“Hay que meterla en el sistema de rendimiento”

Sus hazañas, con solo 16 años, son conocidas. Ya no es noticia que Manuela Rotundo batió (otra vez) el récord nacional U18 de lanzamiento de jabalina en el primer meeting luego del parate por la pandemia de coronavirus, que superó su marca anterior en más de cuatro metros.
Y tampoco es novedad que su nombre haya aparecido, con ese 52.91 metros, nada menos que en el sexto escalón del ranking de la categoría de la World Athletics.
Lo que sí llama la atención es que esta sanducera esté donde está, con las limitaciones en cuanto a materiales y entrenamientos. Y no hay que ser muy genio en el tema para pensar que no les faltará nada no solo a las que están por encima suyo en el ranking mundial, sino tampoco a las que están por debajo.
“Ese ranking se va a ir renovando, quizás la otra semana aparece una finlandesa. Pero Manuela está: eso es real”, fue el resumen de su entrenador, Julio Acosta, quien permanentemente hace hincapié en las limitaciones. Pero no como crítica, sino como prácticamente un pedido de ayuda.
La realidad es que se está lejos de un entrenamiento de rendimiento. Ni hablar de alto rendimiento. Empezando por el hecho de que Rotundo entrena con dos jabalinas, por lo que recorre 100 metros solo para ir a buscarlas luego de lanzar.
“Es así. Tendría que tener 10 jabalinas de su peso, más pesadas y más livianas para trabajar todo lo que se debe trabajar. Estamos desde principios de año intentando conseguir unas zapatillas de lanzamiento que salen 150 dólares, y no las podemos conseguir: usa unas zapatillas que eran mías, de hace cuatro año”, dijo el entrenador.
No son críticas. Es poner sobre la mesa la realidad, sazonada con un pedido de colaboración que no llega. Acosta sabe que “posiblemente el techo de Manuela sea yo”. Y eso le preocupa. “Ella no puede entrenar con 15 gurises a la vez. Alguien tendrá que darse cuenta. Si se tiene que ir para mejorar, debería hacerlo. Tener un par de meses de entrenamiento afuera”.
La realidad es que ver un atleta uruguayo en un ranking mundial es extraño. Y ni hablar si está entre los 10 mejores del mundo. “¿Qué tiene Manuela? Un talento totalmente natural, que si no lo aprovechamos lo vamos a perder porque la están cinchando del lado del vóleibol. Ese talento es natural, y tiene otra cosa: se transforma en las competencias”, repasó el técnico.
Acosta reconoció que “cuando tiró en 41 metros pensé que no batiría ese récord por mucho tiempo. Pero se transforma y hay algo que aclarar: tira con jabalinas de competencia, que planean mucho más, y nosotros entrenamos con dos jabalinas chinas”.
Tanto se transforma, que en esta última actuación no solo batió el récord y estableció esta nueva marca de 52.91 metros. En otros dos lanzamientos posteriores también lanzó por encima del récord anterior.
“Tiene un talento natural, se transforma, y tiene mucha base en otros deportes, y eso también es lo que intentamos aprovechar. Es una base que la utilizamos”, dijo Acosta. Y no dudó en volver a encender el pedido de auxilio: “Hay que meterla en el sistema de rendimiento”.