Solicitada

En nuestro país el gobierno de izquierda se siente orgulloso de sus logros, del Mides y de todas las organizaciones creadas para, según ellos, ayudar al pueblo. Mirando mi propio plato a veces lleno y a veces un poco vacío, me imagino que personas en desventaja de conocimiento y sabiduría de vida realmente necesitan ayuda; entonces sigo en lo mío sin juzgar.
Hasta que me tocó el turno de pedir ayuda a la organización Semilla Ande creada por el gobierno y que supuestamente otorga créditos blandos para emprendimientos y proyectos pequeños e innovadores con proyección a futuro.
A pesar de reunir todos los requisitos solicitados, se me niega la ayuda por estar en juicio por omisión de hacer cumplir las leyes contra la intendencia de Río Negro (concretamente por ruidos molestos). Quienes me niegan el poder tener la ayuda no solo son quienes están a la cabeza de este proyecto, sino también las empleadas de la comuna que se sumaron a la farsa esperando hasta el último minuto en darnos dicha respuesta para que no haya la posibilidad de usar otro camino.
Y sorpresivamente, quienes han sido vecinos de la misma ciudad por mucho tiempo, revelan sus verdaderos sentimientos y una humanidad muy pobre; personas con las que te cruzas en la ciudad diariamente o las ves llegar a su trabajo son las que sin ningún tipo de pudor te tratan de enemigo solo por tratar de hacer lo correcto.
“Corrige al sabio y se hará más sabio, corrige al necio y tendrás un enemigo”, es una frase que se adapta perfectamente a las acciones de la comuna younguense.
Me quedó muy claro que no soy parte de los elegidos para recibir ayuda y que quienes reciben la misma de algún modo o manera tuvieron que bajar la cabeza ofrendando el sentimiento de ser recto por una ayuda mezquina y arbitraria. Una y otra vez quienes gobiernan la comuna de Young hacen demostraciones egocéntricas y de mucha soberbia que impiden que nuestra ciudad crezca y prospere por el valor y esfuerzo de sus propios ciudadanos. Trato de medir mis palabras para no hacer historia con sus nombres, porque no merecen ser recordados debido a su comportamiento y falta de humanidad de bien, pero espero que sepan que quedan en la memoria como pilares de las cosas positivas que no se hicieron por su propia necedad. Susana Dzuiba Sobeski