Corredor biológico Farrapos-Queguay ingresará en fase de implementación

El que se presenta como el primer corredor biológico del país tiene por propósito vincular las áreas protegidas Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay y Montes del Queguay. El proyecto que plantea concretar ese objetivo es llevado adelante por distintas organizaciones, junto a las intendencias departamentales de Paysandú y Río Negro.
Aramís Latchinian, parte del Ceadu (Centro de Estudios, Análisis y Documentación del Uruguay) dijo que la creación de este corredor responde a una tendencia creciente a nivel mundial, que es la de vincular las áreas protegidas.
A nivel mundial, sostiene, “en la mayoría de las áreas protegidas hay un lento proceso de empobrecimiento por la aislación de esas área protegidas, porque las áreas no están conectadas unas con otras, porque se van desarrollando intervenciones muy intensivas alrededor; entonces empieza a ser una política muy activa la conectividad entre áreas protegidas, asegurar que las diferentes áreas tengan posibilidad de intercambio genético, de semillas, de diversidad biológica en general”, planteó.
Este proyecto implica coordinar esfuerzos académicos, políticos, de actores sociales, para desarrollar el corredor. “Estamos terminando el primer año del proyecto, que consistió en diseñar el corredor, ahora que está diseñado empieza la etapa de implementación. El resultado final del proyecto va a ser un instrumento de ordenamiento territorial de dos intendencias”, indicó.
MAPEO
Sandra Zibil, quien participó en una de las mesas del seminario dedicado a este corredor en representación de la Intendencia de Paysandú, señaló que principalmente el proyecto “plantea un mapeo ambiental de diagnóstico, una propuesta para un proyecto de ordenamiento territorial regional, que es innovador, porque en general nosotros trabajamos con planes de ordenamiento a nivel de localidades, y esto plantea reconocer una región y ordenarla como tal”. Desde el proyecto se trata “de responder la hipótesis de si existe una conectividad entre ambas áreas protegidas, en cuanto a paisaje, en cuanto a ecosistemas, en cuanto a fauna, flora, y que nos permita responder cómo esos ecosistemas conviven y se integran al paisaje de los territorios”.
Este proyecto cuenta con el apoyo de la Unión Europea, a través de su delegación en nuestro país. “A veces es muy difícil pensar que la biología y los ecosistemas tienen límites, tenemos que pensar de esa manera para poder responder esa hipótesis”, dijo Zibil.

Conectividad

Latchinian aseguró que no se trata de, en último término, legar a un área protegida más grande, sino de conectar las que ya existen.
“Las área protegidas tienen su plan de manejo, su estrategia de zonificación, y se desarrollan determinadas actividades; el corredor lo que hace es asegurar, con una gestión, normas legales, promoción de buenas prácticas, actividades de capacitación, de facilidades impositivas, de diferentes instrumentos, que esas dos áreas protegidas no estén aisladas, que no haya una interrupción física incluso entre una y otra, sino que haya conectividad, que los ecosistemas que aseguran el flujo de un área hacia la otra estén saludables”, dijo.
Estos ecosistemas que conectan pueden ser “desde parches de monte hasta pastizales, pasando por cursos de agua, humedales, arenales, palmares, que los ecosistemas que están en esa zona estén saludables”.
Una parte sensible del proyecto es el trabajo con los vecinos, “que son de diferentes naturaleza, son desde pequeños productores hasta multinacionales, entonces lo que nosotros estamos haciendo es sobre todo un trabajo de coordinación de diferentes actores. Estamos recibiendo muchísimo apoyo”, aseguró.
Del mismo modo, Zibil planteó que en el territorio del proyectado corredor “ya existe un sistema productivo, ya existen localidades, gente, sistemas que ya están instalados, entonces, ver de qué forma reconocen esa posibilidad, conservan ese ambiente, en el sentido de conservar, de reconocer que existe y por tanto se dispara la conservación, y plantear que el tipo de paisaje que existe no se fragmente, no se deteriore, y mitigar, o por lo pronto disminuir algunos aspectos que pueden estar perjudicando esa conectividad”.