Un nuevo reinado de Brasil y el cruce Messi-Conmebol

Neymar y Lionel Messi, los astros que estaban llamados a conducir a sus selecciones a la conquista de un título redentor, quedaron por fuera de la coronación de la fiesta de la Copa América: el primero no jugó por una lesión y el segundo la abandonó expulsado y con agravios a los organizadores.
Brasil, sin un equipo de figuras, salvo la aparición de Everton, el goleador del torneo con tres, ha dado forma a un conjunto de obreros apoyado por el buen momento de los experimentados Thiago Silva y el capitán Daniel Alves, proclamado el mejor del certamen.
Tite y sus pupilos vinieron, jugaron y vencieron sin necesitar de Neymar, que lo vio todo desde la tribuna. Las lesiones, sus problemas personales y el debate sobre su futuro, en el que vuelve a aparecer el Barcelona parecen ingredientes para una novela.
El enfrentamiento de Messi con la Conmebol se desató a raíz de sus críticas a los arbitrajes, especialmente en jugadas que los argentinos alegaron como penales no concedidos ni contrastados con el VAR por el ecuatoriano Roddy Zambrano en el partido de semifinales que ganó Brasil por 2-0.
Pero días atrás el capitán ya había mostrado su enojo al quejarse del estado deplorable de las canchas en las que había jugado Argentina, y el 6 de julio las buenas formas se agotaron con su expulsión en una jugada en la que también vio la roja el chileno Gary Medel.
Messi faltó a la ceremonia de premiación para los terceros y cuartos del torneo y luego explicó que había sido un gesto de rebeldía frente a hechos de “corrupción” y supuesto favorecimiento a Brasil por parte de la Conmebol.
“No tenemos que ser parte de esta corrupción”, lanzó Messi en referencia a la Conmebol. Y añadió: “La Copa está armada para Brasil”. Unas acusaciones que la Conmebol negó por “injustificadas” e “inaceptables”.
Las palabras de Messi marcaron las horas previas a la gran final en el Maracaná.
Unas declaraciones que podrían costarle una dura sanción que le impediría comenzar las eliminatorias para el Mundial de Catar 2022 e, incluso, impedirle jugar la próxima Copa América, que se disputará en junio próximo en Colombia y Argentina. Fuentes de la Conmebol precisaron a la AFP que la próxima semana podría conocerse si hay sanción o no para el capitán argentino.

Casi 12 años después

Pasaron 4.375 días desde que en aquella tarde en el estadio José Encarnación Romero, de Maracaibo, donde 44.000 personas vieron a Brasil golear por 3-0 a Argentina y a continuación levantar la Copa América por octava ocasión en su historia.
Brasil tardó 11 años, 11 meses y 20 días para alzar la novena copa, esta vez 69.968 se congregaron en el estadio Maracaná de Río de Janeiro para ver el triunfo por 3-1 sobre Perú. Argentina, de su lado, ya tiene recuerdos en sepia del último título, en 1993.

Perú bien parado

La selección de Perú tendrá que esperar más de 44 años para repetir la conquista de 1975. Pero llegar a la final de la edición de Brasil 2019 ha reforzado la confianza en el futuro que comenzó a tomar forma con la clasificación al Mundial de Rusia.
En tanto, decepciones y dudas en Chile y Uruguay, que llegaron con ambiciones mayores. La Roja, campeona de las ediciones de 2015 y 2016, debió conformarse con un cuarto puesto con sabor a nada y, peor aún, sufrir de Perú una goleada por 3-0 en el Clásico del Pacífico. La Celeste también fue víctima de Perú en tanda de penales de cuartos de final. Un disparo de Luis Suárez detenido por Pedro Gallese bastó para poner al equipo de regreso a Montevideo.

El Var polémico

El sistema de video llegó con la misión de hacer justicia en el fútbol y en sus primeras apariciones concedió penales no vistos por el árbitro central, anuló goles ya concedidos y hasta puso en evidencia a jugadores que por su falta merecían más que amarilla. Pero la moda se tornó casi una adicción y las constantes consultas produjeron detenimientos de hasta seis minutos, contuvieron emociones de gol, dejaron la sensación de que se estaba convirtiendo en la salvación de los árbitros y que, al final, dejará sin empleo a los jueces de línea.