Belveder propone una asamblea para sugerir el destino de Coleque

El Concejal Gino Belveder cree que este fue “el mejor aporte del Estado” para Quebracho.

“Aunque teníamos la certeza que iba a ser aprobado, hoy estamos más tranquilos”, dijo a EL TELEGRAFO el concejal de Quebracho Gino Belveder, promotor de la compra de Coleque por parte de la Intendencia.
“Creo que esta gestión que comenzamos y después tuvo la convicción del Intendente de Paysandú (Guillermo) Caraballo, es el mejor aporte que le ha realizado el Estado, en años, a una comunidad del Interior, en este caso a Quebracho. Sin ninguna duda va a ser histórico, y ojalá los resultados que se obtengan representen un polo de desarrollo y que en estas 15 hectáreas los ciudadanos oprimidos del Interior vean una luz de esperanza donde cada uno empiece a imaginarse qué se puede hacer allí para mejorar y tener un crecimiento socioeconómico”.

EL DETALLE DE LAS 15 HECTÁREAS

Sobre cómo es la superficie de Coleque y qué puede hacerse allí, Belveder detalló que el predio “tiene aproximadamente unas 8 hectáreas de suelo improductivo, que es una parte de cerro, donde es difícil encarar un proyecto productivo, hay unas tres hectáreas que quedaron libres de tierras donde se puede sembrar, tiene dos hectáreas de monte de eucaliptus, hay un chalet donde vivía el gerente de Coleque y después está el edificio de la planta industrial y donde se hacían los quesos”.
Aclarando que “no hay que generar falsas expectativas”, y que “ahora lo más importante es que se logró que nos hiciéramos del bien” el concejal dijo que “como prioridad, creo que todos debemos ir, los actores locales, el gobierno departamental y el nacional, hacia algo que sea sustentable para desarrollar allí, que es lo clave, y más cuando hablamos de proyectos productivos y no generar demasiadas expectativas”. Sugirió que una actividad “podría ser algo de hortifruticultura, ya que tenemos el pozo de agua con mayor caudal litro por hora y el tanque de agua con mayor capacidad de almacenamiento, y que se podría aprovechar para un emprendimiento de ese tipo. O podría ser que se concrete algún convenio con alguna de las forestales para desarrollar un vivero”.
No obstante, dijo que “yo no me animo a decir lo que hay que hacer”.

UNA ASAMBLEA DONDE TODOS OPINEN

También hizo un llamado “al involucramiento de los ciudadanos de Quebracho para colaborar lo que se podría hacer allí, que los actores sociales y políticos aporten ideas, eso es muy importante, pero no podemos perder de vista que lo más difícil con las ideas es bajarlas a la práctica y llevarlas a la realidad y que tengan sustentabilidad. Hay personas que dicen de poner una fábrica, pero eso sería inviable, por eso reitero lo de no formar expectativas”.
A su juicio, “la gente del pueblo tiene que estar, debe haber una asamblea para que la gente pueda opinar, y ser todos responsables de lo que allí se haga conjuntamente con la Intendencia y el gobierno nacional, así sea que resultemos ganadores o no”. Recordó además que “el año que viene va a haber actores políticos nuevos, capaz que ni yo estoy en un lugar político, aunque sí por supuesto, como ciudadano de Quebracho”.

EL DESCREIMIENTO EN LOS POLÍTICOS

Finalizó señalando que “cuando estaba escuchando la discusión en la Junta Departamental con las presentaciones de los ediles blancos, percibí claro porqué existe un gran descreimiento de la gente hacia los políticos. Recuerdo que cuando yo llevé el planteo al Intendente y que ustedes en el diario dieron la primicia, a los pocos días nos reunimos en la Junta Departamental y el estudio que había hecho en relación al mejor costo-beneficio en la adquisición para la Intendencia, era la expropiación. También estaba este camino que siguió la Intendencia y es totalmente legítimo. Pero cuando hice el planteo en la Junta, el Partido Nacional se opuso a mi planteo diciendo que la expropiación era el peor camino. Pero cuando anoche (por el jueves) el doctor Marcelo Tortorella dijo que el mejor camino jurídico era la expropiación, yo pensé que me estaban tomando el pelo. Y si bien puede ser el juego de la política, quien no entiende ese juego, termina descreyendo en los políticos”.