Primer simposio de buenas prácticas de aplicación de fitosanitarios en Eemac

Ingeniero agrónomo Juan Pablo Cunha e Ingeniera agrónoma Juana Villalba.

En la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía en Paysandú, se concretó con éxito el Primer Simposio de Buenas Prácticas de Aplicación de Fitosanitarios, oportunidad en la que destacados investigadores y técnicos de nuestro país, Argentina y Brasil, expusieron sobre las buenas prácticas agrícolas y las tecnologías aplicadas, además de realizarse una mesa redonda sobre distintas perspectivas en la materia, necesidades y la visión de una agricultura sustentable que apuesta a crecer de la mano de los mercados.
La ingeniera agrónoma Juana Villalba, integrante de la organización del simposio, destacó que el grupo Tecnologías de la Aplicación de la Facultad de Agronomía (Fagro), cuenta con varias experiencias de cursos de Posgrado y Educación Permanente y otras instancias de capacitación en su haber, lo que permitió junto a técnicos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y participación del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), “desarrollar esta enriquecedora instancia”.
Sostuvo que el correcto uso de los fitosanitarios “es fundamental para Uruguay y su agricultura sustentable, pensando en mercados altamente exigentes en materia de inocuidad, calidad de producto y principalmente, en el cuidado del medio ambiente”.
Enfocado en las buenas prácticas, se hizo incapié en las tecnologías, el cumplimiento de las normativas, la fiscalización, el uso de equipos de protección personal. “Entendemos que es necesario que la sociedad comience a visualizar que hay formas de hacer aplicaciones en forma correcta, responsable y con el menor impacto en el ambiente, y cuidando las personas”, dijo la profesional. Uno de los temas centrales del simposio estuvo referido a la deriva. “Hay aspectos bien relevantes como el tamaño de la gota y las condiciones en que se hacen las aplicaciones, que deben ser respetados”, puntualizó Villalba.
“En estos diez años hemos generado información que establece que no es necesario hacer aplicaciones con gotas finas, que son las más sensibles a generar deriva, con eficiencias bastante importantes. Y si la eficiencia es algo menor, creo que hoy se deben cumplir con los estándares que demanda la sociedad en no generar deriva”, aclaró. Manifestó que “se puede aplicar con tamaño de gotas mayores (más gruesas), con buenas eficiencias biológicas y menor impacto”.
Puntualizó también en “las condiciones meteorológicas (viento) y que el equipamiento esté funcionando correctamente, como lo está planteando el MGAP, de inspección de pulverizaciones”.

MÁS PARTICIPACIÓN
El director de los Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), ingeniero agrónomo Federico Montes, espera para el año 2020 una mayor participación de productores, empresarios y equipos de aplicación de fitosanitarios.
Sostuvo que Uruguay “debe posicionarse como un país productor de alimentos de calidad” en un mundo que “cada vez nos reclama más inocuidad”. Ello supone “un compromiso con la salud y el ambiente usando la herramienta de la diferenciación”.
Para Montes “hay normas claras sobre el uso de agroquímicos y si se cumplen quiere decir que el productor lo está haciendo bien y la ciudadanía puede saberlo, controlarlo y sancionar si no se cumple”. Y recordó que “hoy tenemos 100.000 hectáreas monitoreadas y serán 400.000 hectáreas el año próximo.
Comparó la trascendencia del proyecto de monitoreo de aplicaciones con la trazabilidad del ganado vacuno, que empezó en forma voluntaria con 500.000 caravanas en 2004, y con los planes de uso y manejo de los suelos.
“La oportunidad de mostrar al mundo cómo producimos hará crecer la adhesión”, subrayó Montes, y aseguró: “En un tiempo breve, el mundo solo demandará alimentos de países que respeten el cuidado de la salud y el medio ambiente. Y esa será una diferenciación que tendrá un valor adicional”.

MUCHA TECNOLOGÍA
“Los fitosanitarios son herramientas que el agricultor tiene para producir, pero que dependiendo de la forma como lo usa, se puede producir un efecto positivo, como también negativo”, indicó a EL TELEGRAFO el profesor Juan Pablo Cunha, profesor de la Universidad Federal de Uberlandia, Brasil. Pero precisó que “lo importante es que hoy se cuenta con mucha tecnología para realizar aplicaciones con el mínimo de riesgo para el ambiente y las personas”. El tema fue expuesto por el profesional en disertación, destacando las tecnologías que tenemos ahora para disminuir el impacto de la aplicación de plaguicidas”.
Sostiene que actualmente “el gran problema de la aplicación se refirere a la deriva, o sea la pérdida que normalmente puede suceder por el viento, por lo que hoy las técnicas de reducción de deriva son básicamente la utilización de gotas de tamaño mayor, la utilización de coadyuvantes, productos que se pueden agregar en el tratamiento para disminuir la deriva”.
Pero otro punto importante para el profesional brasileño, pasa por la “capacitación de la mano de obra, algo que estamos tratando en nuestro país con bastante fuerza para mantener los productos fitosanitarios por más tiempo y con la sustentabilidad en la agricultura”.
Cunha dijo que “hay quienes piensan que la manera más fácil es prohibir. Pero hay que ver que esto es una herramienta muy importante para producir, porque hay muchos cultivos que necesitan de la aplicación porque son áreas muy grandes, con problemas de malezas, insectos y plagas”.
“Si la gente no tiene entrenamiento y no está capacitada, no sabe qué son las buenas prácticas ni se imagina como debería ser. Y lo que tratamos de hacer en los programas de capacitación, es mostrar la manera correcta para aplicar y disminuir al máximo el riesgo de la aplicación”, dijo el investigador. Y enfatizó que “muchas veces la gente hace sin saber lo que tiene que hacer”.

EN ARGENTINA
El ingeniero agrónomo Ramiro Cid, investigador del INTA Argentina, expuso sobre la situación general de las aplicaciones en Argentina, “bastante complicada por los conflictos ambientales”, dijo, la legislación sobre el tema en ese país, la red de buenas prácticas que se implementó y específicamente la verificación de equipos y las experiencias en su país.
Consideró que el ambiente está “muy conflictivo” en Argentina, comentando como dato “curioso”, que el miércoles se produjo la primera detención de un ingeniero agrónomo, un productor y un aplicador, por haber hecho aplicaciones dentro de una zona de exclusión”.
Cid consideró que “está bien porque se cumplió con la Ley”, pero sostuvo que “es la primera vez que se llegaba tan lejos en el avance de la Ley, y hay una denuncia penal, no una infracción”.
Reconoció que “no se puede negar que hay gente que está haciendo mal las aplicaciones y se debe corregir, pero sin dudas se están exagerando los aspectos negativos”. Sostiene que “falta una campaña de capacitación a los aplicadores”. Y explicó que “hay gente que nos dice que trabaja con cono hueco y ningún otro tipo de pastilla. Y el cono hueco es muy susceptible a la deriva y genera problemas”.
Además de la capacitación, entiende que “faltan controles y no tenemos una legislación uniforme, pareja y que trate de poner las cosas en orden, como pasa en Europa y Estados Unidos”.
Puso como ejemplo un chiste que tradicionalmente lo hace en sus disertaciones: “una mujer le pregunta a su marido qué es peor, la ignorancia o la indiferencia, y él responde: no sé y no me interesa. Acá sucede uno o lo otro, o las dos cosas juntas, que no se sabe o que no le importa al que actúa irresponsablemente”.