Miami y la frivolidad de Daniel Martínez

El candidato presidencial del Frente Amplio, Daniel Martínez, declaró durante su fugaz viaje a la República del Paraguay (cuyo motivo no fue informado a la prensa) que “llegan las vacaciones y no hay nadie en Montevideo, todo el mundo está de vacaciones en Miami”. La desafortunada frase –que deja en claro la ligereza y frivolidad de Martínez– muestra hasta qué punto se puede llegar para ganar una elección.
En efecto, el razonamiento de Martínez sobre Miami incurre en dos errores que dejan en claro su falta de sensibilidad y su innegable ADN montevideano, que le impide conectarse con los habitantes del interior del país, sus realidades y sus problemas. En primer lugar, hace referencia a que “no hay nadie en Montevideo”, pero se olvida que el Uruguay es algo más que su capital y existen en todo el territorio nacional cientos de miles de ciudadanos que padecen las consecuencias de un centralismo asfixiante e insostenible. Mientras muchos montevideanos disfrutan de sus vacaciones en Miami o en otras partes del mundo, los “comebosta” (según la opinión de un sindicalista de Conaprole) que vivimos en el Interior, debemos seguir trabajando porque ni el trigo, ni la soja, ni la cebada se cosechan solas, entre tantas otras tareas que demanda el campo. En segundo lugar, Martínez se olvida que con una canasta familiar que supera los $80.000 no todos los habitantes de este país podemos disfrutar nuestras vacaciones fuera del lugar donde vivimos y mucho menos en la ciudad de Miami.
Sería interesante que los sanduceros hagamos por un momento el esfuerzo de intentar adivinar a quiénes se refería Martínez cuando expresó que “todo el mundo está de vacaciones de Miami”. No se necesita ser un economista para poder afirmar que un viaje a esa ciudad estadounidense constituye un esfuerzo económico que las mayorías de las familias uruguayas no pueden solventar. Quien aspira a ser presidente de nuestro país, debería recordar que, de acuerdo con el Instituto de Estadística y Censo (INE), el desempleo en Uruguay está situado en 9,1%. Teniendo en cuenta ello, sin duda que la expresión “todo el mundo” no abarca a los miles de desocupados o subocupados que existen en todo el país y tampoco a quienes deben aceptar trabajar en la informalidad, vulnerado sus derechos en materia de seguridad social. Si hablamos de nuestro departamento, recordemos que el dirigente sindical Manuel López afirmó, el año pasado, que el Pit Cnt sanducero estimaba que el desempleo era de dos cifras en Paysandú. Como firmó nuestro diario en ese momento, “Un documento del Instituto Cuesta Duarte analiza que las franjas etarias de jóvenes hasta 29 años y entre 45 y 60 años están más comprometidas con el empleo. En este último tramo de edad, se comprueba que una vez cerrado un emprendimiento, quedan totalmente al margen. Por otro, están los jóvenes que no salen a buscar porque saben que no encontrarán”. “Hoy por hoy, no hay un incentivo real que potencie a las pequeñas y medianas empresas del departamento hacia el objetivo de la inclusión de nueva mano de obra”, agregó. Seguramente los desocupados sanduceros no puedan viajar a Miami de vacaciones, a pesar de que Martínez afirma que lo hace “todo el mundo”. Tampoco podrán estar en Miami los trabajadores de la empresa Pili, muchos de cuyos activos se han rematado ante la vista y paciencia de las autoridades competentes en la materia que han resultado incapaces para defender el trabajo local. Más allá de las lindas palabras y de muchas fotos y notas en la prensa, la empresa que durante décadas fuera un legítimo orgullo de los sanduceros continúa cerrada y no existen opciones firmes de que pueda ser reabierta, ya que la indiferencia gubernamental terminó por destruir lo más importante que tiene una industria láctea: el acceso de la materia prima a través de una cuenca con productores que remitan en tiempo y forma leche desde sus tambos.
Otros uruguayos que no podrán sumarse a la visita a la ciudad de Miami serán quienes se han visto obligados a vivir en asentamientos, los cuales suman miles de personas. Es bueno recordar que hace algunos meses la vicepresidenta Lucía Topolansky admitió que las medidas del gobierno para disminuir los asentamientos “no movieron la aguja”, a pesar de que en el año 2010 Mujica declaró la “emergencia sociohabitacional” y puso en funcionamiento el denominado “Plan Juntos”.
Tampoco podrán sumarse a una eventual visita a Miami los miles de niños uruguayos que nacen por debajo de la línea de pobreza e incluso muchos que haciéndolo, no pertenecen a hogares que puedan solventar tales gastos. Como ha señalado Radio Uruguay, la radioemisora que forma parte de las radios públicas del Uruguay, “según un informe del Observatorio de los Derechos de Niñez y Adolescencia del Uruguay (Odnau) en nuestro país hay 135.357 niños, niñas y adolescentes bajo la línea de pobreza. El Odnau es un proyecto llevado a cabo por el Comité de Derechos del Niño con el apoyo económico de la Unión Europea. El estudio presentado recopila información de la Encuesta Continua de Hogares de 2017 e indica que la población total de niños, niñas y adolescentes son 887.598 sobre 3.500.000 habitantes del país. Dentro de esa población un 15,2% son pobres, es decir 16 de cada 100 niños están debajo de la línea de pobreza”. También de estos uruguayos se olvidó el exempresario frenteamplista, hoy devenido en candidato presidencial.
Lamentablemente, la lista de quienes no podrán ir a disfrutar sus vacaciones en Miami es muy larga y abarca necesidades mucho más básicas y urgentes que visitar esa ciudad. Sería bueno que Martínez recordara que no todos los uruguayos tienen un patrimonio personal como el suyo el cual, de acuerdo con su propia declaración, asciende nada más y nada menos que a 1.500.000 dólares estadounidenses. De la misma forma, debería explicar cómo le fue posible alcanzar esa suma millonaria siendo un funcionario público de Ancap y trabajando luego en el sector privado durante la década de los 90, la cual ha sido satanizada por la izquierda en general y por el Frente Amplio en particular, destacando que el país estaba asolado por el estancamiento y la crisis.
Al parecer, mientras los uruguayos “sufríamos” los males que Martínez y los frenteamplistas tratan de imponer en su relato hegemónico, había algunas personas (como el propio candidato frenteamplista) a quien la Diosa Fortuna le sonreía en gran forma. Con un patrimonio millonario en dólares es fácil para el candidato del Frente Amplio pensar que todos los uruguayos pueden viajar en vacaciones a Miami, pero lamentablemente no es así. Se trata de un gusto que solo pueden darse algunos pocos privilegiados.
Fiel al estilo informal que tanto le gusta cultivar a Martínez, los uruguayos que tienen que trabajar para ver si llegan a fin de mes podrían decirle (en caso de que pudieran esquivar los múltiples guardaespaldas que lo acompañan a todos lados): “Pelado… ¡andan mal ‘tus cositas’!”