Todo más lento


A medida que pasa el tiempo y el déficit fiscal no se corrige, y por el contrario se expande, aumenta la bronca por aquellos años en el que el Estado gastó, y gastó mal y por demás, y le faltó previsión para las temporadas venideras que no han sido tan buenas. Es más, todo indica que la economía global sostendrá un sesgo a la baja muy notorio, lo que agravará lo anteriormente dicho.
Mientras el gobierno frenteamplista manipula cifras por un lado y minimiza errores por otro, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su análisis semestral, recordó a todos que si bien no existe un escenario de crisis, sí nos encontramos en una situación de permanente revisión a la baja en las expectativas del PBI mundial. Esto corre para Uruguay por supuesto, que ya hace poco corrigió las expectativas de expansión de sus números para este año.
El FMI asegura que el avance de la economía es cada vez más lento y cuando se miran los factores de riesgo a la baja se detectan más amenazas. Estas perspectivas globales se transmiten también a la economía uruguaya que depende mucho de las condiciones de exportación de sus bienes y servicios.
La expectativa de aumento del PBI global para 2019 es del 3,3%, un poco más baja que el 3,6% del año pasado. “Es un ritmo de expansión bajo justificado por el enlentecimiento comprobado en la segunda mitad del año pasado donde se acumularon muchas señales negativas que llevaron a que se tomaran medidas correctivas. En Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed) modificó fuertemente su política de tasas de interés. En China se aprobó un conjunto de estímulos fiscales al consumo y se frenó el ajuste en el crédito”, afirmó un muy buen análisis del diario El País publicado ayer.
“Incluyendo esas medidas el ritmo igual será más lento y persistirán los dos ritmos diferenciados por regiones. La tasa esperada para este año en las economías avanzadas es del 1,8% y en las emergentes del 4,4%. Entre las emergentes, nuestro continente es el de menor dinamismo, ya que apenas promete un aumento en el PBI del 1,4%. Con estas cifras, no parece que vaya a ser un buen año en cuanto a la demanda externa que va a enfrentar nuestro país”, añadió el reporte.
Mientras tanto, el gobierno que comanda Tabaré Vázquez se afana por hacer parecer los números como buenos y hacernos creer que todo marcha viento en popa, que existe crecimiento y hasta diciendo que el cierre de empresas responde al normal devenir de las épocas. Como siempre también, aluden a que antes de 2002 se estaba peor.
De cualquier modo, hay ciertas señales que indican que se van dando cuenta o, mejor dicho, que reconocen públicamente que las cosas no están como quisieran. El ministro Danilo Astori ha hablado sobre los problemas del déficit fiscal, aunque de un modo que pareciera que él no tuviese nada que ver con la cifra abultada de ese registro y de los malos procedimientos tomados para que ello ocurriera. También de los remedios aplicados para la enfermedad, que no han surtido efecto.
Uruguay se ha estancado, crece lentamente, empresas importantes siguen cerrando –acá tenemos el ejemplo reciente de Pili–, los emprendedores tienen que hacer mil malabares para sobrevivir, los impuestos se multiplican dentro de un país que es caro por definición. A eso, sumarle la pésima situación de la educación pública y de la alarmante inseguridad, en especial, en Montevideo.
El mundo no da margen y Uruguay es un país que depende de él en todo sentido. No somos nadie. Para 2020 la proyección “no es muy diferente” a 2019, continúa el análisis de El País en base al informe del FMI. “Un poco peor en los países desarrollados (1,7%) por el enlentecimiento de Estados Unidos. Algo mejor en las economías emergentes y en desarrollo (4,8%) por más intensidad en India y la mejora en los países en crisis en América Latina que subiría al 2,4%. En todo este contexto, se destaca que China registra un leve enlentecimiento que en forma gradual la lleva a tasas más razonables (6,1% para 2020)”.
“Un mundo que se pronostica que crezca a un ritmo moderado con probabilidades crecientes que se enlentezca aun más, no es un buen augurio para esperar una aceleración al magro desempeño que muestra la economía uruguaya. En particular, en una proyección pasiva, dada la tendencia que presenta el gasto público el resultado fiscal tendería a agravarse y con él la trayectoria de la deuda. Un elemento más que confirma la necesidad de realizar correcciones profundas en las cuentas del Estado”, concluye el análisis del periódico montevideano.
No hay que esperar mucha movida importante por parte del gobierno en el corto plazo. No dan pistas de que van a aplicar medidas en serio y están muy jugados a este año electoral, en el que el Frente Amplio tiene chances de perder los comicios presidenciales.
Todo se torna lento en este país y el actual contexto agudiza esta conducta perenne de los uruguayos. Como siempre, cabe esperar que los aires foráneos cambien para finalmente volver a tener viento de cola. Eso sí, sería bueno que en la próxima se aproveche para bien de todos los ciudadanos.