Acciones necesarias

A un mes del Día de las Playas, en el que tradicionalmente se realiza la “inauguración” de la temporada en Uruguay, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente presentó dos nuevas herramientas que permiten visualizar y consultar proliferaciones de algas nocivas conocidas como cianobacterias.
Se trata de un panel de imágenes satelitales que muestran distintas variables en aguas de embalses, lagunas y costas y una aplicación web para conocer la ubicación de la bandera sanitaria y si la playa está habilitada para baños.
La eutrofización de las aguas superficiales, y el consecuente deterioro de ese recurso hídrico, es uno de los problemas ambientales más importantes a escala global. La explosión de estas floraciones algales se deriva de un incremento de los nutrientes en el agua, fundamentalmente nitrógeno y fósforo, que se observa a simple vista como una coloración verde sobre la superficie.
Cuando un ecosistema presenta un enriquecimiento de nutrientes a un ritmo que no puede compensar mediante sus formas de eliminación natural, comienza un proceso de eutrofización que trae aparejado un crecimiento excesivo de cianobacterias.
Por otra parte, el aumento de nutrientes en las aguas se asocia con las prácticas agrícolas y los aportes de aguas residuales domésticas, industriales o ganaderas no tratadas, que llegan directa o indirectamente a los sistemas acuáticos.
En los últimos años la preocupación por las proliferaciones de floraciones algales nocivas escaló a una posición prioritaria dentro de las investigaciones científicas y está recibiendo una creciente atención de los medios de comunicación, si bien no se trata de un fenómeno nuevo.
En Uruguay el tema cobró notoriedad y generó gran conmoción durante el verano pasado cuando las cianobacterias inundaron las playas de Montevideo e incluso llegaron hasta Rocha; se trata de un problema que las poblaciones litoraleñas hemos padecido desde hace más de una década, aunque hasta el momento no se había logrado avanzar en cuanto a colocar el tema en la agenda y menos aún en cuanto a respuestas nacionales o regionales de monitoreo desde los organismos nacionales con competencia en la materia.
A principios de este año, por la situación antes mencionada, operadores turísticos del Este llamaron a atención sobre la afectación económica de este problema ambiental y los turistas tuvieron que alejarse de las playas. Comenzó a tratarse como un tema nacional en ese momento aunque en el litoral lo padecíamos desde hace tiempo sin que tuviera mayor trascendencia para las autoridades ni los medios nacionales.
En aquel momento, señalábamos esa situación como un síntoma de la falta de acciones efectivas de control y prevención dado que hace más de tres décadas que se habla de la existencia de cianobacterias en el río Uruguay y sus afluentes y prácticamente en cada temporada estival asistimos a las alertas por el “verdín” que se aprecia en sus aguas.
Ha sido una situación permanente en las coberturas periodísticas de los medios litoraleños e incluso, años atrás la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) inició un programa de vigilancia de playas –que se sumó a otros monitoreos que realiza la referida comisión binacional en su área de jurisdicción– que hasta el momento era la única herramienta científica con información oficial sobre este problema en el trayecto del río Uruguay.
Ahora, de acuerdo a lo informado por el Ministerio, en la referida reunión se presentó un panel de visualización de productos de procesamiento en línea de combinaciones de bandas de imágenes satelitales de diversas resoluciones (espacial, temporal, espectral y radiométrica), que permite consultar interactivamente la tendencia que presentan variables como la clorofila, la turbidez, la temperatura y la salinidad en los embalses y lagunas, así como en algunos sectores de la costa uruguaya.
La herramienta, se está construyendo mediante la aplicación de modelos, el entrenamiento de algoritmos para áreas específicas y el procesamiento, mediante la utilización de Google Earth Engine.
Se trata de una plataforma que combina un catálogo de múltiples petabytes de imágenes satelitales y conjuntos de datos geoespaciales a disposición de científicos, investigadores y desarrolladores, para detectar cambios, mapear tendencias y cuantificar diferencias en la superficie de la Tierra.
Con el mismo fin, de visualizar la manifestación de floraciones algales, se elaboró una aplicación web para conocer la colocación de la bandera sanitaria, acompañada de una guía para orientar y acordar criterios en su instalación.
Esto permitirá visualizar desde un dispositivo móvil si la playa está habilitada para baños. La aplicación puede ser gestionada por cada una de las intendencias del país y permitirá mejorar los sistemas de información y respuesta ante este problema socioambiental que se ha ido acrecentando en el país.
Se trata de una herramienta que seguramente será muy útil para contar con información para tomar decisiones sobre la gestión de los recursos acuáticos que habitualmente se utilizan con fines recreativos y en general para los usuarios de las playas y costas de nuestros cursos de agua.
Conocer, evaluar y alertar de situaciones que pueden resultar tan negativas como la eutrofización son acciones necesarias en un contexto de deterioro de la calidad ambiental de los recursos naturales y es de esperar que contribuyan a una mejor gestión de los mismos.
Con información actualizada y validada se puede prevenir más y mejor. Pero es necesario mucho más ya que cualquier herramienta de información no puede hacer otra cosa que informar sobre hechos ocurridos o en desarrollo. Por sí mismas no son herramientas de prevención, mitigación o mejora aunque facilitan la toma de decisiones conducente a ello.
La toma de decisiones es un asunto de la voluntad o inteligencia humana. En consecuencia, el deterioro de la calidad ambiental y ecosistémica de nuestros cursos de agua –que son vitales para múltiples funciones de la organización de la sociedad en el día a día– no se detendrá solo con herramientas de información si no somos capaces de actuar sobre las causas. Ese es el núcleo duro de la cuestión que concita gran enfrentamiento de intereses de distinto tipo.
El problema socioambiental referido a las cianobacterias ha sido ignorado por demasiado tiempo y, en muchos casos, claramente se prioriza el desarrollo económico sin tener en cuenta la consecuencia de prácticas que pueden afectar el ambiente y con ello la calidad de vida actual y futura de las poblaciones. Actuamos como si algunas de las decisiones que como sociedad tomamos estuvieran desconectadas del entorno en el que vivimos y los recursos naturales de los que dependemos. Sin embargo, está todo muy conectado y la ganancia de hoy puede ser hambre –o sed– para mañana. No es fácil actuar sobre el problema de fondo pero, sin lugar a dudas, resulta una tarea impostergable.