El asesino serial Pablo Goncalvez, que mató a tres mujeres en Uruguay y estuvo preso durante 23 años, quedará libre el 7 de agosto tras cumplir una pena en Paraguay por tenencia de armas y drogas. El misterio y temor respecto a dónde se radicará ya comenzó a instalarse en nuestro país.
Entre 1992 y 1993, fue el autor de los homicidios de Ana Luisa Miller, Andrea Castro y María Victoria Williams. El 1 de enero de 1992, Miller, de 26 años, perdió la vida tras ser sofocada y luego arrojada en la playa de Solymar. La segunda muerte a manos de Goncalvez sería la de Andrea Castro, de 15 años, que murió tras ser asfixiada el 20 de setiembre de 1992, luego de salir de la discoteca England en Montevideo. Goncalvez dejó anudada una corbata de su pertenencia en el cuello de la adolescente. El último homicidio que cometió fue el de María Victoria Williams de 22 años, hecho ocurrido el 8 de febrero de 1993. La joven oriunda de Salto murió asfixiada dentro del domicilio de Goncalvez. En esta ocasión, el asesino se valió de un engaño –al estilo de Ted Bundy (el asesino serial de EE.UU)– ya que le rogó a la joven que lo ayudara porque su abuela (con la que vivía) había sufrido un ataque cardíaco.
Tras estar preso durante 30 años, incluso siendo herido de gravedad en una revuelta carcelaria, Goncalvez recuperó su libertad el jueves 23 de junio de 2016 a los 46 años. “Al haber cumplido la totalidad de la pena, no hay otra opción para el sistema de Justicia que liberarlo”, dijo en ese momento Raúl Oxandabarat, vocero de la Suprema Corte de Justicia. Fuera de la cárcel, a las pocas semanas, Goncalvez fue noticia. Se creó un perfil en Badoo y se contactaba con mujeres. Con una de ellas llegó a intercambiar su número de celular y utilizar la red social Whatsapp. El intercambio fue normal y acordaron encontrarse en una cita en el restaurante ubicado en Luis Alberto de Herrera y 26 de Marzo. Esa noche le contó a la mujer quién era.
En julio de 2017, Goncalvez fue detenido en Paraguay y actualmente se encuentra en prisión por tenencia de armas y drogas. Según contaron a Telemundo fuentes de la investigación, “la Policía lo persiguió mientras recorría la ciudad en una poderosa moto tipo ninja”. Según el informe policial “opuso mucha resistencia al arresto” y se le encontraron nueve gramos de cocaína y un arma sin habilitación. Durante estos dos años, “perdió aproximadamente 10 kilos. Se dedicó a la lectura y a jugar al ajedrez. Tuvo problemas de convivencia con otros reclusos y fue aislado en varias oportunidades”, indicaron fuentes policiales. Fue alojado en la Penitenciaría Nacional de Coronel Oviedo, a 150 kilómetros de Asunción, y condenado a cumplir con casi dos años de cárcel.