“Sectores ganaderos y agroindustriales son los que mantienen los motores de la economía uruguaya”

Ing. Agr. Fernando Mattos.

El consumo interno de carne en el país mantiene una tendencia leve a la baja desde hace unos cinco años, con un descenso más pronunciado en el último año de la pandemia. Uruguay lideró el ranking mundial de consumo per cápita en torno a los 60 kilos, en tanto las últimas mediciones registran 47 kilos de carne vacuna.
El presidente del Instituto Nacional de Carne (INAC), Ing. Agr. Fernando Mattos explicó que “transcurren años atípicos desde el punto de vista del mercado y consumo interno. El año pasado tuvimos un comportamiento con cierto ajuste a la baja de los niveles de consumo y comercialización de carne. Solo al alza se ha registrado el consumo de carne aviar y se reducen tanto las carnes vacuna, ovina o de cerdo”.

El año pasado fue particular por las características que incidieron en el mercado, fundamentalmente en la demanda. “Los uruguayos estuvimos restringidos en nuestros hábitos de consumo, con reuniones limitadas. Los asados entre amigos o en la familia no se pudieron realizar. El turismo, restringido al consumo interno y la reducción del consumo en los hogares pesó por la reducción de los ingresos. Por efecto de la pandemia tenemos altos niveles de desempleo y se registraron muchas personas en el seguro. Aún así, las reducciones no fueron muy significativas, pero confirma una tendencia a la baja”, dijo a EL TELEGRAFO.
En forma paralela existía otro factor: “a principios del año teníamos el arrastre de los volúmenes de carne destinados al exterior y fundamentalmente a China. Eso trajo un efecto al mercado interno que no acompasó con los ingresos ciudadanos. Por lo tanto, estuvo bastante cara al bolsillo del consumidor uruguayo. Incluso el año pasado, las correcciones de precios estuvieron por debajo de la inflación y en 2021,presiona la demanda externa”.

Explico que “nuevamente China tracciona el mercado interno. En 2020 funcionó la carne importada que se introdujo en gran volumen. Casi 27% de la carne vacuna que se consumió en el mercado interno tenía origen de Brasil”.
Este año “está difícil para el mercado exterior y los precios se encuentran bastante nivelados en el Mercosur. No quedan muchas alternativas para exportar a la región. Mirando la exportación a otros mercados, tenemos una demanda muy fuerte a Asia. Enviamos casi el 60% del total de las exportaciones a China y nuevamente se da una fuerte tendencia al alza”.

El asunto argentino

El lunes 17 de mayo, el gobierno de Alberto Fernández resolvió suspender las exportaciones de carne vacuna por 30 días. La medida regirá “hasta que el mercado interno se ordene”, de acuerdo a la comunicación enviada al Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas.
Según Mattos “Argentina es un actor importante. Exporta un millón de toneladas –Uruguay aproximadamente la mitad– por lo tanto, el mercado uruguayo no puede suplir su ausencia. Nuestro país exporta un 50% de todo lo exportable para China y en ese mercado representamos un 13% del total de la compra que hace China. Argentina representa el 20% del abastecimiento a ese mercado”.

La falta del vecino país provoca nerviosismo en los mercados y una suba de precios, que puede generar una ventaja momentánea para Uruguay. Sin embargo, China tampoco tolerará una disparada ilimitada de los precios. “Es muy reciente la medida como para calcular sus consecuencias. Tampoco sabemos la duración que tendrá, pero recordemos que en el pasado (año 2006), Argentina tomó la misma medida anunciando que iba a ser por 65 meses, cuando en realidad duró 9 años. Así que habrá que ver este anuncio, que es por 30 días”.
El directivo recordó que la razón del gobierno argentino “es el control del mercado interno, pero claramente es un récord de oferta del mercado internacional que presiona los precios al alza. En el libre juego de la oferta y la demanda, los precios tienden a subir. Hay que ver cuánto hay de especulación. Al principio se disparan los precios, pero después tienden a la normalidad y eso obedece a una menor oferta”. A Uruguay esta circunstancia le permite la posibilidad de vender un poco más caro, “pero no son medidas sanas ni que puedan durar en el tiempo. Es mejor que esa valorización venga de la mano de nuestras marcas y factores de inocuidad”.

Escenario a futuro

Los países avanzan hacia la vacunación contra la COVID-19. “Esa parece la solución a la pandemia que traerá otras medidas como las fronteras abiertas y menores restricciones para viajar o celebrar en familia. Hay un deseo reprimido en las personas de volver a socializar y lo vimos en las reacciones en España con el levantamiento de las cuarentenas. Los sectores demandantes han estado restringidos en su consumo y el impacto en la economía mejorará con el retorno de las actividades económicas. Porque los sectores ganaderos y agroindustriales son uno de los motores encendidos que empuja la actividad del país”.

Analizó la importancia de la existencia de un volumen de oferta “si tenemos demanda interna, que es bastante ineslástica. Es decir, no obedece a los comportamientos del mercado internacional porque los consumidores buscan alternativas más baratas. Por eso, permanentemente trabajamos para que la carne uruguaya valga más”. Consultado sobre el consumo uruguayo de carne proveniente de otros países de la región, cuando el país mejora su posición exportadora, explicó que esa misma norma es una práctica normal en otros países. “Estados Unidos ha sido el mayor importador y al mismo tiempo el mayor exportador de carne. Ahora China le ganó ese lugar de importancia, pero eso mismo terminó haciendo Uruguay en 2020. Aprovechamos que había una oferta regional de bajo precio que se importó para su utilización en el mercado interno y liberamos la producción nacional a terceros mercados. Es decir, importar barato y exportar caro será cada vez más frecuente. Y si logramos comprar carne barata y vender caro, también habla del prestigio de las carnes uruguayas”.

Carne de laboratorio

El magnate Bill Gates promociona la elaboración de carne sintética para evitar “un desastre climático” que “dejará más muertos que la pandemia del COVID-19”.
Mattos rechazó tales afirmaciones, en tanto “se revisan a la baja los cálculos de emisiones del sector, en la medida que se publican estudios más rigurosos”. Comparó que las empresas de Gates contratan “bufetes de abogados a efectos de controlar, de pleno derecho, el pago de licencias de uso defendiendo la propiedad intelectual y persiguiendo la piratería”. Sin embargo, “promociona los productos de empresas de laboratorio que imitan a la carne y de las que es accionista, pretendiendo atribuirse los beneficios y atributos de una industria milenaria, pero denostándola al asociar injustificadamente con un perjuicio ambiental”.

Manifestó su interés de invitar al empresario a visitar Uruguay, donde hay “más de 400 años de explotación ganadera en base a pasturas naturales y que es ejemplo de sostenibilidad”.