Desde Gran Canaria a New Jersey, sanduceros que residen en zonas donde el coronavirus acecha

Paulina, Pia Biatturi, Francisco y Martín Elhordoyen Carrizal, Gran Canaria.

Otros sanduceros que residen en zonas a las que ya ha llegado el coronavirus fueron contactados en la víspersa por EL TELEGRAFO y brindaron sus vivencias aun cuando en las zonas donde residen no son de alerta roja ni de confinamiento, pero en las que las autoridades han comenzado a tomar las primeras medidas de prevención que afectan a toda la población.

EN CARRIZAL, GRAN CANARIA

Martín Elhordoy reside en Carrizal, ayuntamiento de Ingenio en la isla de la Gran Canaria, España, donde se desempeña como armador de muebles. “Hace alrededor de un mes apareció el primer caso de coronavirus en la isla más chica, La Gomera. Hace unos quince días dos turistas en Tenerife. Y hace una semana una italiana en Arinaga, que es muy cerca de acá, a unos 12 kilómetros”, cuenta.
“No hay tapabocas ni alcohol en gel y en los supermercados se empieza a ver el desabastecimiento. Una de las cosas que falta es leche”, dice luego.
“Acaban de suspender las clases por quince días, una medida que todo el mundo le reclamaba al Rey –como se estila acá–, entendiendo que el problema no se tomaba con seriedad. También se suspendieron los carnavales que se hacen durante una semana en cada uno de los 19 ayuntamientos. Hasta que se tomaron estas medidas parecía que las autoridades no tomaban el serio la amenaza del virus, especialmente en lugares como estos que están siempre llenos de guiris (así le dicen a los extranjeros en España). Hasta hace un par de días aterrizaba diariamente en el aeropuerto (ubicado dentro del ayuntamiento de Ingenio) un avión cada 3 minutos (aproximadamente 200 por día) durante las horas del día; en la noche no hay vuelos. Muchos con extranjeros para ir a las zonas de turismo. Recién este miércoles comenzaron a escucharse muy pocos vuelos llegando”.
Elhordoy cree que el impacto del coronavirus “más que un problema de salud terminará siendo un problema financiero”.
De todas maneras, desde que “las medidas de suspensión de actividades son muy recientes siempre hay gente en la calle, los bares están llenos. Apenas hoy (ayer jueves) vi a la gente saludarse tocándose los codos, con mucho menos contacto y nada de besos. Aunque se toma más como chiste, aún no hay conciencia de que esto puede ser grave”.

EN BUDD LAKE, NEW JERSEY

Horacio Gauthier reside desde hace años en esta zona del condado de Morris, en New Jersey, Estados Unidos. Sostiene que “hasta ahora el único impacto –de modo general– que ha causado en nuestra zona el coronavirus es la explosión de compras. Sí se están cerrando las escuelas y se toman medidas especiales con la población más adulta”.
“Walmart (una tienda por departamentos) se quedó sin agua por ejemplo. Eso obligó a reponer durante el día, cuando la práctica es que por la noche se haga todo lo que es reposición. Y ahora, como eso tampoco alcanzó, solamente venden dos fundas de agua por persona”.
“Aquí parecen prepararse para una catástrofe de enorme magnitud y la manera de reaccionar es comprando y comprando. Ni que hablar que no se encuentra alcohol en gel por ningún lado. Los medios estaban informando cómo se puede hacer alcohol en gel casero, pero resulta que tampoco hay alcohol; se agotó en todos lados. Incluso online. Nosotros buscamos en Amazon y la fecha de entrega es entre el 4 y 29 de abril”, agregó Gauthier. “Por supuesto tapabocas no hay por ningún lado. Lo que se ve es que la población se prepara a lo estadounidense, comprando todo lo que pueda y haciendo stock en sus casas.
“Esa es la sicosis que hay en la zona, aun cuando en Nueva York sí el virus está y la situación es bastante más complicada. Por el momento, en esta parte de New Jersey las medidas que se empiezan a tomar tienen que ver con las clases. En Mount Olive Township las cerraron por tres semanas y es probable –aunque no se sabe a ciencia cierta– que sigan un poco más porque luego llega lo que se llama el spring break (vacaciones de primavera). En Dover la semana que viene las clases serán interrumpidas”, comentó. “Todas actividades after school (tras el horario de clases) han sido canceladas”.
En el caso de adultos mayores que viven en residencias “se tomó la decisión que los familiares no pueden visitarlos durante un mes”, lo que equivale a colocar en cuarentena preventiva a toda esa población que vive en esas residencias, donde cuentan con atención médica.
“Días antes los familiares eran llevados a una sala especial donde se los controlaba y luego a esa sala llevaban al anciano residente. Ahora la decisión es bastante más dura”, subrayó Gauthier.
“Con esto quiero decir que lentamente se toman medidas bastante duras, que quizás no llegan al conocimiento de todos, solamente preocupados por las ventas quizás. Si eso se está haciendo, probablemente la situación que hoy se aprecia en general bastante buena, podría complicarse”, concluyó el sanducero residente en New Jersey.