Diego Forlán, el “hincha número uno” de Uruguay

MONTEVIDEO, 27 (SPUTNIK)
Diego Forlán colgó los botines hace poco más de un año y medio pero recién este sábado se despidió del fútbol en un Estadio Centenario repleto de estrellas mundiales y junto a su gente, esa que, según cuenta en una entrevista exclusiva con Sputnik, siempre llevó consigo en su larga trayectoria.”Tenemos un país divino y yo viajo por todo el mundo y conozco grandes ciudades, pero cada vez que vuelvo a Uruguay, más me gusta mi país, soy hincha número uno de mi país”, dice el exfutbolista y ahora entrenador a esta agencia.
Con pasajes por Argentina, Inglaterra, España, Italia, Brasil, Japón, India, Hong Kong y, lógicamente, Uruguay; Diego Forlán se convirtió en un verdadero atlas futbolístico desde que dejó Montevideo a los 17 años para integrar las divisiones inferiores de Independiente, al otro lado del Río de la Plata.
“Fue duro irme de joven pero siento que fui de menos a más, fui a Argentina, que no es tan lejos, es un vuelo, y las costumbres son más o menos las mismas, aunque estás pero no estás”, recuerda.
El derrotero de este delantero de melena rubia, ojos claros y nariz prominente, rasgo que le dio el apodo de Cachavacha, en referencia al personaje de una bruja que aparecía en una historieta argentina, lo hizo vestir numerosas camisetas, antes de ponerse la del Peñarol, el club de sus amores, con el que salió campeón y en el cual fue confirmado como entrenador recientemente.
“Es un cargo nuevo que voy a arrancar pero no deja de ser algo que estoy acostumbrado a vivir. Aunque es cierto que un entrenador es mucho más inestable, no me va a gustar si me toca salir antes de que finalice el contrato, pero acepto que es así y eso no va a cambiar mi forma de ser y mi personalidad, voy a ser siempre el mismo”, se adelanta.
Forlán sabe que llega a una liga cuya calidad está muy por debajo de las europeas, incluso de las vecinas argentina o brasileña, sin embargo, le incentiva mucho más eso que seguir jugando; esa motivación lo “mantiene joven”.
“Este fútbol es lo que conocemos, hace casi cinco años que estoy instalado en Uruguay y por más que estuve mucho tiempo afuera uno conoce los pormenores, los problemas y lo que está viviendo la gente. No soy un outsider, no es que llegué de Europa y me puse a dirigir”, señala.
LOS GOBIERNOS NO SON LOS QUE EDUCAN
Forlán, quien dejó una marca en la historia del Manchester United inglés y del Atlético de Madrid español, también se refirió a la muerte de un hincha de Nacional mientras festejaba el título de liga a causa de un disparo realizado por un simpatizante de Peñarol que abrió fuego contra la multitud; días después se supo que el crimen fue ordenado desde la prisión por un barra brava.
“Lo que pasó es algo muy penoso, pero no es el fútbol, es la sociedad y el momento que estamos viviendo y esperemos que pueda empezar a cambiar porque ya hace rato que estamos con estas situaciones, es hora de un cambio”, opinó.
“Soy un enamorado de Uruguay, tenemos un lugar que es un privilegio y es una lástima que siendo tan pocos no tengamos ese control y esa organización que tienen países con más gente, porque acá nos conocemos todos, es cuestión de hacer las cosas como deben ser, ahora hay un cambio de gobierno y hay que ver cómo se maneja con el tema de la seguridad y la educación que son pilares fundamentales para todos, aunque esto lo hablamos siempre, incluso cuando asumió el otro gobierno, y seguimos en la misma”, afirmó el ahora entrenador.
Forlán agregó que para solucionar el tema de la violencia en general no solo hay que esperar medidas de las autoridades “sino también hacerlo cada uno en su casa con los hijos, dedicarles tiempo, invertir horas y ocupación, muchas cosas que dependen de nosotros, porque si queremos que cada gobierno esté educando a nuestros hijos ahí estamos errando todos”.
LEGADO
Forlán es hijo de otro futbolista, Pablo Forlán y nieto, por parte materna, de quien fuera entrenador de la selección uruguaya en el mundial de 1962, Juan Carlos Corazzo.
Vistió en total 10 camisetas de distintos clubes, pero la que más le calza a su figura es la celeste uruguaya con la que jugó 112 partidos, marcó 36 goles, y participó en tres mundiales (2002, 2010 y 2014).
Forlán nunca olvidará Sudáfrica 2010, dado que en muchos encuentros fue capitán del equipo y, a pesar de que Uruguay quedó en cuarto lugar, fue condecorado con el Balón de Oro por los cinco goles convertidos en siete partidos.
Sin embargo, valora más la Copa América 2011 que conquistó en Argentina, porque ese fue un logro conseguido “en equipo”. “Salir cuarto en un mundial es espectacular, pero después salimos campeones de América y eso termina siendo la confirmación de lo que fue el Mundial y a nivel familiar fue también impresionante porque lo fue mi abuelo dos veces, mi papá y yo; tenemos cuatro copas América en la familia”, se enorgullece.
Su último partido profesional lo jugó en mayo de 2018 con la camiseta del Kitchee FC de Hong Kong, un país al que si tuviera la oportunidad de volver a trabajar “iría feliz de la vida”.
Tras más de dos décadas como futbolista, la despedida oficial fue ayer sábado 28 de diciembre en el mítico estadio Centenario y en un partido en el que jugaron figuras de la talla de Juan Román Riquelme, Luis Suárez, Edinson Cavani, Sebastián Abreu, Diego Lugano, Javier Zanetti, Juan Sebastián Verón, Esteban Cambiasso y Javier Chevantón, entre otros.
Ramiro Barreiro