La primera Exposición de América en pandemia

Mientras los países vecinos no logran controlar la pandemia y aumentan los casos de coronavirus, impidiendo la realización en espectáculos con público, Uruguay logró llevar adelante la tradicional Expo Prado, respetándose los protocolos.
EL TELEGRAFO pudo constatar que el seguimiento realizado por las autoridades de Salud Pública fue permanente. Incluso, todas las noches se realizaba una reunión con integrantes de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) para ajustar detalles y que las falencias que se marcaban en cada jornada no se reiteraran al día siguiente.
Más allá de algún inconveniente puntual de público conocimiento, en general se tomaron todos los recaudos para que la muestra no fuera generadora de nuevos focos en el país.
Durante los días de calificación, personal debidamente identificado recorría las tribunas, solicitándole al público que mantuviera la distancia social, no se quitaran los tapabocas, no compartieran el mate, en tanto ofrecían alcohol en gel a quienes así lo requerían.
En diversos puntos de la pista había dispensadores, en tanto los responsables de ARU pedían a través del micrófono que se respetaran las medidas sanitarias.
Y, como dijo el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Carlos María Uriarte, habrá que aguardar siete días para conocer realmente el éxito de la muestra.
Es que a partir del primer fin de semana de octubre se iniciará el ciclo de exposiciones en el Interior del país, y del éxito en el aspecto sanitario de la Expo Prado depende que tales ferias se cumplan sin inconvenientes.

REMATES

También en el tradicional galpón de ventas se realizaron remates de reproductores, con el público manteniendo el distanciamiento, pero también quienes participaron a través de las transmisiones especiales por Internet y dispositivos móviles.
En el remate Corriedale en la Expo Prado se comercializaron 5 carneros PI a un promedio de U$S 2.600, con máximo de U$S 5.000 por un carnero de cabaña “Don Alfredo” de Tedesco, comercializado por escritorio Federico Rodríguez Dos Santos, adquirido por Germán Soares de Lima.
El carnero de San Gerardo, de García Pintos, se subastó en U$S 4.500, adquirido en una sociedad integrada por la misma cabaña, con “Lomas del Verdún” de Sergio Evia, Espinoza y Aguerre. El valor mínimo fue U$S 1.000.
En Puros de Origen, fueron siete vendidos, entre 4.000 y 400, promedio U$S 1.600.

EN OTRAS RAZAS OVINAS

Tomando en cuenta las demás razas ovinas: 1 Ideal U$S 1.000; 1 Merilin U$S 3.000; 1 Hampshire Down U$S 1.000; 4 Merilin PO entre 3.600 y 750, promedio U$S 1.962; 1 Hampshire Down PO U$S 1.000; 1 Texel PO U$S 2.500; 1 Suffolk PO U$S 800.
En vientres, sobresalió la venta de 23 Texel entre 3.360 y 660, promedio U$S 1.200.