El boxeador uruguayo Amílcar Vidal decidió, junto a su hermano y entrenador Richard Vidal, someterse a una cuarentena rigurosa tras llegar desde Estados Unidos, donde se suspendió la pelea prevista para el próximo viernes 24 de abril.
Vidal, campeón Sudamericano y Latino, tenía previsto combatir nada menos que en Las Vegas ante el invicto estadounidense Donald Reed, pero debido a la pandemia de coronavirus retornó a nuestro país una vez que supo que la velada se cancelaría, mientras estaba entrenando en Estados Unidos.
Apenas llegaron a Montevideo, donde se les tomó la temperatura y llenaron algunos formularios, los hermanos decidieron no ir a sus respectivas casas sino, por el contrarario, iniciar una cuarentena voluntaria en el gimnasio capitalino ubicado en José Serrato y Bruselas.
Según expuso Ecos en la víspera, “el lugar de reclusión fue elegido por decisión propia, teniendo en cuenta que en las residencias linderas donde viven en Apóstoles entre Pernas y Coruña hay familiares en franjas etáreas consideradas de riesgo por el coronavirus, y el aislamiento se lleva a cabo en forma tan austera que los Vidal duermen y descansan sobre un colchón de dos plazas que les hicieron llegar en forma especial y está apoyado sobre el piso del gimnasio”.
Richard Vidal expresó que “nos hicimos traer un surtido de alimentos y un televisor, y acá estamos, por 20 días no salimos a ningún lado”. Amílcar, invicto tras 11 combates, sería el primer uruguayo en volver a pelear tras 35 años Las Vegas después del inolvidable Alfredo Evangelista.
