Flanco abierto en la barrera regional contra la aftosa

Pese a la atención casi exclusiva de medios y opinión pública mundial a los pormenores de la pandemia y la vacunación, no ha sido ajena a la inquietud, sobre todo de quienes están vinculados al sector ganadero, las exportaciones y la economía en general, el hecho de que oficialmente el estado brasileño de Río Grande del Sur fue declarado libre de fiebre aftosa sin vacunación, dado que en los últimos días se contó con el visto bueno del equipo técnico de la Organización Mundial de Salud Animal (OIE). Luego de prácticamente un año de tomada la decisión, recientemente la ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina, confirmó la noticia al secretario de Agricultura del Estado de Río Grande del Sur, Covatti Filho.
Debe tenerse presente que Río Grande del Sur comenzó con este proceso el 29 de abril de 2020, cuando dejó de inocular a su rodeo vacuno. La aprobación será votada en la 88ª Sesión General de la Asamblea Mundial de Delegados de la OIE, en tanto se indicó que el visto bueno será extendido también para los estados de Paraná y Bloque I (Acre, Rondônia y parte del Amazonas y Mato Grosso). “La fase más difícil la ganamos. Estamos prácticamente aprobados. Quiero felicitarlos a todos por su esfuerzo”, dijo la ministra.
Mientras tanto, los países vecinos, incluidos el Uruguay, están en otra. Desde que el estado de Río Grande del Sur inició este proceso, Uruguay ha trabajado en los protocolos sanitarios para continuar exportando ganado a Brasil, exceptuando dicho estado.
Es así que en Uruguay, la Dirección General de Servicios Ganaderos (DGSA) a través de su División de Sanidad Animal estableció con carácter obligatorio que, entre este lunes 15 de marzo y el 15 de abril de 2021, se lleve adelante la vacunación contra la fiebre aftosa de todas las categorías bovinas.
Continuando con las políticas que se instrumentan en esta materia, esta decisión se adoptó con el fin de preservar la situación sanitaria del país y mantener los importantes logros obtenidos con relación a la sólida inmunidad del rodeo nacional contra la enfermedad.
Consecuentemente, en nuestro país no se pueden realizar eventos de concentración de bovinos en el período comprendido entre el 15 y el 31 de marzo de 2021, inclusive. Sin embargo, están habilitados los eventos con cambio de propiedad que no impliquen movimiento de animales, como los remates por pantalla.
Las repercusiones de la medida en el vecino estado son notorias con los que limita, donde lógicamente se reciben con recelo estas noticias y sus eventuales consecuencias en el rodeo de la región, por más que en esta zona se indicó que desde hace 19 años no se ha informado de brotes de fiebre aftosa. Es así que se está lejos de compartir la decisión de Río Grande del Sur y en nuestro medio se seguirá vacunando, como así también en Argentina y Paraguay.
Jorge Slavica, veterinario integrante de la Junta de INAC, consideró que Uruguay no corre ningún peligro por esta medida y que debe seguir vacunando, como se está haciendo precisamente. La extensión a otras áreas de Brasil, además de Río Grande del Sur, implica la puesta en marcha de la Instrucción Normativa No. 23, con reglas complementarias para restringir y controlar la entrada de animales vacunados contra la fiebre aftosa en los estados y regiones informadas.
La decisión brasileña se basa en la aspiración de subir un escalón en el estatus sanitario, para poder aprovechar mejor los mercados, lo que explica que Río Grande del Sur quiera convertirse en un Estado libre de fiebre aftosa sin vacunación.
El presidente de la Federación de Agricultores de Río Grande do Sul (Farsul) Gedeão Pereira, dijo que se acató la decisión de la mayoría de los sindicatos y reafirmó el compromiso de “trabajar profundamente por la defensa del retiro de la vacunación. Todos somos socios y queremos lo mejor para el agro y la pecuaria de Río Grande del Sur”, aseguró.
Admitió que hubo una discusión muy fuerte y fueron 44 los sindicatos que se mostraron favorables a dejar de vacunar, en tanto otros 39 se opusieron, lo que quiere decir que hubo una votación ajustada y reparos bien fundados entre muchos productores, teniendo en cuenta los antecedentes regionales.
Pero he aquí el quid de la cuestión: el presidente de Farsur argumentó que “estamos en el sur de Sudamérica y protegidos por Uruguay, Argentina, Paraguay y así como otros estados (San Pablo y Matto Grosso) que están vacunando”.
Es decir que Brasil, gran exportador de carne suina con hueso al mundo, busca llegar a los grandes nichos de carne bovina: Japón, Corea del Sur, México y otros para valorizar sus exportaciones, y para subir al status de libre de aftosa sin vacunación se apoya en la buena barrera que hacen sus grandes vecinos exportadores, es decir nuestro país, Argentina y Paraguay.
Pero hay otras visiones, que parte sobre todo de los países que siguen vacunando, y que fueron de los que cayeron en la rodada cuando la crisis por el brote aftósico de 2001, que fue devastador, sobre todo para la economía uruguaya.
La decisión de Río Grande del Sur, si bien ya se preveía, genera aprensión en los productores ganaderos uruguayos y el propio gobierno, y no sin razón. Por ahora, Uruguay aspira a seguir manteniendo la vacunación obligatoria contra fiebre aftosa en su rodeo bovino, asegurándose los mercados de alto valor que costó mucho conquistar: Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, China, México y Unión Europea, entre otros.
Igualmente, las diferencias marcadas de precios que existían en la década del 90 entre circuito aftósico y no aftósico quedaron atrás y la ecuación beneficio-riesgo que entraña dejar de vacunar por ahora no es considerada como una opción favorable, sobre todo si se tiene en cuenta que Uruguay demostró la seriedad de sus certificaciones y es hoy el único país que puede acceder a Japón y Correa del Sur, siendo libre de aftosa con vacunación, aunque entra con cortes desosados.
Otra pauta del escenario surge de la reflexión de que “creo que no será una amenaza el cese de la vacunación del rodeo bovino en Río Grande del Sur”, según admitió a El País Roque Almeida, veterinario que es delegado de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) en la Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal (Conhasa).
Según la visión de este profesional, el vecino Estado brasileño “se podría transformar en un centinela que complementaría la vigilancia sanitaria que haga Uruguay”, para evitar el reingreso de la fiebre aftosa a su territorio.
“Si surgiera la enfermedad, Uruguay podría prevenir o tendría la oportunidad de reaccionar antes”, dijo Almeida, para a su vez aclarar que no dejaría de vacunar el stock bovino uruguayo. “No veo mal la decisión de Río Grande del Sur en la medida que Uruguay mantenga la vacunación. Para nosotros no sería un problema”, afirmó Almeida.
Por su lado, Jorge Bonino Morlán, médico veterinario y delegado de los productores por más de tres décadas ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), apuntó que Uruguay “deberá seguir manteniendo toda su vigilancia interna y externa para evitar reintroducciones de la aftosa. Deberá tener mayores precauciones en la frontera para evitar correr cualquier riesgo”.
Esta es sin dudas la postura más lógica ante las circunstancias: hacer lo que se debe hacer para preservar la riqueza ganadera, pese a los costos de vacunar, y con la mirada puesta en lo que pasa en el limítrofe estado brasileño, porque no es bueno salir a correr sobre vidrios rotos, confiando en que nunca se nos va a perforar el zapato.