Jóvenes agrónomos de la misma generación; nuevos técnicos del SUL en Paysandú y Salto

Ingeniero agrónomos Matías Orihuela y José Francisco Ramos.

El ingeniero agrónomo José Francisco Ramos es sanducero y desde hace casi un año desempeña su actividad profesional como técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), en tanto el ingeniero agrónomo Matías Orihuela, oriundo de Salto, aún no llegó a los dos meses. Ambos tienen en común que cursaron juntos la carrera de agronomía y se recibieron el mismo año, y hoy trabajan en la misma institución.
Pero además, ambos nacieron en el mismo mes y se llevan cuatro días de diferencia en sus 26 años de edad, Ramos ganó el llamado a técnico para el departamento de Salto, y Orihuela recientemente para Paysandú. Más allá de lo que significa que la tarea sea en departamentos cambiados, teniendo en cuenta en donde residen, se aguarda que muy pronto cada uno desempeñe su tarea en el departamento de origen.
Ambos coincidieron en que están “muy contentos de pertenecer a la plantilla de técnicos del SUL, un trabajo cuyo distintivo es el contacto directo con los productores, se participa en instancias con otros técnicos, vínculos con la investigación, de modo que es un trabajo muy diverso y permite llegarle a trabajadores rurales, productores de pequeña y gran escala, a técnicos e investigadores”.
“Pancho” Ramos sostuvo que “a quienes nos gusta la ganadería y el trabajo del SUL, es una labor ideal”, mostrándose “muy contento y agradecido con la oportunidad, además de ser un lindo desafío, por el recambio que tiene la institución, con técnicos de larga trayectoria y gran solvencia que se han retirado, ocupando ahora nosotros su espacio y el legado, para continuar creciendo en la institución”.
Otro hecho coincidente en el joven sanducero, es que más allá de provenir de familia vinculada al sector, “mi familia tiene campo en la zona de Corrales”, explicó; ese predio es cercano a quien recientemente dejó su cargo en el SUL en Paysandú, el ingeniero agrónomo Marcelo Grattarola.
Ramos guarda también “buenos recuerdos de su paso por la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía, en donde formó parte del equipo de investigación en ovinos, “lo que sumó para el bagaje técnico adquirido”.
Expresó que el rubro ovino “es rentable económicamente en los números, es sustentable, su producción es a cielo abierto basado en su mayoría en campo natural”. Agregó que “tiene un rol social muy importante, y en donde está la oveja hay gente, afinca a la gente en el medio rural, lo que es muy importante”.
MATÍAS
En el caso de Matías Orihuela, su primer acercamiento con el SUL fue en el año 2016, al ganar junto a Germán Mattos las Ovinpíadas que organizaba dicha institución. Como premio, viajaron a Oceanía, que “para mi significó un antes y un después”, afirmó.
Explicó que “siempre estuve vinculado al rubro ovino, tanto desde chico en el predio de mi padre en la zona de Tomás Gomensoro, departamento de Artigas, como en la carrera de agronomía, con la tesis y cursos relacionados al ovino. Hoy poder trabajar en el SUL, con su dinámica de trabajo y el vínculo con productores, técnicos y entidades vinculadas al rubro, para mi es muy bueno”. Sobre el futuro del rubro, para el joven profesional salteño “cuanto más eficaces y más eficientes seamos en la producción ovina, mejor nos va a ir, independientemente de lo que suceda”.
Entiende que “problemas hay muchos, y en el norte, quizás en quienes están más enfocados a la producción de lana, las tasas de señaladas son las más limitantes y deberíamos apuntar a levantarlas”.