Brasil realizó ayer, sin cuatro jugadores de su plantel, su primer entrenamiento en Teresópolis de cara a la final de la Copa América, en la que se medirá a Perú el próximo domingo en el Maracaná de Rio de Janeiro, consciente de que verá un combinado andino muy diferente al que goleó por 5 a 0 en la fase de grupos.
El combinado local se trasladó a la Granja Comary, el centro de entrenamientos que tiene en Teresópolis, ubicada a poco menos de 100 kilómetros de Rio de Janeiro, y se encontró ayer con una espesa niebla que obligó a atrasar el entrenamiento.
Sin las principales figuras, el técnico Tite ordenó un movimiento más corto de lo habitual, aunque sin contar con cuatro de sus jugadores. El golero Alisson no bajó a la cancha dado que fue tratado por los fisioterapeutas por un dolor en uno de sus brazos, aunque no se corre riesgo de que no pueda ser de la partida en la final, esperándose que hoy pueda sumarse a los entrenamientos.
El volante Fernandinho, que continúa en tratamiento por los dolores en la rodilla derecha que le impidieron ser tenido en cuenta para los últimos tres partidos con Brasil, fue otro de los ausentes en la cancha y su regreso sigue totalmente incierto.
El lateral izquierdo Filipe Luis, que no jugó en el partido con Argentina por unas molestias en el muslo derecho que lo tuvieron bajo tratamiento, realizó un trabajo individual en la academia.
Y el delantero Willian, que sí está descartado ya que sufrió una lesión en la pierna derecha, se mantuvo concentrado con la selección e inició ayer en Teresópolis el respectivo tratamiento.
Tras ver lo sucedido en el partido de semifinales entre Perú y Chile, los brasileños tomaron conciencia de que el rival al que enfrentarán está muy lejos de ser el mismo al que golearon en la primera fase. “Será un partido totalmente diferente. El adversario va a venir con más cuidado, introdujo algunas alteraciones, viene haciendo una gran competición y creció en el momento preciso”, aseguró el puntero Everton.
En filas incaicas, en tanto, los titulares realizaron en Porto Alegre trabajos regenerativos, mientras el resto del plantel le hizo frente al frío con guantes de lana en sus manos, trabajando más intensamente en la cancha principal del Servicio Social de Comercio.
La delegación amanecerá hoy en Rio de Janeiro a la espera de ultimar detalles pensando en el partido definitorio. Y no se achica nadie: “Las finales son para ganarlas”, dijo el técnico Ricardo Gareca.
