La importancia de capitalizar un verano con lluvias en ganadería sobre suelos de basalto

Las pasturas naturales tienen la característica de contar con una importante cantidad de especies de diferentes hábitos de crecimiento y ciclos productivos, lo que le genera una capacidad de adaptación, no sólo a diferentes tipos de suelo, sino a distintos ambientes provocados por sequías o abundancia de agua y hasta por excesos hídricos. Toda esta variación permite y exige un manejo diferencial de acuerdo al tipo de suelo, al año y a la estación.
En un verano lluvioso, donde el agua no es limitante y las temperaturas favorecen el crecimiento de las especies de verano, se producen incrementos de producción de forraje por encima de lo normal que, en la mayoría de los casos, excede la capacidad de consumo de los animales, lo que generalmente puede provocar acumulación de remanentes de pasto en el campo, sostiene un informe elaborado por técnicos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Instituto Plan Agropecuario (IPA) –regional Litoral Norte– y el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Con alturas de pasto de más de 12 centímetros se comienza a perder calidad, por la acumulación de fibra y por un descenso en el contenido de proteína. Esto genera dificultades de manejo en las diferentes especies y categorías de animales, sobre todo en los ovinos, y también acarrea problemas de manejo en las estaciones siguientes, el otoño y el invierno.
Para mitigar los efectos de este tipo de situaciones, se pueden tomar medidas de manejo como por ejemplo durante el verano, aumentar la carga en potreros sobre suelos profundos donde ocurre el mayor crecimiento y acumulación de forraje, pudiendo de esta manera aprovecharlo para incrementar la producción y mantener la calidad del forraje producido.
A inicios de otoño (marzo) se sugiere el cierre de estos potreros, con el fin de acumular reservas de razonable calidad para el invierno.
Se entiende además que los potreros con suelos superficiales se pueden utilizar con ovinos a baja carga, dejando un tapiz protector para evitar la erosión que pueden provocar las precipitaciones intensas en corto tiempo. Además, esto ayudaría a reducir la ocurrencia de algunas afecciones podales en los ovinos que se dan en estos períodos lluviosos.
Esta reserva de pasto es de mejor calidad que la que se da en suelos profundos debido al tipo de especies que crecen, “permitiéndonos que lo aprovechemos en el otoño cuando liberemos los potreros sobre suelos profundos”, explican los técnicos.
En las pasturas mejoradas con leguminosas, es clave controlar el crecimiento excesivo de forraje desde el verano.
De esta forma, se permitiría llegar al otoño con un tapiz controlado para que las especies implantadas puedan desarrollarse mejor. Esto es más importante aún con mejoramientos con especies anuales como Lotus El Rincón y raigrás que tienen que implantarse nuevamente, comprometiendo el aporte de estas en invierno y primavera.

MANEJO DE ANIMALES

A la categoría vacas de cría, que se encuentran en período de entore, se recomienda realizar asignación de forraje por diferentes lotes teniendo en cuenta el estado corporal. También se sugiere de ser posible, realizar una ecografía para diagnosticar la actividad ovárica de los vientres, ya que en muchos casos la condición corporal y la oferta de forraje no se traducen linealmente en un importante nivel de celos.
Los animales en mejores condiciones corporales (preñados y/o ciclando) pueden pastorear a altas cargas de 4 a 5 vacas por hectárea, en las áreas de suelos profundos donde hay forraje acumulado (10 a 12 centímetros), con el objetivo de controlarlo y bajarlo a 5 centímetros. Esta es el área que se cierra durante marzo-abril para acumular forraje y para luego pastorearlo en invierno con 8 centímetros de altura.
A las vacas con estado corporal menor a 3 y/o anestro profundo se recomienda la interrupción del amamantamiento a través de un destete precoz. Posteriormente se recomienda manejarlas en potreros con buena disponibilidad de forraje (8 a 10 centímetros) a bajas cargas de 0,5 a 0,6 animales por há. Esto permitiría mejorar su estado corporal y estimular la salida del anestro.
En el caso de categorías de recría, se les puede asignar potreros con alturas de pasto que no excedan los 10 centímetros, para mantener un balance adecuado en la calidad. En el caso de los ovinos como se menciona anteriormente, se sugiere pastorear en potreros superficiales a bajas cargas, priorizando el cuidado de las recrías y la preparación de las ovejas de cría para el servicio.

MANEJO DE LA SANIDAD ANIMAL

En las categorías más jóvenes de vacunos, se sugiere monitorear de cerca los lotes, pudiendo evaluarse las cargas parasitarias tanto de parásitos gastrointestinales como de Fasciola hepática (Saguaypé) a través de análisis de materia fecal (coprológicos).
Estas condiciones ambientales son muy favorables para el desarrollo de estas parasitosis y debido a las buenas condiciones de alimentación, no suelen verse afectados de manera visible los animales a pesar de estar parasitados, y sí hacerse evidente cuando las condiciones de oferta de forraje o manejo cambien.
Se debe prestar mucha atención a las miasis (bicheras), sobre todo en animales recién castrados o caravaneados, aplicando medidas preventivas para su aparición y tratar lo antes posible los animales afectados.
Insisten en “no olvidarse también que los excesos de humedad traen aparejado otro tipo de problemas menos comunes, como afecciones podales, sobre todo en animales muy pesados. En el caso de predios con antecedentes de garrapata, se deberá insistir más que en otros años. Se recomienda realizar un plan sanitario acorde a cada caso.
Debido a estas condiciones de humedad y temperatura, es probable que en los próximos meses se de en algunos potreros mayores cargas parasitarias y situaciones realmente complicadas. Recordaron que hay solo 5 principios activos contra la garrapata, por lo cual hay que asesorarse previamente con un médico veterinario.
Mencionaron la importancia de rotar estos principios activos (tratamiento generacional) así como calcular bien la dosis; son dos prácticas esenciales para un buen control. Si se ven animales tristes, echados y sin comer, puede deberse a casos de tristeza parasitaria, la que deberá confirmarse con un profesional de confianza.
Se sugiere también la prevención de enfermedades infecciosas como Leptospirosis (zoonosis), Carbunco (zoonosis) y mancha, ya que la elevada humedad y las crecientes son ambientes favorables para la sobrevivencia y desplazamiento de las bacterias que causan estas enfermedades.
Aquellos predios que tienen grandes áreas inundables, a veces deben tomar medidas de manejo atípicas como aumentar la carga en aquellas zonas más altas o seguras y mezclar lotes. Se debería recorrer previamente esos potreros y verificar la ausencia de plantas tóxicas que puedan llegar a ser consumidas debido al aumento de comensales por hectárea.