Se mostró sólido a lo largo de todo el campeonato, y todo hace indicar que un triunfo ante Perú en las semifinales sería un resultado lógico. Esto le permitiría a Chile sacar pasaje para disputar su tercera final de Copa América consecutiva, más allá de que la Centenario fue una edición especial.
El choque ante los incaicos se jugará el miércoles en Porto Alegre. Y los trasandinos, orientados por Reinaldo Rueda, entrenó ayer bajo lluvia y con las ausencias de Eduardo Vargas, Gabriel Arias y Mauricio Isla, pensando en superar el próximo escollo.
El delantero, el arquero y el defensa, que fueron titulares en el duelo de cuartos de final frente a Colombia, tienen sobrecargas musculares y se ejercitaron en el gimnasio al margen del grupo, aunque llegarán en buenas condiciones al choque con Perú.
El resto del plantel está en óptimas condiciones y entrenó sin problemas en un complejo deportivo.
Hoy el plantel volverá al trabajo, a puertas cerradas, para comenzar a definir cuál será el equipo que enfrentará a los incaicos.
Perú, en tanto, trabajó en Salvador de Bahia y a la noche la delegación voló a la ciudad sede del partido, en medio de una algarabía generalizada luego de que se dejara afuera a Uruguay por penales. Los incaicos solo piensan en dar otra sorpresa para intentar llegar a una nueva final, que sería la primera desde 1975, cuando se quedó con el título, el único que tiene en su historial.
