Regionalización y política turística

Reconocido como uno de los principales motores del comercio y la prosperidad, el turismo es una de las actividades que los gobiernos apuntalan para la superación de la pobreza y el desarrollo social, dado su potencial de generación de riquezas genuinas y oportunidades de empleo directo e indirecto para la población.
En nuestro país el turismo es una de las principales actividades económicas que, en sus mejores momentos, ha generado más divisas que las exportaciones tradicionales. No obstante, históricamente ha tenido un importante grado de zafralidad y ha estado concentrada en determinados lugares del país con desarrollos muy marginales en otros.
En ese sentido, la estrategia de regionalización llevada adelante por el gobierno nacional con apoyo de este financiamiento externo del Banco Interamericano de Desarrollo, para fomentar el desarrollo del turismo en lugares donde no existía esa actividad o era escasa, ha demostrado ser un instrumento válido de dinamización. Constituye un ejemplo el Corredor Pájaros Pintados, creado años atrás con el objetivo de mejorar la competitividad territorial a partir de la integración de la oferta turística y de fortalecer los emprendimientos de las pequeñas localidades asociados con ofertas más consolidadas promoviendo la participación conjunta en ferias internacionales del sector, así como proveer fondos económicos para el desarrollo de iniciativas para el sector.
Se trata de una interesante evolución del uso turístico del territorio para diferenciar y diversificar la oferta, equilibrando el mapa turístico del país, y si bien puede considerarse llamativo que no se haya realizado antes -dado que existe en los países limítrofes desde hace bastante tiempo, siendo un ejemplo de ello la región entrerriana Tierra de Palmares–, lo concreto es que está dando buenos frutos y se está convirtiendo en una política de desarrollo de largo plazo.
Cabe señalar que entre el último trimestre de 2018 y el primer semestre de 2019 las juntas departamentales de Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, Soriano y Colonia aprobaron una adenda al convenio constitutivo del Corredor de los Pájaros Pintados, firmado por las seis intendencias, la cual extiende el plazo de vigencia de los acuerdos “más allá de las administraciones en curso, hasta que las partes lo entiendan conveniente”, destacó el titular del Programa de Desarrollo de Corredores Turísticos del Mintur-BID, Cristian Pos.
Evidentemente, se trata de un hecho que reafirma la importancia de esta regionalización y fortalece al corredor convirtiéndolo, como afirmó el funcionario en “ejemplo de política de Estado en turismo”.
Se trata de una decisión y apoyo que además de fortalecer al corredor da cuenta de una comprensión de la importancia de su existencia y consolidación, que reconoce los avances que se están realizando en el territorio.
Al respecto, cabe señalar que diferentes atractivos y experiencias de los departamentos del corredor litoraleño del río Uruguay vinculados a diversos sitios con historia, actividades culturales y recreativas, paisajes naturales con oferta mínima de servicios y productos regionales, han comenzado lentamente a posicionarse como destinos alternativos a los tradicionales de sol y playa o, en nuestra región, el termal.
Esto ha favorecido que el Corredor Pájaros Pintados recibiera en 2018 un total de 600.000 visitantes extranjeros –además del turismo interno uruguayo–, y que visitaran esta región que entre sus atractivos cuenta con navegación por los ríos Negro, Cuareim o Queguay; las competencias deportivas de Carmelo, Villa Soriano, Mercedes, Salto y Paysandú, como la regata Meseta de Artigas, en la cual participan embarcaciones de Uruguay, Argentina y Brasil.
La pesca deportiva del dorado, la tararira y el surubí es otra actividad promovida, como también lo es la visita a las áreas protegidas que engloba este corredor: el parque Esteros de Farrapos y las islas del río Uruguay, Montes del Queguay y Rincón de Franquía. A esto se suman actividades de senderismo, visita a las termas (Almirón, Los Naranjos, Guaviyú, Arapey, Salto Grande, San Nicanor y Daymán), la recorrida por el patrimonio cultural (paisaje industrial Fray Bentos, Villa Soriano, Meseta de Artigas, Carmelo, Calera de las Huérfanas, ciudad de Paysandú, Salto, Bella Unión y Ruta del Vino) y los llamados “pueblos con encanto” (Carmelo, Villa Soriano, San Javier, Nuevo Berlín, Guichón y Belén) que completan la variada oferta.
A su vez, la creación de un observatorio del corredor constituye un instrumento importante para la mejora de las mediciones relacionadas con diferentes aspectos de la actividad turística permitiendo afinar el conocimiento respecto a la forma en que el turismo impacta en el territorio y sus actividades, así como ajustar las ofertas a los requerimientos y características de los visitantes que llegan a la región. A esto se suma el funcionamiento de la mesa coordinadora con las intendencias y la creación de la secretaría ejecutiva rotativa, destacadas por su utilidad para trasladar la iniciativa a nivel territorial de forma institucional, cuyo funcionamiento también ha venido consolidándose en el último año.
Finalmente, es significativo que entre 2015 y 2017 se crearan 1.403 empleos en el sector turismo en los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro y Soriano, dato que surge de una evaluación del Programa de Desarrollo de Corredores Turísticos que impulsan el Ministerio de Turismo y el BID. El mismo estudio –una consultoría externa realizada entre marzo y junio pasado– muestra que, en su conjunto, el corredor del litoral del río Uruguay incrementó su PBI por persona de 2.435 dólares en 2015 a 2.977 en 2017.
Más allá de los números, la identificación y jerarquización de los recursos turísticos, las oportunidades de capacitación –especialmente ante el avance de la automatización en el sector– y el apoyo al emprendedores y a la creación de productos turísticos y su promoción, tener en cuenta la identidad regional, el fortalecimiento de los lazos entre distintos niveles de gobierno y, fundamentalmente, el establecimiento de criterios claros y el avance hacia políticas públicas de turismo son aspectos fundamentales para que la regionalización turística se traduzca en desarrollo social y económico para las comunidades. Son pasos importantes que se han ido dando con mucho trabajo mancomunado del sector público y privado con el objetivo de la puesta en valor de atractivos turísticos locales y la contribución a la generación de empleo y el desarrollo de la actividad turística como factor de equilibrio territorial, algo que es muy fácil enunciar como objetivo pero requiere aún mucho trabajo de múltiples actores para materializarse como política pública de turismo más allá de los acuerdos políticos e institucionales actualmente existentes.