Asentamiento irregular ocupa la playa pública de Casa Blanca

La playa está ocupada por campamentos precarios permanentes, y dejó de ser el lugar de esparcimiento del pueblo turístico.

Una difícil situación están viviendo los vecinos de Casa Blanca, desde que hace más de un año tienen acam-pantes permanentes en la playa pública que está junto al frigorífico, directamente abajo del pueblo viejo.
Hace unos años muchos vecinos reclamaron por el acceso a la playa del pueblo, dado que según varias ver-siones el frigorífico estaría administrando la entrada, impidiendo la libre circulación. Si bien eso nunca fue comprobado, ciertamente ahora no hay control alguno de los que visitan y acampan en el lugar, pero ya no habría lugar para el turismo o el disfrute dado que la costa está ocupada por un asentamiento irregular en ex-pansión.
“Es un tema que nos preocupa a los vecinos, incluso por la forma en que está creciendo algo así como un asentamiento en la costa”, dijo a EL TELEGRAFO uno de los habitantes del pueblo. “Ya no es una playa de uso público para los vecinos”, afirmó, y “si bien no se han dado situaciones de inseguridad, la tranquilidad no es la misma, porque no es gente del pueblo, y hay quienes vienen de noche. Los vecinos ya no usamos la playa, ni van tampoco los niños del pueblo como era antes, que iban a pescar o de paseo”.

No son campamentos temporales sino estables. Alguno hasta montó un negocio de alquiler de chalanas y venta de pescado, que no estaría regularizado.

Casi dos años acampados

Si bien aclaró que “problemas serios no hemos tenido”, dijo que “problemitas sí. Por ejemplo, cuando aparecieron muchos peces muertos y flotando en la costa, algunas de esas personas agarraban los de buen tamaño y salían a venderlos, lo que es un peligro para la salud. Otro tema es el agua, porque hay vecinos que tienen canillas afuera de sus casas y ellos van con bidones y los llenan, se sirven solos y a veces cuando la gente está trabajando y no hay nadie en la casa. Puede haber alguno que haya pedido permiso, pero no todos”.
Afirmó que “hay una carpa que va para dos años que está en la playa, una grande y blanca hecha con nailon de silos, y hasta le hicieron una letrina”, y “hay uno que tiene unas chalanas que parece que las alquila, aunque ninguna tiene patente ni registro. Hubo vecinos que denunciaron la situación a Prefectura, vinieron e inspeccionaron pero no hubo ningún efecto. También venden pescado”.
No obstante, aparentemente no son indigentes, desde que, según uno de los vecinos que informó, “incluso vinieron no sé si del Mides o de Promoción Social de la Intendencia y según nos dijeron, del relevamiento que hicieron salió que no son personas indigentes, y hay quienes tienen sus casas en la ciudad y tienen vehículos. Incluso hay autos que vienen de noche a la playa”.

Una de las tolderías que pueblan la playa del histórico pueblo turístico.

Habrían gestiones de desalojo

Por otra parte, señaló que “la Intendencia ha mandado funcionarios con un papel de desalojo (serían intimaciones de la IDP), pero la gente ya se acostumbró a recibir esas notas. Y de eso hace unos cuatro meses”. Según nuestras fuentes, la Comisión de vecinos se habría reunido en varias oportunidades con autoridades locales, como representantes de la Intendencia, el Jefe de Policía y oficiales de Prefectura.
Uno apreció que “no es para que no venga gente a la playa, porque es linda y es un lugar público. Pero que no se cierre al uso de la demás gente, porque además viven allí y no hay baños, y ponen la música alta. Y de noche he escuchado motores fuera de borda que andan por el río”.
Otro de los consultados relativizó la situación, en cuanto dijo que “los que están ahí son veteranos, y uno alquila chalanas con remos para quienes quieren ir a pescar más adentro del río. He visto que viene gente con embarcaciones que bajan a la playa –porque es una bajada natural la que hay ahí– y ellos ayudan a descargarla o cargarla en los trailer o en camionetas”.
Sobre quién tiene jurisdicción en la playa, se indicó que “esto era todo del frigorífico, pero Schneider se lo cedió a la Intendencia para que fuera playa pública y que la mantuvieran limpia para que la gente del pueblo siguiera teniendo acceso al río. Ahora es Prefectura que tiene jurisdicción, pero han venido, piden documentos y se van. Las únicas veces que los han llamado para controlar es cuando está vigente el edicto del fuego, que prohíbe hacer fogatas y no cuidarlas, porque a veces las prenden cerca del depósito de leña de Fricasa, o junto a los árboles. En esos casos se avisó a los Bomberos, y ahí viene Prefectura para controlar, pero solo en esa época”.

Utensilios de cocina, ropa y otros elementos. Todo lo necesario para establecerse precariamente.

La Intendencia está trabajando

El director general de Servicios de la Intendencia, Marco García, señaló a EL TELEGRAFO que “hace poco más de un mes estuve allí por un llamado que hicieron los vecinos”, ya que “ese padrón es público, pero una cosa es que la playa sea pública y que se pueda hacer algún campamento de esparcimiento, pero allí se estaba generando un tipo de asentamiento, y cuando estuve allí vi al menos cuatro o cinco situaciones, y en uno de los campamentos que está bajando a mano izquierda, se hizo hasta un excusado”.
García explicó que tras su visita al lugar, “le pedí a la gente de Ordenamiento Territorial que fuera, y ahora el tema lo tienen ellos”, que según la ley son la “policía territorial” y deben velar por el mantenimiento del territorio.

Pueblo turístico

En la página web del Ministerio de Turismo se hace referencia a Casa Blanca como un pueblo “de poco más de 350 habitantes, ubicada sobre el Río Uruguay a unos 15 kilómetros de la ciudad de Paysandú”, que “no es un pueblo común. Surgió en 1806, a partir de la instalación de la planta procesadora de carne vacuna más antigua de América del Sur. Rodeadas por un hermoso marco natural, sus casas conservan la fisonomía de mediados de siglo XIX. Entre ellas se destacan La Casona de los Cuatro Vientos (1862), la Pulpería (1860) y la capilla Santa Ana (1886), contemporánea de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo, ubicada en la ciudad de Paysandú”.