Lo que se había definido en el plenario, terminó por refrendarse anoche, en medio de la tormenta, en la Liga de Fútbol: la Asamblea determinó que no habrá fútbol mayor por este 2020. Hace algunos días el tema se puso en discusión. Y en plenario, por 22 votos a siete, se decidió que no hubiera fútbol de Primera División, ni en la Divisional B y tampoco en la C. Pero había que confirmarlo en una Asamblea para la decisión fuera válida. Y finalmente así se definió con la votación de anoche, de la que no fue de la partida Barrio Obrero.
Finalmente se escuchó la voz de 20 dirigentes clubistas que dejaron constancia de no querer jugar, y fueron nueve los que estaban de acuerdo en disputar la competencia.
De los clubes de Primera División, Guaviyú, Litoral, Bella Vista, Huracán, Progreso y Bohemios votaron por la competencia, dejando constancia en algunos casos que su opinión era que se quería jugar siempre y cuando se habilitara la presencia de público, lo que al parecer podría confirmarse la próxima semana.
Amanecer, Estudiantil, 18 de Julio, Wanderers, Independencia y Esperanza manifestaron no querer jugar, teniendo en cuenta aspectos económicos fundamentalmente. De la Divisional B solo Sud América dijo estar dispuesto a jugar. El resto, es decir Independiente, Juventud Unida, Rampla, Boston River, Olímpico, Deportivo América, San Félix, Piedras Coloradas, Centenario y Los Sauces, se manifestaron contrarios a tener competencia. Y Barrio Obrero no participó de la Asamblea.
En cuanto a los clubes de la Divisional C, Racing, Nuevo Paysandú, Queguay y Libertad se volcaron hacia la inactividad, mientras que Vialidad y Boca de Sacra apostaron a que rodara la pelota.
Por lo tanto, quedó totalmente confirmado que no habrá fútbol mayor este año en Paysandú. Se esperaba que algunos clubes pudieran cambiar de parecer y esperar por el anuncio del gobierno de poder sumar al hincha a las canchas del Interior, pero se optó por definitivamente bajar la persiana. El tema fue claro: nadie quiso esperar al anuncio y tener en movimiento a los planteles, generando gastos que los clubes, en su mayoría, no pueden absorber según han dejado constancia.
