemos cómo termina”, dijo, aclarando que “es la muerte anunciada” de un sector productivo.