“La realidad social con que nos encontramos en Uruguay no es la que decían las estadísticas”

Subsecretario del Mides, Armando Castaingdebat.

La aparición de la pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia que lamentablemente la situación social del país era mucho más grave que lo que mostraban los números en las estadísticas y que “teníamos una realidad muy distinta”, dijo a EL TELEGRAFO el subsecretario el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Armando Castaingdebat.
“Realmente llama la atención que apenas seis días después de aparecido el coronavirus en el Uruguay proliferaran las ollas populares y la gente pidiendo por comida. Realmente eso nos desacomodó, porque eso no coincidía con el relato que se había hecho en los últimos años, en cuanto a la fortaleza social, al tramado social, a los índices de desempleo, a querer posicionar a nuestro país como un ejemplo en Latinoamérica”, consideró el jerarca en una parte de la entrevista.
Armando Castaingdebat indicó que “hubo una definición clara del presidente Luis Lacalle Pou cuando comenzó esto en el sentido de que en Uruguay no pueden faltar recursos económicos ni para el tema sanitario ni para la alimentación, lo que nos llevó a cambiar un poco la orientación de los planes, más que nada en el tiempo”.
“No es que hayamos dejado de lado lo que pensábamos hacer en el ministerio, sino que eso hoy dio paso a una emergencia sanitaria y a una emergencia alimentaria. Concretamente en nuestro ministerio la emergencia sanitaria, de acuerdo a los protocolos del Ministerio de Salud Pública, es orientada fundamentalmente a tratar de todas las formas posibles que la COVID-19 no llegue o se extienda en los residenciales de personas mayores, que son un lugar de extrema vulnerabilidad y que además puede congestionar a Salud Pública”, explicó.
Evaluó que “aquí se han extremado las medidas de higiene y al mismo tiempo en el área metropolitana se ha ido relevando, identificando toda aquella población de riesgo, por edad o por factores de riesgo, como enfermedades preexistentes, contextura física y se les ha ido sacando de la calle, de los refugios. Se la fue acogiendo, en diferentes locales, en hoteles que se han ido acondicionando para eso. Hasta incluso el Palacio Peñarol y el Gimnasio Nacional, y algunos otros lugares, cosa de no dejarlos expuestos”.
“Eso ha funcionado muy bien y más allá de que es una medida de urgencia para este proceso, ya estamos identificando soluciones de fondo para cuando pase y poder darle acogida permanente a esas poblaciones de riesgo, para no tener a muchos de ellos en la calle o en refugios que más que refugios eran depósitos donde tenían hora para entrar, para salir, lloviera o no, hora para comer, para bañarse, para apagar la luz, etcétera. Lo que el ministro Bartol ha definido y es la línea en la que estamos trabajando, es tratar de buscar la reinserción en la sociedad de esas personas. Ya se están generando dispositivos, se está construyendo un barrio en la Curva de Maroñas, destinado fundamentalmente a alojar a la población en el futuro”, señaló.

INMIGRANTES EN SITUACIÓN DE CALLE

Asimismo destacó el subsecretario del Mides que “al mismo tiempo hemos logrado una solución que pensamos que es de fondo para un problema que en el Uruguay va creciendo día a día, que es el relacionado con la población migrante. El año pasado pasaron por nuestro ministerio 4.500 personas que no eran de nuestro país que solicitaron asistencia, y esa es la población que más ha crecido en situación de calle producto de no tener ingresos, porque los han ido desalojando de pensiones y otros lugares”.
Indicó que se trata sobre todo de personas provenientes “de Cuba, Venezuela, algo de Bolivia, que están en la calle y que tienen una situación social o una realidad social muy diferente a la otra población de calle, porque hay muchos universitarios, gente preparada, que creemos que rápidamente van a conseguir una inserción laboral cuando esto pase”.

ALTA INFORMALIDAD

“Estoy convencido de que cuando todo termine, llegará el momento de hacer el análisis político, pero el sistema político en su conjunto va a tener que ponerse a estudiar cómo es posible que en el Uruguay hubiera más de un 25 por ciento de la población ocupada en situación de informalidad. Eso no hace posible sostener ningún sistema de previsión social y eso es lo que nos ha llevado a entender por qué tantos uruguayos están pidiendo por comida. Bastó que se quedaran dos días sin trabajar para que quedaran totalmente en esta situación frágil, vulnerable.
Estamos tratando de identificar esa población, porque la primera impresión era que esa podía ser población Mides, pero para nuestra sorpresa, cuando empezamos a cruzar los datos, tenemos que de esos 500.000 uruguayos son unos 30.000 o 40.000 los de población Mides, lo que nos lleva a pensar en un problema realmente grande y grave de nuestro país. Pero ya llegará el momento en que el sistema político en su conjunto deberá tratar esto”, reflexionó el jerarca.