Con el arte de Benavides, Radar Musical continuó la celebración

Carlos Benavides, durante el recital.

En el auditorio Miguel Ángel Pías, de Casa de Cultura, se vivió la segunda de las dos noches dedicadas a celebrar los 50 años de Radar Musical, la columna que cada semana escribe José María Brunini en EL TELEGRAFO. Y como no podía ser de otra manera, el festejo estuvo colmado de buena música. La primera jornada, cumplida el jueves 14, había contado con el aporte artístico de Emiliano Brunini y su banda, con una propuesta musical joven. En la segunda, la música estuvo a cargo del tacuaremboense Carlos Benavides.
Daniel Maidana, conductor de la velada, recurrió a Aristóteles y su Gran Ética para destacar el trabajo de Brunini como comunicador. “Este señor presente aquí en la sala, José María Brunini, hace 50 años se empeñó en lograr un espacio, llevarlo semana a semana, enriquecerlo, conservarlo, potenciarlo… ¿Para que?, para destacar la calidad de los artistas locales, nacionales y de la región. Y eso es una virtud. Aristóteles señala que es factible que la virtud nos acarree sufrimiento. Pero no es descartable que la virtud nos acerque al goce. Y yo creo que el hacedor de una comunicación así, de tan larga data, tan provechosa –José María–, es la virtud que en sí genera el goce personal. No es para hacer dinero, ni para hacerse famoso, en este medio tan reducido, sino que es para hacer el bien a los demás. ¡Pavada de virtud, José María!”
Se mencionaron algunos de los muchos mensajes y saludos recibidos, de figuras como la virtuosa guitarrista sanducera Cecilia Siquieira y su esposo y compañero artístico, el brasileño Fernando Lima; el bailarín Sebastián Acosta, el periodista José García Dantaz o el payador Angel Almirón. Más tarde se sumaría el del músico Carlos Villaba, y se compartiría otro mensaje, esta vez en audio, del dúo Siquiera-Lima. Llegaron también adhesiones de la Iglesia Evangélica Metodista y la Escuela Padre Lamas, donde José María desarrolla talleres de música.

UN ARTISTA QUE CONTINÚA CREANDO Y PROPONIENDO

Figura entrañable del movimiento conocido como Canto Popular Uruguayo, Carlos Benavides tiene un vínculo muy especial con Paysandú. Como el mismo suele recordar, en 1973, cuando iniciaba su carrera, obtuvo el primer premio en un certamen organizado por Estudiantil Sanducero F.C. “Así como Radar Musical apoya desde el vamos a los artistas uruguayos, quien hoy nos visita era destacado desde el génesis de su carrera, allá en los incipientes años de la decada de los ’70”, destacó el conductor.
Dueño de una voz aguda, peculiar e inconfundible, Benavides es un refinado guitarrista y un extraordinario compositor, cuyas canciones ya son parte de la memoria colectiva del pueblo uruguayo. A muchas las compuso en coautoría con otros letristas –sobre todo con su tío Washington Benavides, enorme poeta–, y otras –cada vez más, desde hace un buen tiempo– le pertenecen en letra y música. A sus 70 años, no solamente mantiene intacta sus cualidades interpretativas, sino que continúa creando y proponiendo.
“Venir a Paysandú es como venir a mi casa, porque la casa de Doris y de José María es mía también”, dijo. Tras cantar “En el país de las cinas cinas”, uno de sus temas emblemáticos, estrenó otro que testimonia la amistad que lo une con el periodista y músico responsable de Radar Musical. “Qué Brunini/ este José María/ hombre de buena madera/ laborador de armonías”, dice parte de la letra. Tras el aplauso emocionado del público, continuó alternando temas conocidos –“Adalgisa”, “Milonga de almacén y bar”, “Menina”, “Vals del niño que nunca fue al circo”, “Si digo punta del diablo”, entre otros– con otros nuevos e inéditos, que se propone incluir en un futuro disco. Algunos títulos son “Alma de madre” (inspirada en una copla española anónima), “La piel de esa mujer”, “Una copla trae a la otra” y “Los tamboriles viene por mí”. Sobre el final se convocó al escenario a Andrés Oberti y Luis Rolla, de EL TELEGRAFO, quienes entregaron un presente a Brunini, “en recuerdo de los 50 años de Radar Musical”.
El cierre fue con “Río de los Pájaros”, de Aníbal Sampayo, con el agregado de una estrofa en homenaje al autor. Coreado por todos quienes estaban en la sala marcó otro momento de mucha emoción, en una noche donde hubieron unos cuantos.