Sucesión de sismos en la Antártida se extiende desde el 28 de agosto

Base uruguaya Artigas, en la Antártida.

El fin de semana pasado se produjo un fuerte movimiento sísmico que se sintió en la Base Antártica Artigas y que motivó que desde Chile se emitiera un alerta por un posible tsunami en la zona costera del continente blanco, que a la postre no se concretó. Lejos de tratarse de un evento aislado, este temblor se produjo en el marco de una sucesión de sismos que comenzó en agosto del año pasado, dijo a EL TELEGRAFO la geóloga uruguaya Leda Sánchez.
La investigadora señaló que además de extensa en el calendario, esta seguidilla ha sido intensa en la cantidad de eventos. “Impresionante: todos los días, siguen hasta el día de hoy, aunque con una cantidad bastante menor. Teníamos picos de sismos, que nosotros caracterizamos, es decir, que calculamos la magnitud, el epicentro y todo eso, de 300 a 500 por día, y ahora, a partir de noviembre empezó a bajar la cantidad de eventos por día, estamos en entre 10 y 20, y hay días que ya no tenemos eventos”, dijo.
Sánchez agregó que en esa zona ya han habido otros enjambres de sismos y que lo que se puede hacer es seguir monitoreando y trasladar la información a la brevedad posible. “Nosotros estamos muy atentos, muy alertas, tenemos a nuestra dotación en la Base Antártica Artigas, y para darle tranquilidad y una respuesta inmediata monitoreamos constantemente”, afirmó.

Perceptibles

La cantidad en el momento de mayor actividad fue impresionante, describió. “La dotación anterior fue la que sintió toda esta cantidad de eventos, ahora hay otra dotación, hay un montón de eventos que ellos no perciben; hay eventos de 4 (magnitud en la escala de Richter), pero no me han llamado para decirme que han sentido algo. Cuando estás en movimiento o estás en actividad a veces es difícil percibirlos, pero si estás quieto lo sienten; me avisan y bajamos la información, los datos, desde nuestro sensor, que está instalado allí en la base científica, procesamos los datos y les mandamos los resultados lo más rápido posible”.
El monitoreo se realiza en simultáneo con los otros países que tienen presencia en la Antártida, lo que permite intercambiar con otras agencias. “Hacemos un control. Nosotros la experiencia que tenemos, frente a otras agencias de sismología o servicios sismológicos es bastante menor, de hecho nos ha servido para aprender un montón y también para comunicarnos y dialogar con colegas de otras partes. Estuvimos trabajando mucho con la gente de Chile”, dijo la geóloga.

Origen

Sánchez explicó que esa zona es “una región bastante complicada desde el punto de vista de la interacción entre las placas tectónicas, y en esa zona, particularmente, cerca de la base y de la isla Rey Jorge, se está generando un piso oceánico, un nuevo suelo oceánico, la cuenca de Bransfield, que es como la atlántica, para hacer una analogía; esta es incipiente. Todo esos fenómenos de apertura tienen aparejados también la eyección de diques por debajo del mar, de las rocas que están ahí, y suponemos que por ahí viene la cosa desde el punto de vista tectónico y tectonomagmático”. Son procesos “tectónicos, geológicos, que están generando magma”, resumió.
“Yo al principio del enjambre pensé que duraría tal vez una semana, 15 días, un mes, y estamos desde el 28 de agosto mañana, tarde, noche, de lunes a lunes procesando datos que llegan desde el sismómetro que tenemos instalado en la Antártida, no nos ha dado respiro”, agregó.

Investigación

Más allá de la carga de trabajo que está demandando y demandará, desde el punto de vista científico la experiencia es sumamente valiosa. “Los eventos ocurren las 24 horas. Se puede procesar esa información en función de los días. Nos lleva un par de días, en algunos casos una semana, así que estamos con atraso. Lo que hacemos es que generalmente los eventos cuando ocurren y son percibidos por la gente de la base los procesamos lo más rápido posible. El resto de los eventos del día, que no los percibieron, nos lleva más tiempo”, explicó.
Por el momento no ha habido un episodio en el que se hayan puesto en riesgo los uruguayos que están en la base, pero sí ha servido para recordar que hay que mantenerse alerta.
“Estuvo este evento de 7 (magnitud en la escala Richter, el domingo pasado), que dieron las agencias –estamos revisando nuestros datos, en cuanto a que a nosotros nos dio un poco más alto–, que salió con un alerta de tsunami en Chile, que generó un poco de nerviosismo en las dotaciones, tanto chilena como uruguaya, supongo que en las otras bases que están ahí también, pero no fue nada”, señaló. No obstante, la investigadora entiende que “también es bueno desde el punto de vista que es un ejercicio de evacuación, para el cual hay que estar preparado, porque es una zona que ha sido generadora de tsunamis en tiempos históricos”. En conclusión, “por un lado es un lugar donde hay riesgo, pero por otro lado, en este caso, que por suerte no pasó nada, sirvió también para llamar la atención sobre que hay que estar preparados frente a cualquier tipo de amenazas de fenómenos naturales”.