El tango desencadenado de Gonzalo Gravina

Gonzalo Gravina, tocando el piano, mientras una pareja ensaya unos pasos de baile.

Otra noche dedicada al tango se vivió en Cíclopes Casa Cultural, esta vez con la participación de Gonzalo Gravina. Pianista, arreglador y compositor, este talentoso músico montevideano ha trabajado junto a varios de los creadores más destacados de la música popular uruguaya –Eduardo Mateo, Jaime Roos, José Carbajal, Los Olimareños, entre muchos otros de una larga lista–. Además, ha ofrecido conciertos en países como Alemania, Italia, España, Francia, Bélgica, Holanda, Chile, Brasil o Argentina. En su visita, ofreció una charla taller sobre tango, destinada a todo público, para luego interpretar un repertorio de clásicos de la música rioplatense, acompañado por músicos locales. La propuesta estuvo enmarcada en el proyecto Tango Vivo, impulsado por Cíclopes y Mundo Sonoro, que en los últimos meses ha venido proponiendo un taller de danza tango y un espacio donde bailar.
RECORRIDO POR EL UNIVERSO DEL TANGO
“¡Gardel habló para EL TELEGRAFO!¡Fue el único lugar donde dijo que era uruguayo!”, recordó Gravina cuando se le dijo que nuestro medio se hallaba presente en la charla. El músico ya había visitado Paysandú en junio de 2018, junto al percusionista y cantante Wilson Negreira, para presentar un recital de temas históricos y poco difundidos de la música popular uruguaya. “Esta vez trajimos una propuesta enfocada en el tango en general, donde abordaremos lo que vaya surgiendo: sus características, sus orígenes, de dónde viene la rítmica, las armonías, los estilos…”, explicó. Considera que el tango se basa en un lenguaje musical “bastante clásico”, aunque en tiempos más modernos ya se fusionó con otros más complejos, sobre todo a partir de Astor Piazzolla.
Ahí ya apareció “una música un poco más complicada”, más apoyada en los arreglos escritos. Antes, en cambio, las partituras, las cuales no se respetaban fielmente, y lo que se escribía no era exactamente lo que se tocaba. “Hay que agregarles cosas que no están escritas. Es lo que le da el carácter al tango. Tiene ciertos acentos, que son una parte importante. Además no hay que olvidar que es una música bailable. También puede escucharse, obviamente, pero nació para ser bailada”.
Durante una hora y media, el músico compartió información sobre la historia del tango, las múltiples influencias que le dieron forma y sus diferentes épocas, a lo que se sumaron anécdotas de referentes históricos como los ya mencionados Piazzolla y Gardel. La vida y obra de este último, especialmente, fueron recurrentes a través de la charla.
VIGENCIA DEL TANGO EN EL MUNDO
Aunque relegado por otros géneros, como el candombe o la murga, el tango siempre ha estado presente en la música uruguaya. Y en los últimos años, ha venido resurgiendo con fuerza, “sobre todo a través de jóvenes que disfrutan bailándolo”, dijo el músico.
“En Montevideo hay bailes y orquestas, y en el Interior también. No muchos, pero hay. En Montevideo hay una movida grande de bailes, y mucha gente muy joven que se pone a bailar, y baila mucho, y muy bien, y aprende mucho. Y lo que está pasando es lo que pasó toda la vida con el tango: muchos de ellos enseguida salen a bailar por el mundo. Les surge la posibilidad de irse a bailar a un hotel en China, en Australia o en cualquier lugar; entonces, los gurises se ponen a bailar el tango”.
La oferta musical en Uruguay es muy variada, “con música popular al estilo Rada, grupos tropicales, o grupos de rock, que les ha ido muy bien. Hay un montón de cosas. Pero con el tango, automáticamente, si te enganchás, te vas. Con otro tipo de música también puede pasar, pero es mucho más difícil. No es como con el tango, que adonde vayas en el mundo, está presente. ¿Tocás tango?: al otro día tenés trabajo”. Esto se da especialmente en quienes tocan el bandoneón, o en los bailarines. “Es algo que los jóvenes tienen que tener presente: si tocás bien el bandoneón, tenés el mundo a tus pies”, afirmó Gravina. Por eso, celebra que en Montevideo se hayan creado escuelas de bandoneón “para los gurises más jóvenes”, y que se lleven adelante proyectos “para que los niños empiecen a tocar”.