Plan estratégico subregional para erradicar la mosca de la bichera

Uruguay debe aplicar una propuesta relacionada “al Plan estratégico subregional para la erradicación de la mosca de la bichera en América del Sur, elaborado por la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA)”, señaló el ingeniero agrónomo Romeo Volonté, gerente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Días atrás, a instancias del ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Enzo Benech, se reunieron delegados de las principales gremiales del sector para dar a conocer los resultados del Grupo de Trabajo que elaboró el Plan Estratégico para el Control/Erradicación de Cochliomya hominovorax (Mosca de la Bichera o Gusano Barrenador del ganado) en Uruguay.
Dicho Grupo, integrado por el MGAP, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y SUL, recopiló antecedentes en el control de la mosca de la bichera, estimó las pérdidas anuales, directas e indirectas, asociadas a esta plaga, recomendó las posibles estrategias de control y sus costos asociados y evaluó la normativa actual, utilizada para control y erradicación.
El gerente del SUL comunicó que el Grupo de Trabajo analizó la factibilidad de aplicación de esa propuesta, que plantea como Fase 1 “la campaña de control/erradicación de la mosca de la bichera, mediante la técnica del Insecto Estéril (TIE), utilizando moscas estériles provistas por la planta de la Comisión Panamá Estados Unidos para la erradicación y prevención del gusano barrenador del ganado”.
Volonté dijo que el Grupo de Trabajo entiende que “esta propuesta es pasible de recibir algunos ajustes, que en cierta medida permitan reducir algunos costos previstos”.

LOS COSTOS
La ejecución del Plan tomado como referencia, según el informante, “contempla una inversión inicial de U$S 4 millones de costo anual, con máximo de U$S 18 millones al quinto año”. Y el costo máximo asociado a mantener una posible barrera limítrofe “de U$S 16 millones por año”.
Volonté también habló de las pérdidas anuales atribuibles a la presencia de la mosca de la bichera en el país. “El Plan Estratégico comprende un detalle de los antecedentes de distintas estimaciones realizadas, las que van desde los U$S 24,5 millones por parte de un muestreo realizado por el MGAP en el año 1998, que actualizado al 2019 equivaldría a U$S 38 millones, pasando por estimaciones del doctor John Wyss en el año 2000 que las estimó en U$S 147 millones y otros trabajos que lo situaron en más de U$S 200 millones por año”.
El grupo del Plan Estratégico incorporó para la actualización de la estimación de las pérdidas una encuesta difundida junto con la Declaración Jurada de Dicose, para estimar con mayor precisión aspectos como el costo atribuible a la mano de obra que requiere la atención a la prevención y el tratamiento de animales afectados por la bichera.
El valor arribado por parte del Grupo de Trabajo fue de U$S 41,3 millones anuales. Coincidiendo con estimaciones anteriores realizadas por el MGAP.
Para Volonté, este valor es un piso, “ya que hay aspectos difíciles de cuantificar, pero fáciles de imaginar si pensamos en el escenario de un Uruguay sin bichera”. Dijo que existen impactos negativos no cuantificados, “como el impacto en la salud humana, el bienestar animal, la fauna silvestre, la pérdida de inocuidad de los productos (ejemplo: carne, lana)”.

FACTIBILIDAD
En base a las cifras manejadas, el gerente del SUL dijo que se realizó un estudio de factibilidad económica de la propuesta realizada por la OIEA, obteniendo los siguientes indicadores: Inversión inicial cercana a U$S 4 millones; costos anuales que alcanzan un máximo de U$S 18 millones al 5º año; costo a partir del año 9 de U$S 16 millones. Valor Actual Neto Económico (VANE al 7,5%) de U$S 96,5 millones. Tasa Interna de Retorno Económico (TIRE) de 32%. Relación beneficio/costo de 1,78. Recuperación de la inversión al 9º año (PRI).

MÁXIMA PRIORIDAD
Para el gerente del SUL, el control y eventual erradicación de la mosca de la bichera en el Uruguay “es una posibilidad real”. Consideró que las principales limitantes estarían asociadas al fortalecimiento de las capacidades actuales de la DGSG-MGAP y a la asignación de los recursos necesarios.